La última vez que el gobierno de Estados Unidos inyectó miles de millones de dólares a una industria para hacer frente a una crisis económica, efectivamente se hizo cargo de dos de los grupos automotrices más grandes de la nación, asegurando grandes participaciones de capital en General Motors y Chrysler y obligando a las compañías a una dolorosa reestructuración operativa que hizo que las dos fueran más eficientes.
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El rescate financiero de la administración Trump de las aerolíneas estadunidenses es diferente. El Departamento del Tesoro de EU toma apenas un interés nominal de capital a cambio de ayudas económicas y préstamos a bajo interés, lo que provocó las críticas de que se mostró demasiado generoso con los accionistas de las compañías.
Mientras tanto, los términos del acuerdo impiden que los ejecutivos inicien rápidamente la dolorosa reestructuración que ya llevan a cabo las aerolíneas de otros países, mientras luchan por sobrevivir en un mundo de viajes aéreos muy restringidos.
“Este fue un denominado rescate financiero que requería que los directores ejecutivos dirigieran sus aerolíneas de una manera que ningún CEO en el libre mercado que no tuviera la ayuda del gobierno haría”, dijo uno de los banqueros que participó en las negociaciones entre el Tesoro y las líneas aéreas.
Hasta ahora, 93 aerolíneas estadunidenses aseguraron 12 mil 400 millones de dólares de los 25 mil mdd disponibles de financiamiento del gobierno para nóminas, cada uno de los cuales obtiene 70 por ciento en forma de ayudas económicas que no se tienen que devolver.
Además de frenar la recompra de acciones y el pago a ejecutivos, las compañías que tomaron el dinero estuvieron de acuerdo en no despedir personal o recortar rutas hasta el 30 de septiembre, a pesar de que el volumen de pasajeros aéreos en EU cayó en más de 90 por ciento desde marzo, y un recuperación en forma de V ya no está en los escenarios.
Las aerolíneas europeas anunciaron avalanchas de recortes —hasta 12 mil empleos en British Airways y 3 mil en Ryanair, tan solo en las últimas dos semanas—, pero las estadunidenses todavía están en la etapa de planeación. El director ejecutivo entrante de United Airlines, Scott Kirby, advirtió que va a reducir el enorme gasto de efectivo de 40 millones de dólares por día a 30 mdd por día en el tercer trimestre y a 20 millones de dólares por día en el cuarto trimestre si no hay un repunte en los viajes.
“La diferencia entre ese número del tercer trimestre y el del cuarto trimestre es realmente sobre los empleados”, dijo a los inversionistas a principios de este mes.
Algunos jefes de líneas aéreas trataron de ofrecer al gobierno más capital a cambio de condiciones menos onerosas, lo que incluye dar a las aerolíneas la flexibilidad de cerrar algunas rutas de vuelo poco redituables y recortar empleos, dijo una persona involucrada en las conversaciones.
Sin embargo, el gobierno buscaba los objetivos paralelos de asegurar que las aerolíneas todavía estuvieran al final de la pandemia y que se conservaran los empleados, incluso si los contribuyentes financiaran sus salarios.
“Queríamos un paquete dirigido a los estadunidenses y canalizado a través de las aerolíneas”, señaló Sarah Nelson, presidenta de la Asociación de Asistentes de Vuelo. “Está muy claro que el dinero se destina a salarios y prestaciones de los trabajadores”.
Las aerolíneas también se benefician, porque si bien las restricciones retrasan la reducción de los enormes gastos de efectivo, les permite medir la nueva normalidad, dijo el analista de Raymond James Savanthi Syth. “Ayuda a tener un poco más de visibilidad de cómo se ve el nuevo entorno de demanda antes de llevar a cabo cambios drásticos en el negocio”, añadió.
Pero las esperanzas de los ejecutivos para una recuperación se opacaron en las siete semanas desde que se promulgó el rescate, y esperar para hacer un recorte de personal conlleva un costo. El analista de Berenberg, Adrian Yanoshik, señaló que, “como accionista o incluso como tenedor de deuda, si tienes efectivo en la puerta y se está utilizando, deseas que ese efectivo se use con el mayor rendimiento posible, y si mantienes a las personas y la capacidad de vuelo que no obtiene un rendimiento, entonces eso es ineficiente”.
La administración Trump relajó las reglas de servicio mínimo esta semana, al decir que va a permitir a algunas aerolíneas abandonar rutas siempre y cuando las atiendan otras compañías.
Es posible que no se suavicen las restricciones a los recortes de personal, pero Wall Street no tiene dudas sobre lo que sucederá cuando terminen. El analista de JPMorgan Chase Jamie Baker, en una nota reciente, dijo: “Es probable que el 1 de octubre se convierta en uno de los días más oscuros en la historia para la fuerza laboral en las aerolíneas”.
El contribuyente tiene pocas posibilidades de recuperar su inversión, porque incluso un fuerte repunte de los precios de las acciones solo va a compensar parte del costo de los subsidios.
Delta Air Lines, por ejemplo, obtuvo 5 mil 400 millones de dólares del rescate, de los cuales 3 mil 800 mdd fueron una ayuda económica condonable y el resto llegó en forma de un préstamo no garantizado a 10 años. También se otorgaron garantías al gobierno por 1 por ciento del capital de Delta, lo que le da al Tesoro el derecho de comprar acciones al nivel de abril. El precio de las acciones de Delta tendrá que multiplicarse del 22 actual a cerca de 575 dólares, según los cálculos de Financial Times, para que los contribuyentes recuperen su gasto.
Es difícil un resultado positivo para los accionistas de las aerolíneas, ya que no solo depende de reducir el enorme gasto de efectivo antes y después del vencimiento de las restricciones de despido del 30 de septiembre, sino también de encontrar otros ahorros. El famoso inversionista Warren Buffett se rindió con el sector, pues vendió su participación en las cuatro mayores compañías estadunidenses con pérdidas. “Tienes demasiados aviones”, dijo.
Los accionistas también dependen de que las líneas aéreas encuentren el financiamiento para verlos superar cualquier cosa que les arroje la pandemia.
Y ADEMÁS
OTRO PAQUETE DE 25 MIL MDD, UNA OPCIÓN
Las aerolíneas tienen la opción de obtener más fondos del gobierno de un segundo paquete de rescate de 25 mil millones de dólares, que la siguiente vez no llegará como ayuda económica sino como préstamos garantizados, lo más probable es que los aviones sean la garantía. Aceptar significa entregar más garantías al Tesoro de EU. American Airlines, la aerolínea con mayor carga de deuda y la única hasta ahora que dijo que sin duda tomará el segundo apoyo.
LA AYUDA, PARA ACCEDER A CAPITAL
Los gobierno de George Bush y Barack Obama gastaron decenas de miles de millones para financiar las bancarrotas de General Motors y Chrysler cuando no había capital privado disponible; en el caso de las líneas aéreas, la intervención de la administración Trump fue más bien una ayuda para que las aerolíneas puedan tener acceso a él. Delta recaudó 5 mil millones de dólares de los inversionistas el mes pasado hipotecando activos, incluidos los slots (horarios de aterrizaje y despegue).