Construcción del muro de Trump disminuye a la mitad presencia de animales

Aunque el presidente Biden decretó suspender la construcción del muro, hasta ahora no ha firmado la cancelación de los contratos y las obras continúan; coyotes, borregos cimarrones y jaguares son algunas de las especies afectadas.

Los ruidos de la construcción del muro alejan a los animales. (Cuartoscuro)
Vanessa Job
Estados Unidos, Arizona /

La construcción del muro de Donald Trump impactó el ecosistema de la frontera y ahuyentó a prácticamente la mitad de los animales que habitaban entre Arizona y Sonora.

Resultados preliminares del estudio de Fauna Fronteriza de la organización Sky Island Alliance muestran que la disminución de la presencia de las especies animales durante los meses de octubre y noviembre, son coincidentes con la fecha de inicio de los trabajos de construcción del muro fronterizo en Arizona.

Laiken Jordahl ha sido testigo de cómo las constructoras continúan trabajando, pese a la orden de parar las obras. (Especial)

La organización ha invertido cien mil dólares en una investigación que inició formalmente el 9 de marzo de 2020, para la cual se tienen desplegadas 48 cámaras trampa en Estados Unidos en las montañas Patagonia, Huachucas y el Valle de San Fernando y ocho más en México, a fin de monitorear la actividad de las especies ante la construcción del muro de Trump.

Los números arrojan que la detección de especies a través de las cámaras trampa disminuyeron entre 30 y 50 por ciento, dependiendo de la zona, explicó a MILENIO Paulo Quadri, director de Conservación de Sky Island Alliance.

“Coincide con la construcción del muro en esa zona en esos días, quizás por el ruido que traen las máquinas, la luz y el movimiento ahuyentan a los animales, se asustan y no pueden estar en el hábitat normal, aunque en el análisis hay que considerar que hay factores estacionales que pueden afectar y eso se sabrá con el estudio completo al cabo de un año más”, detalló el especialista formado en las universidades de Yale y California.
Paulo Quadri, director de Conservación de Sky Island Alliance, organización que hace la investigación del impacto ambiental del muro. (Especial)

Las cámaras trampa cuentan con un sensor de movimiento que ha logrado captar en promedio a diez animales diarios en la zona del valle de San Rafael y las montañas Patagonia, y siete en las montañas Huachuca. En todos los casos vemos esa caída abrupta en estas detecciones por día, refiere el ambientalista.

Después de recolectar las imágenes de las cámaras, Meagan Bethel, especialista en vida salvaje, se encarga de clasificar el material. Descarta las imágenes donde se detecta el movimiento del pasto y resguarda las fotografías donde aparecen desde roedores hasta animales más grandes como osos. Ella se ha convertido en un escáner humano de vida salvaje.

“Incluyendo todas las fotos en blanco con el pasto, tenemos más de 2 millones de fotos del estudio”, comenta mientras nos muestra la ardua labor de clasificación.

El estudio ha arrojado 15 mil detecciones de animales que pertenecen, hasta ahora, a cien especies diferentes, que forman el paraíso biológico que diversos grupos de ambientalistas luchan por defender. Las más comunes son el venado cola blanca, la chara mexicana, el ratón norteamericano y el conejo del desierto.

“Esta es la primera vez que vamos a tener un área grande y datos consistentes a lo largo de toda el área, para realmente ser capaces de analizar qué es lo que está sucediendo”, refiere Bryon Lichtenhan, especialista en conservación de Sky Island Alliance.

En los los últimos cuatro años, Estados Unidos invirtió 15 mil millones de dólares, la mayor parte de fondos militares, para construir el muro. Trump presume haber levantado 480 kilómetros y Arizona es el lugar donde más muro se instaló durante su administración.

Es una zona privilegiada en términos de la cantidad de biodiversidad, explica Quadri, especialmente de mamíferos, en ninguna otra parte del mundo vas a ver un hábitat donde se encuentran el jaguar, icono de la fauna tropical y el lobo, icono de la fauna templada.

El muro se extiende a lo largo de 727 kilómetros en la frontera. (Especial)

El muro se extiende a lo largo de 727 kilómetros en la frontera, lo que cubre más de una cuarta parte de los 3 mil 145 kilómetros del Pacífico al Atlántico. Oficialmente la construcción en la era de Trump comenzó en febrero de 2018 en Calexico, California, con el reemplazo de 32 kilómetros de antiguas placas oxidadas por barrotes de nueve metros de altura.

Con la presencia del muro, animales como coyotes, borregos cimarrones y jaguares, no podrán cumplir con sus flujos migratorios. El muro va a cambiar el equilibrio de la naturaleza.

“Tenemos grandes franjas bloqueadas, que impedirán el paso a las especies grandes, lo cual hará que las cadenas alimenticias se modifiquen de ambos lados. También puedes tener problemas reproductivos o de cuellos de botella genéticos, donde no pueden buscar pareja más allá de esta zona, y empiezas a tener problemas congénitos en las especies, lo cual los puede llevar a enfermedades”, dice Quadri.

En su primer día al frente del gobierno, el presidente Biden decretó la suspensión de la construcción del muro, pero hasta ahora no ha firmado la cancelación de los contratos.

Laiken Jordah, del Centro de Diversidad Biológica, ha sido testigo de cómo las constructoras levantaron el muro aprovechando hasta el último minuto de la era Trump; se detuvieron con la orden ejecutiva de Biden, pero el 13 de febrero grabó imágenes, donde maquinaria pesada estaba moviendo tierra en la frontera y denunció que siguen los trabajos a pesar de la orden del ahora presidente Biden de detener la obra.

“Si Biden falla cancelando la construcción, nosotros continuaremos luchando en cada parada del camino, seguiremos luchando en contra del gobierno y organizaremos protestas masivas”, advierte Laiken.

El activista señala que la terminación de los contratos costaría 7 millones de dólares, pero los norteamericanos se ahorrarían 2.6 billones en la construcción de la valla.

Los ambientalistas esperan que el gobierno invierta en resarcir el daño ambiental causado por el muro. “Yo esperaría que se invierta mucho en restaurar las zonas que fueron degradadas en estos años; que se remuevan partes estratégicas del muro, por lo menos; que se usen los mismos contratos que se usaron para removerlo; que se trabaje tanto a nivel unilateral como binacional”, dice Quadri.

Ahora su lucha se centra en que esta administración derribe parte del muro en el cañón de Guadalupe, en el río de Guadalupe y el Coronado National Memorial y así los jaguares, los lobos y otras especies puedan migrar libres.

“Yo quiero pensar que a futuro, los gobiernos van a pensar distinto y buscarán las formas de sanar esta gran cicatriz, este gran problema, que no es sólo en los ecosistemas sino en la historia de los dos países, tengo esperanzas todavía”, concluye Quadri.

DMZ

LAS MÁS VISTAS