Chelas, wifi y el futbolito, nuevo ambiente laboral

En Wework trabaja todo tipo de profesionistas conectados entre sí.

Montse H. Tula
México /

Nuevos espacios laborales llamados coworking avanzan en México y el mundo, pues son lugares con precios accesibles, un concepto “relajado” y están enfocados a los emprendedores o freelancers, sin excluir a las grandes compañías.

Es el caso de Wework, que ofrece oficinas con vista panorámica, área lounge, espacios privados, cocina, café, té, cervezas, agua y zonas para consumir alimentos, así como futbolitos, cabinas telefónicas y salas de juntas. También hay wifi gratuito y dispositivos multifuncionales en cada piso.

Lo que busca este concepto es “responder a una tendencia mundial de personas que quieren pertenecer a una comunidad global que está en sintonía con compartir, aprender y desarrollarse personal y profesionalmente”, comentó a MILENIO Eduardo Molina, director general de Wework en México y Colombia.

La firma inició hace siete años en SoHo, Nueva York, y ahora cuenta con 140 instalaciones en más de 44 ciudades de 14 países. Molina explicó que ahora los profesionales buscan convivir con otros y conocer empresas para expandir su negocio sin la necesidad de dejar de ser independientes.

El proyecto llegó a México en 2016 y ya cuenta con 4 mil miembros en las tres sedes de Ciudad de México (Torre Reforma Latino, Montes Urales y Varsovia). En la sede de Reforma abrirán cuatro pisos más, convirtiéndose en el Wework más alto del mundo. También planean abrir instalaciones en Polanco y Santa Fe.

En el sistema trabajan todo tipo de profesionistas, ya sean independientes o de grandes corporativos, conectados entre sí por medio de una aplicación, la cual sirve como referente para interactuar con otras empresas, ya que 70 por ciento de los miembros hace negocios entre ellos.

Conocer socios

Rodrigo Pérez, director comercial de la agencia de programación Paradoja, conoció en una oficina compartida del Wework de Torre Reforma a Roberto León, experto en marketing digital en la empresa Conversia Digital.

“En un principio éramos solo nosotros dos pero conforme pasó el tiempo el servicio nos gustó y decidimos rentar una oficina más grande para cuatro personas”, comentó Pérez.

“No hay conflicto de intereses y cuando algún cliente requiere el servicio de Roberto, mi asistente hace la recomendación. Es mucha la convivencia, si necesitas algo que alguien más ahí lo hace, puedes acercarte sin problema”, abundó.

El concepto de coworking brinda el espacio para trabajar sin necesidad de amueblar o firmar contratos a largo plazo. “Lo padre es que te fuerza a que conozcas gente; por ejemplo, en enero me puse a jugar futbolito e hicimos la reta, intercambiamos tarjetas y a las semana siguiente cerramos tres tratos”, finalizó Pérez.

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