El Santos y su afición no están, dado el grave contexto que vive el equipo, para tener paciencia y esperar a ver si las cosas resultan, nada de eso, el Santos requiere medidas urgentes a la de ya.

Pero una cosa deben tener todos clara, sobre todo el nuevo presidente: al equipo hay que invertirle, porque con esos futbolistas, ni trayendo a Guardiola va a cambiar la cosa.

Una fría manera de decir adiós a este torneo desgraciado que dejó al Santos sumido en uno de los capítulos más tristes de su historia.

El Real Madrid podrá comprar a los mejores futbolistas del mundo. Pero hay algo que nunca podrá comprar: la Masía del Barcelona.

La llegada de Aleco Irarragaorri es lo mejor que le puedo haber pasado al Santos y a su afición en mucho, muchísimo tiempo.

No se les nota amor por la camiseta, no tienen mejor nivel que los de antes y, sobre todo, no tiene intención alguna de echar raíces en el club.

Pues bien, de ahí en adelante, cada nueva generación de niños ha podido ver al Santos campeón, porque cada 5 o 6 años el Santos levantaba el trofeo.

El Santos tiene que dejar en claro a la de ya, sí o sí, si se va a atrever a arañar algo para el final del torneo, pero que sea con argumentos futbolísticos sólidos.

Sucedió lo que ningún santista se hubiera imaginado hasta antes del partido: que el Santos tumbara al Toluca, uno de los equipos favoritos para llevarse el título en este torneo.