En un principio, fue el virus fifí. Los afectados venían de esquiar en las nieves de Vail, Colorado. Tenían en común vuelos en jets privados, chalets invernales y, sobre todo, mucho dinero.
"Los pobres somos inmunes", llegó a declarar el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa. De manera casi simbólica, el municipio más rico del país, San Pedro Garza García, se convirtió en el primer epicentro de infección, golpeado por varios habitantes que regresaban de Colorado cargando esquís y virus a cuestas.
Pero ahora, la epidemia de covid-19 ya golpea con fuerza a los estratos más populares del país y se ha cebado en las zonas de alta marginación, en donde la población no puede recluirse para pasar la cuarentena.
Las estadísticas oficiales del gobierno federal apuntan a que buena parte de los casos y contagios se concentran en este momento en alcaldías y municipios marginados de la Ciudad de México y su zona conurbada, además de otras localidades de escasos recursos en distintas entidades del país.
Hoy, las víctimas ya no son millonarios: se trata de mexicanos de a pie. Como dos comerciantes fallecidos en la Central de Abastos. O un indigente, que se refugió ayer en un cajero automático en Tlalpan. O Noé Sánchez, quien murió de covid-19 la semana pasada. Para sostener a su familia conducía una unidad de Metrobús. De viajes a destinos turísticos de esquí en las Rocallosas jamás supo nada.
El pasado viernes 24 de abril, pasó por el hospital más cercano a su casa, el Belisario Domínguez en Iztapalapa, pero no fue atendido. Después de ser llevado a dos nosocomios más sin éxito, falleció a causa de una enfermedad que llegó a una alcaldía donde el agua y los servicios básicos son un lujo que no todos sus habitantes pueden gozar.
En la Ciudad de México, de acuerdo a la base de datos abiertos de la UNAM, la mayoría de los casos de coronavirus se concentran en Iztapalapa (850 casos al cierre ayer), con un índice de desarrollo humano similar al de Sri Lanka; y colonias precarias de Gustavo A. Madero (603 casos), así como las zonas altas de Álvaro Obregón (331 casos), en donde el Método de Medición Integrada de la Pobreza calcula que hasta el 60 y 52 por ciento de la población vive por debajo de la línea marginal.
En contraste, las alcaldías con mayor índice de desarrollo humano -Benito Juárez, Cuajimalpa y Miguel Hidalgo- mantienen el contagio con las cifras más bajas de la Ciudad de México; sus habitantes, los que en un principio y bajo una visión ideologizada serían los principales afectados por la pandemia, han salido relativamente indemnes.
El caso más emblemático de la capital es el de Iztapalapa, la alcaldía más grande y poblada del país con más de un millón 827 mil habitantes. En la mayoría de sus 319 colonias hay carencia constante de agua y servicios básicos, eso sin contar con que la gente ha hecho poco caso al llamado a quedarse en casa, y cada fin de semana desde que inició la emergencia sanitaria, la policía reporta fiestas clandestinas.
En esa alcaldía se encuentra el Hospital Belisario Domínguez, uno de los que ya presenta saturación por la cantidad de casos que han llegado en los últimos días, lo mismo que el General de Tláhuac.
Marginación mexiquense
En el caso del Estado de México, al cierre de ayer los municipios con más infecciones de covid-19 eran, nuevamente, los más populares: Nezahualcóyotl, Ecatepec, Tlalnepantla, Naucalpan y Chimalhuacán. Todos comparten no solo la alta densidad población, sino también una baja cifra de ocupación laboral y poca obediencia a permanecer en casa; las autoridades han batallado para contener bailes populares y fiestas callejeras en sus confines.
Aún contando Naucalpan, que posee algunas zonas de alto poder adquisitivo, todos los municipios mexiquenses mencionados cuentan con elevadas tasas de infección y registran proporciones de marginación superiores al 50 por ciento de su población, ubicada con un ingreso inferior a la línea de bienestar por el Coneval.
A nivel nacional, Tijuana, en Baja California, encabeza la lista de municipios con mayor número de personas afectadas por el nuevo coronavirus, con más de 733 personas confirmadas al cierre de ayer; de nueva cuenta, también aquí se cruza la pobreza con la infección: ha sido también la urbe que más fallecimientos ha confirmado, fuera de la Ciudad de México, con 130 decesos.
La marginación en Tijuana, una confluencia histórica de migración masiva, falta de servicios y empleos precarios en la industria de la maquila, es otro factor a tomar en cuenta en la crisis de covid-19. Al menos el 58.94 por ciento de su población vive en algún tipo de pobreza, ya sea extrema o moderada, de acuerdo al Coneval.
Otro caso relevante se en Tabasco, entidad que desde hace 8 años se encuentra sumida en una fuerte crisis económica. Villahermosa, la capital del estado, concentraba hasta ayer 548 casos confirmados y 63 defunciones de covid-19. Y ahí también empalma el mapa de la pobreza: el municipio de Centro, en el que se encuentra la ciudad y en donde el coronavirus va en mayor ascenso, tiene la más alta tasa de desempleo del país, con 7.4 por ciento.
ledz