Al menos 470 restaurantes cerraron de 2020 a la fecha a causa de las restricciones impuestas en el estado para frenar los contagios de coronavirus, informó la presidenta de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), Olga Méndez Juárez.
La representante del sector restaurantero en Puebla detalló que la situación implica la pérdida de más de 4 mil empleos, más una cantidad importante de puestos que permanecen en pausa a la espera del aval de las autoridades para que los establecimientos puedan reactivarse.
“La situación está muy complicada (…) Hemos hecho nuestro mayor esfuerzo tratando de contener a la gente porque hay desesperación, no del empresario sino de todos los que dependen de la industria restaurantera pidiéndoles que aguanten esperando el día que se pueda mover la economía”, señaló.
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Ante el incremento de casos de covid-19, el gobierno del estado de Puebla determinó en diciembre prolongar el cese de actividades al 25 de enero, por lo que restaurantes y cualquier negocio de comida solo puede ofrecer servicio para llevar o entrega a domicilio, mientras que las plazas comerciales permanecen cerradas.
De ahí que la Canirac junto con otros organismos empresariales impulsaron el movimiento #AbrirOMorir para ser considerados como industria esencial y poder reabrir sus locales; con ‘cacerolazos’ que han realizado a lo largo de este mes buscan que el gobierno los escuche para que puedan retomar el servicio a mesa cuanto antes.
Dijo que los agremiados tienen la esperanza de poder abrir el servicio a comensales el próximo 26 de enero, de lo contrario, habría más cierres definitivos.
“Después del 26 de enero muchos han dicho que si no se abre el servicio en mesa sí están en la posibilidad de desalojar el lugar, de hacer negociaciones con sus trabajadores y bajar la cortina de manera definitiva a nadie nos conviene frenar la economía”, dijo en el marco del tercer cacerolazo en la zona del centro histórico.
Señaló que el movimiento #AbrirOMorir se mantendrá vigente hasta que se logre la reactivación, pues están conscientes de la situación de salud que enfrenta el estado por la pandemia, pero a la vez, consideró que debe atenderse la crisis económica por la que atraviesan decenas de negocios y trabajadores que se han quedado sin ingresos.
“Tres cacerolazos como grito de desesperación. Tenemos que esperar al día 25 de enero a que venza el decreto vigente y dependiendo de la situación, estaremos tomando algunas otras medidas. Nos comprometemos y queremos establecer mesas de diálogo semanales en donde podamos ir midiendo cómo va la situación de salud para saber hasta dónde podemos apretar o hasta donde podemos ir dando facilidades al sector restaurantero”, comentó.
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