Reginaldo Sandoval, originario de San Lucas Tepetitlán, (Zacatecas, 1967), ha pasado toda su carrera política en el Partido del Trabajo y actualmente funge como coordinador del mismo en la Cámara de Diputados; se considera un hombre al que le importan poco los logros individuales y materiales, debido a las carencias que padeció de joven; además, le gustan el basquetbol y el futbol, es fanático de los Lakers y las Chivas, aunque el deporte ráfaga es el único que practica.
Sus gustos musicales van desde Ramón Ayala o Los Tigres del Norte hasta Paquita la del Barrio, aunque también disfruta los corridos, pero señala que éstos han perdido su esencia con el paso de los años.
¿Cómo se define?
Como un luchador social y con una postura de izquierda. Mi prioridad es la justicia y para esto se debe hablar con la verdad y ser objetivo.
¿Cómo empezó en la política?
Soy originario de una comunidad llamada San Lucas Tepetitlán, en Zacatecas. Ahí solamente se podía estudiar hasta la primaria, y entonces tuve que cursar la secundaria en Tepechitlán; ahí llegué a una casa de estudiantes donde nos organizábamos en grupos de estudio porque era la única forma de sobrevivir. A partir de ahí mis compañeros y yo salíamos a apoyar cooperativas cercanas a las comunidades de la región; años después formé parte del Frente Popular de Lucha de Zacatecas; en la universidad estudié en la “Autonomía Bloqueo de Corrientes Democráticas”, hasta el llamado que se hizo para fundar el Partido del Trabajo. Así empecé.
¿Consideró dedicarse a otra cosa?
Cuando salí a estudiar mi papá me dijo: “Te recomiendo que estudies para médico, abogado o cura” y no le hice caso en ninguna porque estudié economía.
¿Por qué eligió economía?
Cuando estuve en la preparatoria tenía un maestro, Ricardo Tabullo, que era economista egresado de la UNAM y trabajando con él fue que me atrapó esa carrera.
¿A qué edad tuvo su primer trabajo?
Desde que salí de casa, cuando tenía 13 o 14 años; desde entonces había que trabajar en distintas partes haciendo el esfuerzo por conseguir ingresos. En ese entonces mis padres no tenían buena situación económica.
¿Cómo se relaja después de una jornada pesada de trabajo legislativo?
No es sencillo, lo que recomiendo es dormir muy bien y hacer un poco de ejercicio. Por ejemplo, a mí me gusta el basquetbol, soy aficionado de Los Lakers. Incluso en la secundaria estuve en la selección y en la prepa siempre nos íbamos a jugar.
¿Le gusta algún otro deporte?
Sí, el futbol. Le voy a las Chivas.
¿Qué música le gusta?
La norteña, la música de Ramón Ayala, Los Tigres del Norte, Los Tucanes de Tijuana. También la de José Alfredo Jiménez, Pedro Infante, Pepe Aguilar, es más, de repente llego a escuchar a Paquita que nos tira con todo a los hombres. También corridos como los de Benito Canales, Emiliano Zapata, Valentín de la Sierra.
¿Qué opina de los corridos de la actualidad?
Que perdieron su esencia. Lo esencial que tenían es que describían una realidad y ahora para exaltar algún tema recurren a los narcocorridos.
¿Y de la música actual?
Creo que la música perdió la ruta de la creatividad, son otros tiempos y la gente escucha otras cosas, pero de lo nuevo no escucho nada.
¿Cuál es su comida favorita?
A pesar de que soy de Zacatecas, la gastronomía que más disfruto es la de Michoacán, porque llevo 18 años ahí. Me gustan mucho los uchepos y el aporreadillo.
¿Qué es lo mejor su trabajo?
Los propósitos y visiones con los que trabajamos.
¿Y lo peor?
La derrota.
¿Siente admiración por algún personaje?
Admiro a Karl Marx, al Che Guevara, Fidel Castro y de mexicanos: José María Morelos, Lázaro Cárdenas y Emiliano Zapata.
¿Qué le gusta leer?
Leo mucho a Boaventura de Sousa, como Una epistemología del Sur e Izquierdas del mundo, ¡Uníos!, por mencionar algunos.
¿Le gustan las series?
Sí, acabo de ver Los últimos zares y La casa de papel y están muy buenas.
¿Cuál cree que ha sido el mejor día de su vida?
No sé, no tengo mucho afecto a las fechas importantes, en eso soy muy distraído. Y en lo profesional, soy poco apegado a lo individual y lo material.
¿Alguna anécdota que lo haya marcado?
Recuerdo que cuando estaba en el equipo de basquetbol, fuimos al municipio de Villanueva, Zacatecas, y mis amigos pasaron a una tienda a comprar y yo no tenía con qué, desde entonces me hice el propósito de no desear cosas materiales para no sufrir. Ahora no deseo cosas como ropa o vehículos.