Luego de visitar la Ciudad de México, Lizeth Ariana Camacho, su esposo y sus tres hijos, entre ellos una recién nacida recientemente operada del corazón, fuero expulsados de su comunidad en el municipio de Marquelia, en Guerrero, debido al miedo de pobladores a un posible contagio del nuevo coronavirus.
“Llegando a mi pueblo me encontré con un filtro en la Barra de Tecoanapa, y me dijeron que ya no podía pasar.“Me dijeron que la comisaria Nancy Ventura Camacho había dejado dicho que no me dejaran pasar, porque venía de la Ciudad de México y ella pensaba que venía contagiada del Covid-19”, recuerda la mujer.
La mujer explica que viajó en marzo a la Ciudad de México para que se le practicara una cirugía de corazón a su hija, una menor de apenas tres meses de edad, pero que al volver, no la dejaron ingresar a su domicilio.
“No, como voy a tener eso (covid-19), vengo de la Ciudad de México, no vengo contagiada, porque para entregarnos a la niña, nos revisaron, además nos hicieron preguntas a todos antes de venirnos para entregarnos a la niña”, asegura Lizbeth Ariana.
Lizeth explicó que no les permitieron llegar a su domicilio, por lo que fueron trasladados a una escuela, sin embargo, también fueron desalojados del plantel y fueron llevados a una casa abandonada, donde no cuentan con ningún tipo de servicios.
“Que no me podía quedar, que me fuera 14 días, sin darme oportunidad de nada, y que después regresará, que me fuera a la casa de la familia de mi esposo, y obviamente allí no hay farmacias, no hay carros, y no hay nada para salir por una emergencia a la farmacia o un hospital.“Ese día me mandaron a una escuela secundaria, ahí me dejaron hasta las 12 del día del 16 de marzo. Luego de una reunión me dijeron que la comisaria Nancy Ventura y sus allegados, con la policía comunitaria, acordaron que me quedara aislada en una casa abandonada y sin ningún servicio”, contó.
Eso no fue todo, pues para llegar a esa vivienda fueron obligados a caminar por la orilla del mar vigilados por Policías Comunitarios de la UPOEG, que los siguieron de lejos para evitar que “contagiara” al pueblo.
Fue varias horas después que familiares de Lizeth, llegaron hasta la vivienda abandonada, para darles alimentos, pues sus dos hijos menores de edad, y su esposo estaban sin tomar ni siquiera agua.
Al finalizar el día, una pareja propietaria de una hospedería en esa localidad de la Costa Chica de Marquelia se compadeció de la familia de Libeth Ariana Camacho, y les brindó una habitación en su hotel.
Al respecto el presidente de la CDHEG, Ramón Navarrete Magdaleno, señaló que se abrió una investigación por parte del Ministerio Público y se castigará a quienes hayan violentado los derechos de la citada familia.
Mientras que la comisaria y su equipo se negó a dar información al respecto y afirmaron que sólo hablarán con miembros de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Guerrero.
RLO