El América había hecho todo lo necesario para lograr su ventaja y su hipotética clasificación, con futbol, con intensidad, con toda la actitud.

Los abucheos en Torreón a la Selección Mexicana fueron un punto de inflexión. En el siguiente partido, en EUA, igualmente fueron abucheados.

Tal vez también los directivos del Santos lo sepan, pero no lo dirán. Algo pasó para que el ídolo local, Carlos Acevedo, no jugara contra Uruguay.

El Santos se despidió de su afición el domingo. Algunos jugadores fueron despedidos con aplausos.

El Santos y sus jugadores sacaron, en el momento menos oportuno, todos sus defectos, lo peor de sí mismos.

Debemos alegrarnos del Santos, porque a base de picar piedra y de haber pasado por las peores, la cosa no podía ser de otra manera: las cosas han mejorado.

Pero el futbol es misterioso y, a veces, indescifrable. Muy pocos se esperaban una victoria del Santos ante un rival que históricamente ha sido complicado para el equipo.

Que este rumor sea cierto, ojalá sea cierto y se termine materializando esa operación. Si eso sucede, será ese el primer paso para que la afición regrese en plenitud al Estadio Corona.

Ya no tiene caso tener esperanza de que en este torneo se pueda hacer algo digno, porque ya pasaron muchos partidos, el Santos está muy abajo en la tabla, y los de la parte alta y media no parece que vayan a dejar esas posiciones.