El centro de recompensa y placer del cerebro se puede activar con sustancias nocivas como las drogas, pero ¿sabías que también tiene la capacidad de activarse con alimentos muy sabrosos que por lo general están saturados de azúcar, grasa o sal?
La ingesta de estos alimentos provoca en nuestro cuerpo la producción de dopamina; al experimentar el placer, la asociación de dopamina con ese alimento provoca que rápidamente queramos consumirlo de nuevo, creando una adicción. De esta forma comemos aunque no tengamos hambre.
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Algunas personas crean resistencia, lo que hace que coman más y sientan menos el efecto de la dopamina; esta ingesta descontrolada puede conducir al sobrepeso.
Entre los alimentos que pueden causar una respuesta con dopamina están las papitas fritas, los chocolates, la pizza, el helado, las galletas de chocolate, las frituras y las hamburguesas con queso.
Así que ahora ya lo sabes, resiste la tentación y come por hambre, no por adicción.
mrf