James Gorman, el jefe de Morgan Stanley, defendió el manejo que hizo su firma de la turbulenta oferta pública inicial de Uber, al decir que la compañía para solicitud de transporte entró al mercado durante una “semana muy complicada” y que el desempeño del precio de sus acciones a largo plazo será más importante que las primeras operaciones.
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Las acciones en Uber cayeron más de 7 por ciento el día de su salida a bolsa de 82 mil millones de dólares, un marcado contraste con el “brinco” que la mayoría de empresas disfruta en sus debut en el mercado de valores. Morgan Stanley, uno de los dos asesores más importantes de Silicon Valley, fue el principal banco en el acuerdo.
“Creo que haces todo lo posible por encontrar la transparencia de los precios al ajustar la oferta y la demanda después de miles de horas de hablar con los inversionistas, pero esto llegó al mercado en una semana muy difícil, y las semanas difíciles brindan resultados impredecibles”, dijo Gorman a los periodistas en el contexto de la asamblea anual de accionistas de Morgan Stanley en Purchase, Nueva York.
Después de la caótica salida a bolsa de Facebook en 2012, la cual también manejó Morgan Stanley, Gorman señaló en televisión que el precio de las acciones se recuperaría a los niveles de la OPI en un año. Tuvo un repunte cerca de 18 meses después.
El jueves, Gorman se negó a predecir el futuro de las acciones de Uber. Dijo: “Uber es una gran compañía, es una gran innovación, yo uso el producto… deberías comprar en la OPI porque crees en la empresa”.
Temprano en la mañana, los accionistas de Morgan Stanley respaldaron de manera abrumadora los planes de compensación para los ejecutivos del banco, en contraste con la encuesta “para reducción de las remuneraciones” en JPMorgan a principios de esta semana que atrajo una considerable votación de protesta de sus inversionistas.
Morgan Stanley indicó que 96 por ciento de sus accionistas votaron a favor de sus planes de remuneraciones para ejecutivos, que incluían un aumento de 7.5 por ciento en el paquete para Gorman a 29 millones de dólares por 2018.
Casi 98 por ciento de los accionistas de Morgan Stanley votaron a favor de reelegir a su consejo de administración, más o menos en línea con la votación del año pasado. El consejo de administración, el comité de dirección y los accionistas también dieron una ovación al presidente saliente, Colm Kelleher, quien a principios de año anunció su decisión de retirarse.
Gorman expuso ante periodistas que las operaciones bursátiles en el segundo trimestre se caracterizaron por tener “días buenos y días malos”, lo que reflejó una predicción que hizo en abril de que la volatilidad del mercado a finales del año pasado podría regresar.
“Las negociaciones comerciales evidentemente amenazan mucho al mercado. Cuáles van a ser los resultados de esto durante el trimestre...todavía queda por verse”, dijo. La tensión comercial entre EU y China todavía no tiene un impacto en el negocio general de Morgan Stanley, ya “que no tenemos un acuerdo o falta de acuerdo” entre las dos superpotencias. Pero advirtió que sería “muy, pero muy negativo” para la economía si Estados Unidos y China expanden su guerra comercial.
Gorman también habló del Brexit, al que calificó de error. Sin embargo, todavía no a un punto en el que la política en el Reino Unido se volviera tan desagradable que Morgan Stanley buscara reducir su negocio allí, dijo.
“Hemos pasado por gobiernos tory (conservadores) y laboristas (liberales) en el Reino Unido durante décadas, hemos estado en el Reino Unido durante 40 o 50 años”, dijo sobre la posibilidad de que el Reino Unido fuera encabezado por el político de extrema izquierda Jeremy Corbyn.
“Londres sigue siendo, y el Reino Unido sigue siendo, un mercado global. Nos vemos obligados a trasladar ciertas funciones al continente con una pérdida para el Reino Unido, pero no vamos a tratar de dar la espalda al Reino Unido”, dijo Gorman. “Es un centro de operaciones crítico para nosotros y para cualquier banco importante".
CLAVES
MAL DEBUT EN EL MERCADO BURSÁTIL
Las acciones en Uber cayeron más de 7 por ciento el día de su salida a bolsa de 82 mil millones de dólares, un marcado contraste con el “brinco” que la mayoría de empresas disfruta en sus debut en el mercado de valores.
MRA