El piano fue la pasión del ahora coordinador de la bancada del Partido Acción Nacional (PAN) en el Congreso Local, Eduardo Alcántara, sin embargo, tuvo que abandonar sus estudios en música debido a la crisis económica de 1994, ya que sus padres no pudieron solventar los gastos que requería vivir en Ciudad de México. Sin embargo, aún conserva dicho en casa de su mamá, donde lo toca hasta cinco horas al día cuando tiene tiempos libres.
En entrevista con MILENIO Puebla, el panista se cataloga como una persona amante de la retórica, de la perorata y siente que la música tiene muchas similitudes con la política: “Tienes que aprender a llevar el tiempo”.
Si bien fue seleccionado del equipo de básquetbol en la preparatoria y en la licenciatura en la UAP, no llegó a más pues decidió continuar con el piano, pues con el deporte terminaba con los dedos torcidos.
De pequeño aprendió a cocinar ya que le ayudaba a su hermano mayor a preparar la comida para sus hermanas, pues su mamá estuvo en cama año y medio por una serie de operaciones. Además, en esa infancia también llegó a coleccionar hasta 200 corcholatas de todos los lugares donde viajaba.
Actualmente, acude a jugar boliche cuando se siente estresado y sus películas favoritas son La Vida es Bella y The Thurman Show, además de que se siente identificado con Beethoven por lo testarudo.
¿Quién es Eduardo Alcántara?
“Eduardo es un poblano de nacimiento y un poblano por elección, porque me fui y decidí regresar. Me auto catalogo como una persona amante de la retórica, de la perorata, soy tmuy chicharachero”.
¿Qué haces en tus tiempos libres?
“Híjole, el problema ahorita es tener tiempos libres, está muy complicada la agenda, pero me gusta retomar mi pasión inicial, que en un momento pensé era mi vocación, mi carrera y la dejé: el piano. Estudié en el conservatorio, soy un pianista frustrado, amante de la música de todo tipo. La música para mí es una parte importante, de broma he dicho que tiene muchas similitudes con la política, pues en ambas tienes que aprender a llevar el tiempo”.
¿Porque dejaste el piano?
“Dejé el piano por la crisis de 1994, yo tenía una beca para estudiar en Ciudad de México. Cayó la crisis y mis papás no tenían la solvencia económica (…) Yo fui afectado en esa crisis de Salinas y por eso decidí dedicarme a la política (ríe)”.
¿Pero sigues practicando piano?
“Tengo un piano vertical en casa, uno que me heredó mi madre antes de fallecer y está en su casa, un piano de cuarto de cola. Somos un binomio y en mis últimos momentos pasaba de cuatro a cinco horas al día. La vida te lleva por otros caminos y aprendes que no es tan lineal como pensabas. Me quedé con esas ganas por la música, por lo que a ratos toco la guitarra. Yo estudié composición hace muchos años, escribía música religiosa, fui comisionado de música sacra, incluso estudié algo de latín y gregoriano en Guadalajara y llegué a componer misas en latín en Puebla, aun cuando estaba Rosendo Huesca como arzobispo. También participé en un grupo religioso que se llama Arcángel Sónico y por querer quedar bien con una que otra mujer, les compuse”.
¿Te gusta cocinar?
“Sí cocino, me encanta y por azares del destino cociné desde pequeño. Mi mamá tuvo una serie de operaciones de la columna vertebral que la dejó en cama un año y medio, por lo que mi hermano mayor y yo nos hacíamos cargo para hacer los alimentos para mis hermanas. Ahí lo hacía por obligación, luego por doble obligación, porque mientras estudiaba también trabaja en el Mesón de la Sacristía y ahí fui chef, por lo que me encanta la cocina”.
¿Practicas algún deporte? ¿Cuál es tu favorito?
“Practiqué basquetbol. Fui seleccionado de la UAP en la preparatoria y la universidad, y fue un tema de discusión siempre con mi mamá, en decir: el piano o el básquetbol. Sin embargo, con el básquet me torcía los dedos y cuando llegaba al piano mi maestro me regañaba. Aunque me gustaba mucho, me decidí por el piano”.
“De deportes me encanta el automovilismo, me gustan mucho las carreras de autos, veía la Fórmula 1 con mi padre de chico y mi tío fue administrador del autódromo hace años, cuando era muy llanero. Me encanta Nascar, las carreras, la velocidad, la confrontación, el choquecito”.
“Por hobby, de chamaco me iba de pinta, me salía de clases para ir a jugar boliche (…) Todavía cuando hay estrés me voy solo al boliche, una hora, unas cinco líneas y cuando termino todo cansado, lo dejo”.
¿Qué tal el cine? ¿Qué género te gusta?
“Me gusta el cine, me gustan todas las artes, la música, la escultura, la pintura, me aburre la danza, con el ballet me duermo. La película que más me gusta es La Vida es Bella y The Truman Show, son grandes películas”.
¿Coleccionas algo?
“No colecciono algo ahora, pero de niño sí guardaba corcholatas de refrescos de todos lados. Viajaba mucho y de ahí las coleccionaba. Las dejé con mi mamá, pero ella las tiró. Las coleccionaba desde la época de las Olimpiadas de Seúl, llegué a juntar más o menos 200”.
¿Cuál es tu libro favorito?
“Leí mucho por mi carrera, soy amante de la teoría de la política, creo que debí ser sociólogo. Mi libro favorito se llama Tratado de la Naturaleza Humana y es mi libro de cabecera”.
¿Te identificas con algún súper héroe o personaje histórico?
“De personaje histórico me va más por Beethoven y Chopin, éste último por lo apasionado de la música, pero Beethoven por lo testarudo, de querer hacer las cosas, porque a pesar de estar sordo compuso lo que compuso, y la frase que me gusta de él es: ‘Me apoderaré del destino agarrándolo por el cuello. No me dominará’”.
AFM