Un pequeño pueblo de Nuevo México cerca de la frontera con Chihuahua, que alguna vez fue atacado por Pancho Villa, rechaza la construcción de un muro y la presencia de tropas enviadas por el mandatario Donald Trump.
El secretario de Defensa norteamericano, Jim Mattis, citó la incursión de Villa en 1916 para justificar la orden de Trump de apostar tropas sobre la frontera con México como una manera de intimidar el deseo de miles de migrantes, que huyen de la violencia y la pobreza en Centroamérica, de ingresar de manera ilegal a Estados Unidos.
Sin embargo, los residentes de Columbus aseguran que los habitantes de ambos lados de la frontera coexisten pacíficamente desde la invasión de Villa. “Es solo un pretexto”, afirma Roberto Gutiérrez, de 63 años, dueño de una tienda de abarrotes. “Desde entonces, la gente cruza (la frontera) sin problemas”.
Año con año se conmemora el día de la incursión para recordar a los estadunidenses caídos. A veces se realiza un minuto de silencio con velas en el centro de la población. En otras ocasiones hay un desfile con gente disfrazada de Villa y del general John J. Pershing.
La madrugada del 6 de marzo de 1916, las fuerzas villistas atacaron Columbus y saquearon e incendiaron viviendas y negocios antes de que el Regimiento 13 de Caballería obligara a los revolucionarios a replegarse al otro lado de la frontera.
El motivo de la incursión es objeto de largos debates. El profesor José Ángel Hernández, de la Universidad de Houston, recuerda que sucedió cuando en México se libraba una revolución. Villa creía que Woodrow Wilson apoyaría a su gobierno rebelde y se sintió traicionado cuando el mandatario de EU no lo hizo.
“La incursión se debe comprender en el contexto de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y México y la Revolución mexicana, no la inmigración”, enfatiza Hernández.
El ataque provocó indignación en EU y Wilson ordenó la Expedición Punitiva al mando de Pershing con la misión de capturar a Villa vivo o muerto que fracasó y se retiró de México.
El alcalde de Columbus, Esequiel Salas, afirma que el pueblo se hizo cargo de su propia historia hace mucho tiempo. “La hemos aceptado”. “Creo que la consideramos un episodio aleccionador”.
Salas agrega que le disgusta que gente que nunca ha visitado Columbus use la incursión para justificar la presencia de los militares en la frontera o la invasión de otro país. La gente del pueblo rara vez se queja de la seguridad fronteriza o habla de un muro para reemplazar la barda existente, asegura.
Pueblo invadido por Villa rechaza muro y presencia de tropas
La Aldea
Los residentes de Columbus aseguran que los habitantes de ambos lados de la frontera coexisten pacíficamente desde la invasión de Villa.
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