Al hablar nos comunicamos, pero también dibujamos fronteras. Los idiomas construyen el concepto del extranjero, el otro.

La guerra suele dañar a los más vulnerables: niños, ancianos, refugiados.

La literatura de terror alude a una pulsión humana muy primitiva, ancestral, común a todos los individuos: el temor al distinto.

El ideal de Epicuro destacaba por su sencillez: placer para todos y denuncia de la avidez.

Ya en tiempos romanos eran comunes los desvelos por los altos precios de los alquileres.

Aprendemos más cuando el puro placer nos hace olvidar que estamos aprendiendo.

Juzgar cualquier acto es un pasatiempo que desconfía de la buena voluntad de los demás.

En nuestra época de enconos, la democracia se asemeja demasiado a una contienda entre hinchas de futbol.

La humildad es más que una postura ante la vida: es conciencia de nuestras debilidades.

Contra toda evidencia, los países poderosos, los que se perciben arriba, se empeñan en considerarse brújula de la realidad.