La profunda herida que la problemática de las desapariciones forzadas ha dejado en la sociedad mexicana volvió a avivarse cuando el pasado viernes 11 de agosto, se perdió el rastro de cinco jóvenes en Lagos de Moreno, Jalisco.
A un mes de aquel trágico suceso, los nombres de Roberto Olmeda, Diego Lara, Uriel Galván, Jaime Martínez y Dante Castillo no han dejado de resonar en los medios de comunicación y hasta en Palacio Nacional, donde el presidente Andrés Manuel López Obrador fue cuestionado sobre el caso.
Un video filtrado en redes sociales, un automóvil calcinado y misteriosas insignias se han convertido en las pistas que se tienen sobre el paradero del grupo de jóvenes cuyas edades rondan entre los 19 y los 22 años.
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El gobernador del estado de Jalisco, Enrique Alfaro, confirmó que grupos del crimen organizado podrían estar detrás del caso de la desaparición de Roberto, Diego, Uriel, Jaime y Dante, que generó gran indignación nacional.
Jalisco, es la entidad que registra una mayor incidencia de desapariciones, con 14 mil 876 casos, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) de la Secretaría de Gobernación (Segob).
La coordinadora del Comité Universitario de Análisis en materia de Desaparición de Personas de la Universidad de Guadalajara, Carmen Chinas, señaló en entrevista con Milenio que las condiciones de violencia e inseguridad en el estado de Jalisco se han agravado debido a factores como la impunidad y la corrupción, los cuales están directamente relacionados con la presencia del crimen organizado en la entidad.
La desaparición de los cinco jóvenes en Lagos de Moreno ha vuelto a poner en el ojo de la opinión pública a los cárteles y grupos delictivos que se han encargado de desatar una incesable ola de violencia y desapariciones en el estado gobernado por de Movimiento Ciudadano.
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Jalisco: la cuna de los grandes cárteles de México
A finales de la década de los 70’s la capital del estado de Jalisco vio nacer a la que se consolidó como la primera gran organización criminal de México: el Cártel de Guadalajara.
Con el paso de los años, el grupo delictivo encabezado por Miguel Ángel Félix Gallardo, Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo logró aliarse con células criminales nacientes en distintos estados del país para controlar las principales rutas del trasiego de drogas a Estados Unidos.
Tras el asesinato del agente especial de la Administración para el Control de Drogas (DEA), Enrique Kiki Camarena, y la captura de los fundadores del Cártel de Guadalajara, algunos de sus principales colaboradores -como Joaquín El Chapo Guzmán y Héctor El Güero Palma- optaron por mudar el negocio criminal a Sinaloa.
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El Cártel de Sinaloa comenzó a expandirse por territorio mexicano, siendo Ignacio Nacho Coronel el encargado de controlar la plaza de Jalisco hasta que murió abatido en un enfrentamiento con el Ejército Mexicano en 2010.
Lo que nadie esperaba, es que un ex miembro del Cártel de Milenio -que había sido reclutado en las filas del lugarteniente del Cártel de Sinaloa- cambiaría para siempre la hegemonía del crimen organizado, ya no solo en el estado de Jalisco, sino en el resto de la República Mexicana.
Su nombre es Nemesio Oseguera Cervantes, aunque es mejor conocido como El Mencho, y a lo largo de más de una década logró consolidarse como el fundador y líder de una de las organizaciones criminales más poderosas y prolíficas de México: el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
La radiografía criminal de Jalisco
Actualmente, el peligroso cártel de las cuatro letras ha logrado expandirse a 28 de los 32 estados que conforman la República Mexicana, según datos expuestos en un informe del Servicio de Investigaciones del Congreso de Estados Unidos emitido en 2022.
Aunque a la organización criminal le faltan únicamente cuatro estados para tener presencia en todo el país, es Jalisco el que se ha convertido en su principal bastión.
De acuerdo con el informe Presencia del Crimen Organizado en México realizado por AC Consultores -filtrado de los servidores de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) por el grupo de hacktivistas Guacamaya y consultado por Milenio- el Cártel Jalisco Nueva Generación controla 89 de los 125 municipios que conforman el estado.
Pese a los intentos del cártel de las cuatro letras por defender el territorio, algunas otras organizaciones criminales han buscado desplazarlo de municipios clave para el tráfico de drogas, migrantes y huachicol, tal es el caso del Cártel de Sinaloa, cuya presencia se ha reportado en localidades colindantes con el estado de Aguascalientes como lo son Ojuelos de Jalisco, Encarnación de Díaz, Villa Hidalgo y Teocaltiche.
Para entender la dinámica criminal de Jalisco es necesario considerar que, aunque el CJNG domina la mayor parte de los municipios, para lograrlo cuenta también con aliados que fungen como brazos financieros y armados cuya presencia también ha sido reportada en la entidad.
En el mapa criminal del estado destacan las operaciones de Los Cuinis -brazo financiero del cártel de las cuatro letras- en municipios como Tomatlán y Tapalpa, pero también en Guadalajara y Zapopan.
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Otro importante aliado que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) tiene en el estado es la célula criminal de Los Guerreros, una familia criminal que apoyó a Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, en la expulsión de los Caballeros Templarios del estado.
Bajo ese tenor, la presencia de Los Guerreros se concentra en municipios ubicados en los límites con Michoacán, como lo son Degollado, Ayotlán, La Barca, Jamay, Ocotlán, Poncitlán, Zapotlán del Rey, Chapala y Tizapán el Alto.
Adicionalmente, el grupo delictivo aliado al cártel de las cuatro letras tiene presencia en municipios colindantes con Guanajuato y Aguascalientes -como San Diego de Alejandría, Unión de San Antonio, San Juan de los Lagos, Lagos de Moreno, Ojuelos de Jalisco, Encarnación de Díaz, Villa Hidalgo y Teocaltiche- en donde buscan frenar la llegada del Cártel de Sinaloa.
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Otro grupo delictivo que asedia el bastión del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) es el Cártel Nueva Plaza, el cual surgió como una escisión de la misma organización de Nemesio Oseguera Cervantes y busca controlar parte del Área Metropolitana de Guadalajara (AMG).
Datos del informe realizado por AC Consultores dan cuenta de la presencia del Cártel Nueva Plaza en municipios como San Pedro Tlaquepaque, Tlajomulco de Zúñiga, Tonalá, Chapala, Ixtlahuacán de los Membrillos, Juanacatlán, El Salto y Poncitlán.
Por su parte, datos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) publicados en 2020 a través de su Plataforma de Proyección de Datos Abiertos en el informe Presencia Criminal en México consideran a La Nueva Familia Michoacana como uno de los grupos delictivos que también tiene presencia en el estado de Jalisco. Sin embargo, no se detalla con exactitud en qué municipios se han asentado.
La radiografía criminal del estado de Jalisco deja al descubierto como la disputa de grupos criminales en zonas clave -como los límites con Aguascalientes, Guanajuato y Zacatecas- ha convertido a municipios jaliscienses aledaños en una zona de narcoguerra, generando pánico y temor entre sus habitantes.
Las disputas acaparan también la capital del estado y su área metropolitana, pues es en los municipios que la conforman en donde también se han reportado múltiples episodios violentos cuyas víctimas figuran en las carpetas de investigación de autoridades estatales y federales únicamente como “efectos colaterales” de las rencillas entre grupos criminales.