“Oiga, venga y coma aquí o ambos moriremos de hambre”

Historia

La pandemia no ha sido un obstaculo para este pequeño restaurante.

El negocio se encuentra en las antiguas oficinas de la CEDH. (Jesús Alberto García)
Jesús Alberto García
Tampico /

Para un pequeño negocio, mantenerse de pie durante la pandemia parece una misión imposible y aún más impensable el poder abrir en pleno 2021 de serias complicaciones económicas.

Pero esto no parece un reto para quienes trabajan en un pequeño restaurante en el centro de Tampico.

“Oiga, venga y coma aquí o ambos moriremos de hambre”, es un cartel colocado a un costado del establecimiento llamado “La casa del Moustro”, que se encuentra sobre la calle Isauro Alfaro, en el segundo cuadro.


El anuncio pareciera una simple invitación a comer al restaurante, pero es una forma de ser empáticos con la ciudadanía en medio de la pandemia, “que la gente pueda encontrar alimentos a la medida de su economía”.

Griselda Guerra Gea, es responsable del negocio que se encuentra en las antiguas oficinas de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, el cual abrió sus puertas por primera vez en abril de este mismo año, en plena afectación por la pandemia.


No ha sido nada fácil poder emprender en medio de una crisis histórica, tal vez la más fuerte que la actual generación de mexicanos y tampiqueños han enfrentado, pero “hay motivación de hacer las cosas, de salir adelante”.

A través de los carteles se trata de dar un mensaje de optimismo, de empatía con el cliente, pero también se trata de saber que cualquiera persona tiene problemas económicos y por eso los descuentos hoy en día se vuelven en una estrategia.

Cuentan con big quesadillas, migadas, panuchos, burri pizzas y antojitos. (Jesús Alberto García)


“A pesar de todo mantenemos los premios y hacemos promociones permanentes, porque estamos conscientes de la economía de la población y realmente sí nos ha golpeado la pandemia, pero siempre hay que pensar de manera positiva”, refiere con una sonrisa.

La estrategia no se limita a descuentos y buena comida, también ya que desde la banqueta la música del cantante Roberto Carlos que sale de una bocina, relaja a los clientes y motiva a las señoras desde la cocina.

En tiempos de coronavirus la estrategia principal es mantener la salud de la gente, por eso “pueden venir y sentirse seguros, no solo a la preparación de los alimentos, sino a la desinfección del área cuando entra el cliente y lo mismo ocurre cuando se va”.


Todo sea por subsistir

Todo gira en torno a la salud, al esfuerzo en equipo de todos y cada uno de los trabajadores de la pequeña empresa, la cual ha decidido generar empleos en los momentos más complejos que pudieron pensar y se mantienen en la lucha.

Saben que están en un lugar en donde la gente que pasa es mucha, pero la renta es cara, en donde se tiene que pagar agua, energía eléctrica, impuestos, salarios, pero eso no desmotiva a los emprendedores.

“Somos una pequeña empresa que ha sido resiliente en estos casos de crisis y un lema que tenemos es trabajar en equipo, lo que nos ha permitido ante estas complicaciones económicas” y que se mantiene alejada de las estadísticas de cierres, que han sido miles en todo el territorio tamaulipeco.
A pesar de que la renta es cara no pierden la motivación. (Jesús Alberto García)


Pero en épocas de sana distancia, Griselda refiere que le han apostado a las redes sociales como un modo de comunicación sobre sus productos, los alimentos y la sazón que ofrecen.

“Las TIC (tecnologías de la información y comunicación) son un medio para que nosotros como pequeñas empresas podamos dar a conocer lo que ofrecemos a todos los clientes” y sin necesidad de pagar grandes cantidades de dinero que no tienen.

Así fue como “La casa del Moustro nació en medio de la incertidumbre económica, pero en donde el cliente podrá encontrar una big quesadilla de 40 centímetros, las migadas, panuchos, burri pizzas y antojitos que “a todos los que vivimos en la zona nos gusta”.


​SJHN

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