Wagnermaníacos, siempre un gusto, un placer saludarlos en este sagrado espacio en el que semana a semana hablamos del deporte más mexicano, la lucha libre.

Wagnermaníacos, cómo andan, qué dicen. Déjenme le cuento que hoy desperté muy nacionalista, muy mexicano. Ahora les comparto mis razones.

¡Wagnermaníacos! Como cada semana es un enorme placer, un gusto saludarlos, siempre con la intención de expresarles mis pensamientos y conocer los de ustedes.

¡Wagnermaníacos! De ayer, de hoy y de siempre me da un enorme placer saludarlos

Wagnermaníacos, nuevamente con el enorme gusto de saludarlos y compartirles mis puntos de vista sobre diversos temas que rodean diariamente el mundo del deporte, y que de alguna manera rebotan en el ir y venir de la lucha libre mexicana.

Wagnermaníacos, buenos días, buenas tardes, buenas noches, dependiendo el momento en que me hagan favor de leer esta columna.

Wagnermaníacos, aquí saludándolos desde un lugar recóndito, secreto, en el que me encuentro descansado, después de unos días de arduo trabajo

Wagnermaníacos, nuevamente nos encontramos listos para conversar con ustedes de los temas que rodean al mundo del deporte.

Wagnermaníacos, como siempre muy contento de saludarlos, de compartir estos días de recogimiento, de reflexión con todos ustedes.