El gobierno de Reino Unido obligará a todos los negocios en Inglaterra a cobrar el doble por las bolsas de plástico de un solo uso, que pasarán de cinco a 11 céntimos de euro a partir de mañana como una medida para potenciar la reducción de residuos.
La nueva normativa, que, según el Ejecutivo, inyectará a la economía británica más de 344.1 millones de euros durante los próximos 10 años, aspira a recortar el uso de bolsas de plástico entre un 70 y un 80 por ciento en los negocios pequeños y medianos.
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Desde 2015, cuando se implementó el cargo de cinco euros, los principales supermercados en Inglaterra han recortado un 95 por ciento las ventas de bolsas de plástico, una reducción que aspira a acrecentarse con la medida que entra hoy en vigor.
Años atrás, cuando las bolsas eran gratuitas, se estima que una unidad familiar usaba de promedio alrededor de 140 al año, una cantidad que se ha reducido a cuatro bolsas anuales gracias a la introducción del cargo.
El Reino Unido, anfitrión este año de la cumbre sobre el clima COP26 y presidente del G7, considera la nueva normativa como parte de una estrategia para liderar la lucha global contra la crisis climática, de acuerdo con un comunicado el ministerio de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales.
Inglaterra, donde ya está prohibido el suministro de pajitas y agitadores de plástico y bastoncillos de algodón, espera introducir en abril de 2022 un impuesto para aquellos envases de plástico que no tengan al menos un 30 por ciento de contenido reciclado.
Aparte, según la nota del ministerio, la mayoría de supermercados forman parte de un programa cuyo objetivo es lograr que todos los envases de plástico sean reciclables para 2025.
AESC