Uno de los elementos más fascinantes y misteriosos del Universo es el agujero negro, un “monstruo” invisible devorador de estrellas. Su existencia fue probada científicamente por el británico Roger Penrose, el alemán Reinhard Genzel y la estadunidense Andrea Ghez, quienes fueron reconocidos con el Premio Nobel de Física 2020.
Gracias al hallazgo de Andrea Ghez y Reinhard Genzel de un agujero negro supermasivo en el centro de la Vía Láctea, y a la prueba matemática que aportó Roger Penrose, se desafió el sentido común hasta el punto de que incluso Albert Einstein, padre de la teoría de la relatividad, dudaba de la existencia de este “monstruo” invisible.
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¿Qué es un agujero negro?
La profesora de astronomía estadunidense Andrea Ghez, una de las tres ganadoras del Premio Nobel de Física 2020, fue cuestionado por la agencia AFP sobre cómo explica a un niño qué es un agujero negro, a lo que ella respondió: "Un objeto cuya fuerza gravitatoria es tan intensa que nada puede escapar, ni siquiera la luz ".
Existen dos tipos de agujeros negros: el primero se forma con el colapso del centro de una gran estrella, lo que crea una supernova. Puede ser hasta 20 veces más fuerte que el Sol, pero ocupa un espacio pequeño. Tratar de ver el agujero negro más cercano a la Tierra equivaldría a buscar una célula humana en la superficie lunar.
En cambio, los agujeros negros supermasivos—como el que hallaron los laureados con el Premio Nobel — son al menos un millón de veces mayor que el Sol.
Este verano boreal, el grupo de investigadores con los que trabaja Andrea Ghez desde hace 25 años celebró haber medido el agujero negro supermasivo situado en el centro de la Vía Láctea, el llamado Sagitario A*. Para ello usaron telescopios gigantescos situados en Hawái y realizaron innumerables cálculos.
"Es muy difícil definir un agujero negro", coincide. "Las leyes de la física cerca de un agujero negro son tan diferentes de las de la Tierra que no tienes intuición de qué estás buscando".
"Puedo pensar en ello matemáticamente, de manera abstracta, pero formar una imagen es muy difícil, porque el espacio y el tiempo se mezclan".
La forma de "ver" un agujero negro, ya que no son visibles, es observar el efecto que tiene sobre los objetos que están a su alrededor.
En este caso, las estrellas. Ghez afirma que después de 25 años tiene un mapa mental muy preciso de las estrellas que giran alrededor de Sagitario A*.
"Las estrellas son como los niños. Conocemos sus nombres, pero cambian un poco cada año", ejemplifica.
¿Qué pasa si una persona cae en un agujero negro?
La Academia Sueca afirma que una persona no sentiría nada si cayera en dentro de un agujero negro pero esa aseveración es matizada por Ghez: "No sobreviviríamos. Si cayéramos con los pies hacia adelante en un agujero negro, lo primero que sucedería es que la fuerza gravitatoria sería mucho más fuerte en los pies que en la cabeza, lo que nos destrozaría. Así que no sentiríamos nada porque ya no existiríamos, no sobreviviríamos".
Ghez, doctorada por la Caltech en 1992, está en la Universidad de California, en Los Ángeles, desde 1994, donde codirige el Centro Galáctico. Se muestra convencida de que con el tiempo irá desentrañado los secretos que guardan los agujeros negros.
"Esta es un área de la física donde el ritmo de los descubrimientos se está acelerando porque la tecnología evoluciona máxima velocidad. Y, francamente, sabemos muy poco".
La cuarta mujer en ganar el Premio Nobel de Física
Hace dos años, la canadiense Donna Strickland ganó el Premio Nobel de Física, y antes que ellas, solo dos mujeres lo lograron, en 1963 (Maria Goeppert Mayer) y 1903 (Marie Curie). Mientras que más de 200 hombres han recibido este galardón.
La física "ha estado dominada durante mucho tiempo por los hombres, pero cada vez hay más mujeres que ingresan a esta disciplina. Estoy encantada de poder ser un modelo a seguir para las mujeres jóvenes”, concluye la científica.
epc