La tristeza asaltó el amplísimo estudio y nadie pudo evitar la toma melancólica de esa plaza. La noticia es desoladora: las instalaciones de la empresa de productos para calzado El Oso, en la colonia Portales, fueron desalojadas por elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana. No hay razones claras de este desalojo en la nota de Animal Político, pero las grasas El Oso para zapatos, sin ser un órgano autónomo, de esos ya no hay, forma parte de la historia de la vida cotidiana en México.
Ciertamente luego de esta noticia terrible ocurrieron cosas, como la toma de posesión de Donald Trump. Por cierto, Los Angeles Times ha publicado una nota de Josh Boak donde explica en qué consiste el instrumento de orden ejecutiva, de las cuales Trump anunció varias desde el primer día. El hombre Naranja regresa a la Casa Blanca listo para reformar inmediatamente el gobierno utilizando la herramienta más rápida que tiene: la orden ejecutiva, esa que permite a un presidente ejercer el poder sin la acción del Congreso.
“¿Qué son las órdenes ejecutivas? Básicamente, son declaraciones firmadas sobre cómo el presidente desea que se administre el gobierno federal”.
Los nuevos presidentes pueden —y a menudo lo hacen— emitir órdenes para cancelar las órdenes de sus predecesores. Como señala la Asociación de Abogados de Estados Unidos, las órdenes no requieren aprobación del Congreso y no pueden ser revocadas directamente por los legisladores. Sin embargo, el Congreso podría bloquear que una orden se cumpla eliminando fondos o creando otros obstáculos.
Cientos de órdenes
Trump pronosticó firmar hasta cien órdenes ejecutivas en su primer día, posiblemente cubriendo deportaciones, la frontera entre Estados Unidos y México, políticas de género en escuelas y mandatos de vacunas, entre otras promesas del Día 1 hechas durante su campaña. Hay límites para las órdenes ejecutivas. Tanto el Congreso como los tribunales pueden bloquear potencialmente las órdenes ejecutivas.
“También hay desafíos legales basados en el argumento de que un presidente excedió sus autoridades legales. Cuando el presidente Harry Truman intentó tomar control de los molinos de acero durante la Guerra de Corea, la Corte Suprema de Estados Unidos dijo que carecía de la autoridad para tomar propiedad privada sin autorización del Congreso”, afirmó Josh Boak.
El Elegido
“Hace unos meses, en un bonito mitin de Pensilvania, un grupo de asesinos me perforó la oreja. Pero mi vida se salvó por algo: Dios me salvó para hacer a Estados Unidos más grande de nuevo”, dijo Trump, haciendo referencia al atentado que sufrió en plena campaña.
Ahora mal sin bien: “tengo la esperanza de que las recientes elecciones sean recordadas como las más grandes y consecuentes en la historia de nuestro país”, añadió. “Es la revolución del sentido común”, subrayó. “El 20 de enero de 2025 es el día de la liberación”, clamó, provocando un fuerte aplauso en la rotonda.
El republicano regresa a la Casa Blanca con la intención de ejercer el poder desde el primer día a través de decenas de órdenes ejecutivas.
Tal como se esperaba, en su discurso adelantó que declarará la “emergencia nacional” en la frontera entre Estados Unidos y México para frenar la inmigración y que enviará allá a las tropas para “arreglar el desastre”.
También avanzó que nombrará a los cárteles mexicanos del narcotráfico como “organizaciones terroristas” y que cambiará el nombre del Golfo de México por el de Golfo de América.
Asimismo, adelantó algunas de las medidas económicas que pretende tomar: “En vez de poner impuestos a nuestras ciudades, pondremos impuestos a otros países para enriquecernos”.
Al criticar la inflación en Estados Unidos, Trump le dijo adiós al pacto para promover las energías limpias del gobierno de Biden y a la apuesta por los vehículos eléctricos: “Vamos a perforar, baby, a perforar”.
“Volveremos a Estados Unidos una nación rica de nuevo”, gracias al “oro líquido que tenemos bajo los pies”, agregó. Además de centrarse en explotar los combustibles fósiles, el republicano agregó que se impulsará la manufactura nacional, haciendo un guiño a los trabajadores del sector automotor.
Cuando un demente toma el poder, cualquier cosa puede ocurrir, y si ese demente es apoyado por una alta votación y lo ovacionan de pie grandes billonarios del mundo, la cosa ya se parece el Armagedón.
Todo es muy raro, caracho, como diría Albert Camus: “Toda forma de desprecio, si interviene en política, prepara o instaura el fascismo”.
Gil s’en va