Aunque la titular de Infraestructura Médica del IMSS, Lucila Olvera, anunció que, a partir de ayer, estarían “listos” para recibir pacientes en ese inmueble de la alcaldía Iztacalco, la realidad fue distinta.
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A las 10 de la mañana, la señora María llegó en automóvil a la puerta 6, donde se adecuó el ingreso a pie para pacientes y familiares. Sin embargo, la mandaron al Centro Citibanamex ; la mujer, cabizbaja, subió al vehículo con tres familiares más que la acompañaban y se marchó.
Un par de horas más tarde, el señor Enrique, de 60 años de edad, arribó junto con sus dos hijos, todos con cubrebocas y caretas de plástico.
Debido a su padecimiento de diabetes y a los síntomas respiratorios que presentó un día antes, su hijo Eleazar decidió llevarlo al Autódromo, pues aseguró que los hospitales cercanos a su casa ya están saturados.
El personal ubicado en la entrada les confirmó que a partir de ayer iniciarían a recibir a pacientes, pero que aún no tenían autorización para el ingreso; a las 14 horas, tres pacientes más con sus familiares hacían fila detrás del señor Enrique. Unos esperaron en sus autos, otros sentados en la banqueta.
Mientras, cada tanto llegaban doctores y enfermeras que laborarán en el recinto reacondicionado, donde los pits de la Fórmula 1 se convirtieron en consultorios médicos mientras dura la emergencia sanitaria.
Ante la vista de sus futuros pacientes, el personal médico era enviado a la puerta 15 para su registro e ingreso; esa entrada también será para quienes sean trasladados en ambulancias.
Después de dos horas, el señor Enrique volvió a ser el único paciente a la espera de ser atendido en el Autódromo.Los demás se desesperaron y tras argumentar que la salud de su familiar había empeorado, se fueron a buscar otro hospital, incluso privado.
Para las 18 horas una ambulancia llegó. Un paramédico bajó de la unidad y pidió el acceso. “El ingreso para ustedes es por la puerta 15”, explicó personal del Autódromo.
“De allá me mandaron para acá y ya vienen siete ambulancias más”, respondió el paramédico, quien sacó su celular y marcó a alguien a quien advirtió que todavía no estaba en funcionamiento este hospital y se retiró.
En ese momento, la familia del señor Enrique aprovechó para acercarse a preguntar de nueva cuenta si serían recibidos. Ya no portaban la careta protectora porque comían unos tacos que compraron en un mercado cercano.
“Ya tenemos esperando mucho tiempo y él viene mal”, explicó uno de los hijos.
“La indicación que tenemos es que hoy (miércoles) inician operaciones pero no sabemos a qué hora”, respondió el personal del Autódromo. Ante tal panorama, ya no aguantaron más.
“Nos retiramos porque no tenemos certeza que le den la atención, él se siente mal. Tenemos cinco horas y media y no lo reciben”, reprochó Eleazar, quien enseguida ayudó a subir al asiento del copiloto a su padre y se marcharon.
Minutos después, el aviso del paramédico que había llegado antes se cumplió: siete ambulancias, con las sirenas encendidas, se apostaron en la puerta 6 a la espera de ser recibidas.
Bajaron a toda prisa los paramédicos y un par de minutos después se abrieron las puertas del Autódromo que, así, comenzó a operar como unidad médica para atender a pacientes de covid-19.
LAS CLAVES
MORBILIDAD
El recinto atenderá de igual forma a pacientes infectados que sufran algún otro padecimientos.
RESIDENCIA
El hospital cuenta con un área de residencia médica con todos los servicios para la estancia de personal.
ADAPTACIÓN
Los pits de la Fórmula 1 se convirtieron en consultorios durante la pandemia.