De forma inesperada, hace dos meses Geovanna Bañuelos (Zacatecas, 1980) se convirtió en la coordinadora del Partido del Trabajo en el Senado; sin embargo, desde que tiene 21 años está en la política.
La legisladora se describe como una mujer poco convencional; no le gustan las labores domésticas, como trapear, lo cual realmente la enfada.
Además de ser arquitecta con posgrado en valuación de inmuebles, conoce bien las actividades de los bomberos; acaba de terminar la carrera de Derecho y es empresaria ganadera que disfruta de la familia y de la naturaleza, por lo que espera dedicarse a eso cuando se retire.
“Me siento muy agradecida de esta oportunidad que me da el PT. Llevo 11 años militando y es el único en el que espero estar... es un grupo parlamentario con un gran nivel. Todos tienen experiencia parlamentaria, han sido legisladores locales o federales, con nivel académico, el cual nos compromete porque todos son profesionales de la política”, presume.
¿Cómo una arquitecta llega a la política?
Recibí la oportunidad de trabajar en la Secretaría de Obras Públicas de mi estado mientras estaba estudiando para poder ayudar con los gastos de la carrera. No sé ahora, pero entonces era una de las carreras más caras; entonces metí una solicitud de empleo en la secretaría, donde cortaba papeles o sacaba copias.
En plena campaña vino una circunstancia curiosa, porque el director estatal de Protección Civil y de Bomberos pidió licencia, entonces me invitaron a trabajar a la subdirección de esa instancia.
Fue una gran oportunidad, tenía 21 años. Me tocó recorrer en ésta, que para mí es la cara bonita de la política, todos los municipios y comunidades de Zacatecas. Conocí la actividad que realizaban 44 bomberos, quien por contar solo con estudios de primaria ganaban un muy bajo salario; los impulsé a estudiar en el sistema abierto para que hicieran la secundaria e incrementaran su ingreso.
Me enamoré de lo que significa en sí hacer política, cuando la haces de manera pura, cuando verdaderamente es para apoyar a los demás.
Estuve en campañas políticas la mayor parte de mi tiempo laboral, dedicada a coordinarlas tras bambalinas y, como ya conocía todo el territorio del estado, empecé a involucrarme en campañas, desde el brigadeo y la coordinación hasta que en 2005 me tocó la presidencial, a través de redes de jóvenes.
Esa encomienda me llevó a desempeñarse como diputada local en dos ocasiones, por lo que decidí estudiar Derecho. Te presumo que acabo de concluir mi carrera, por lo cual hago de la política una forma de vida.
¿Qué hace en el tiempo libre?
Me encanta el cine, viajar cuando tengo posibilidad de hacerlo. Soy originaria de un municipio muy pequeño en los límites de Nayarit y Jalisco, que es Monte Escobedo, donde mi familia se dedica a la ganadería.
Tengo cuatro años aprendiendo, emprendimos un negocio en sociedad con mi papá y uno de mis hermanos, entonces me encanta ir a ver los animales cuando los estamos preparando para las exposiciones. Tenemos ganado Charoláis de registro, que creo que es una de las mejores ganaderías que hay en Zacatecas.
Aunque la producción es pequeña y modesta, a mí me da una doble satisfacción, es algo que me gusta y aparte es algo que emociona a mi papá y a mis hermanos que esté en mis ratos libres intentando ayudar.
¿Qué sabe de ganado una legisladora?
¡Muchísimas cosas!, hay que prepararlo. Nosotros tenemos un ganado que ha sido famoso en la región por su manejo, obviamente son animales que cuando están en tiempo de venta rebasan los 500 kilos de peso, entonces es muy complejo, es algo que se tiene que hacer a diario, desde cepillarlos, manejarlos, limpiarlos, cuidar las fórmulas de su alimentación, las cruzas que se hacen y la inseminación.
Le gusta la naturaleza y la familia, pero no la veo en quehaceres domésticos…
Soy buena cocinando, tengo buen sazón. Mi marido lo hace mejor que yo, entonces en ocasiones, cuando tenemos ratos libres soy su pinche; él cocina muy rico, pero hay otras faenas del hogar que me gustan y otras no.
¿Cuáles no?
¡Si me pones a trapear, olvídate, es lo peor que me puedes encomendar en la vida! (risas). Yo estoy dispuesta a lavar alteros y alteros de platos, vasos, de lo que sea; lavar los trastes me encanta y me relaja; creo que ninguna faena doméstica me gusta, pero no soporto la trapeada; se me hace extraordinario quien lo hace.
Pues hay talentos para todo…
De música me encanta casi todo, menos la electrónica porque no la puedo escuchar más de media hora, me duele la cabeza y no me permite platicar. Disfruto mucho la ranchera, particularmente de Pepe Aguilar, es un paisano zacatecano, hijo de otro zacatecano maravilloso que es Antonio Aguilar, pero también me gusta la música pop.
La legisladora dice que si no hubiera sido política sería bailarina de ballet clásico, que estudió durante cuatro años.
¿Qué está leyendo?
Juntos hicimos historia, de Tatiana Clouthier.