Según publicó este martes Nature Climate Change, debido al parón económico en el mundo causado por la pandemia, la reducción diaria global de emisiones de CO2 alcanzó el pasado 7 de abril, considerado el pico de las restricciones mundiales, 17 por ciento en comparación con la media de 2019. La estimación es que ese día se expulsaron a la atmósfera 17 millones de toneladas menos.
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En España, la caída máxima de emisiones, principal causante del efecto invernadero, alcanzó 31.9 por ciento, superior a la del conjunto de Europa, situado en 27 por ciento. En el mundo, la media por países fue de 26 por ciento. Durante los primeros días de abril, las emisiones diarias globales se retrotrajeron a escala de 2006. Reducción notable, pero nada que cambie las dinámicas atmosféricas.
Tras 319 mil muertes confirmadas en el mundo y un frenazo a la economía que tardará años en recuperarse, los científicos advierten que la disminución de los niveles de contaminación no es, en ningún sentido, una buena noticia. Ni desde el punto de vista estrictamente atmosférico, pues el efecto no se notará a medio plazo y no servirá para mitigar el cambio climático.
“Es síntoma de una disrupción económica masiva y las medidas tomadas para contenerla”, dijo Joeri Rogel, investigador del Imperial College, que no ha formado parte del estudio. De hecho, la experta Corinne Le Quéré, de la Universidad de Anglia del Este (Reino Unido), concluye con la advertencia de que “varios indicadores señalan a un rebote con una trayectoria de emisiones incluso mayor”.
Partiendo del supuesto de que se recupere la normalidad en el mundo hacia mediados de junio, calculan que la reducción anual de emisiones rondará 4 por ciento en 2020. Si se mantuvieran algunas de las actuales restricciones a partir de esa fecha, la caída estimada sería del 7 por ciento.
El sector que más ha reducido sus emisiones en el mundo es el del transporte terrestre, con una caída de 43 por ciento durante el pico del confinamiento mundial, el mencionado 7 de abril. Las emisiones del sector de la energía mermaron hasta 19 por ciento y las de la industria 25 por ciento.