Ciclón tropical 'Alberto': esto sabemos sobre su posible formación en el Golfo de México

La temporada de huracanes en México comenzó desde mayo en el Pacífico y a inicios de junio en el Atlántico, sin embargo, hasta el momento las tormentas no han alcanzado a formarse.

En caso de formarse el ciclón provocaría fuertes lluvias para varios estados de la región | Foto: NEMESIO MÉNDEZ/CUARTOSCURO
Lizeth Hernández
Ciudad de México /

La posible formación de un ciclón o depresión tropical ha provocado que el océano Atlántico se mantenga vigilado. En los últimos días ha incrementado la expectativa en la región, en donde se prevén fuertes lluvia desde que arrancó la temporada de huracanes en México.

Aunque su evolución aún es incierta, tanto el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) como el Centro Estadounidense de Huracanes se encuentran monitoreando su comportamiento. Esto es lo que se tiene previsto hasta ahora: 

¿Cuándo y dónde se formará?

Las dos instituciones prevén que en los próximos siete días se defina el escenario, ya que en el Golfo de México se ubica una zona de baja presión que podría dar pie a la formación de un ciclón tropical. La probabilidad era del 40 por ciento el pasado 12 de junio, actualmente la expectativa es del 70 por ciento.

"Las condiciones ambientales parecen propicias para un desarrollo gradual adicional, y es probable que se forme una depresión tropical o tormenta tropical a mediados de semana mientras se desplaza lentamente hacia el oeste o el oeste-noroeste hacia la costa occidental del Golfo", señala el Centro Estadounidense de Huracanes en su último reporte

De acuerdo con las imágenes de satélite y las observaciones en superficie, actualmente se mantiene la formación de una amplia zona de baja presión sobre la Bahía de CampecheDe cumplirse el pronóstico, el nombre que recibiría el ciclón, según la lista del SMN, sería Alberto. 

El dato

¿Depresión, tormenta o huracán?

Las tres son ciclones tropicales con diferentes características, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) su clasificación depende de la velocidad de los vientos:

-Depresión tropical: vientos máximos sostenidos de 38 mph 

-Tormenta tropical: vientos máximos sostenidos de 39 a 73 mph. 

-Huracán: con vientos máximos sostenidos de 74 mph.   

¿Ciclón a la vista ?

En México, la temporada de ciclones tropicales en el océano Pacífico inició el pasado 15 de mayo, se prevé que concluya el 30 de noviembre.

El SMN prevé que este 2024 los ciclones den pie a la formación de entre 8 y 9 tormentas tropicales y de 7 a 9 huracanes (la mitad podrían ser intensos, es decir, con una categoría superior a 3).

En el caso del Atlántico (cuyo periodo inició el primero de junio y concluirá el último día de noviembre) se han pronosticado entre 20 y 23 ciclones, de los cuales, al menos 4 podrían convertirse en huracanes.

En el océano Atlántico también se preve la posible formación de un ciclón | Foto: NOAA

Sin embargo, los pronósticos no siempre se cumplen, ya que para que se forme un ciclón se requieren varias condiciones —tanto en la atmósfera como en el mar— que no siempre llegan a coincidir. De hecho, aunque la temporada ya inició, hasta el momento y en medio de las expectativas, no se ha llegado a concretar ninguna de las previsiones en las costas de México.

Por ejemplo, la semana pasada, el reporte del Centro Nacional de Huracanes estadounidense alertó sobre la posible formación de un ciclón en el Océano Pacífico. Según lo previsto, existía una probabilidad del 20 por ciento y se formaría a un par de cientos de millas de la costa del sur de México o Guatemala


No obstante, la baja presión en la región terminó por 'desaparecer', borrando así las posibilidades de un ciclón. 

¿De qué depende que se formen el ciclón Alberto?

La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) señala que los ingredientes principales para este tipo de fenómenos son la temperatura, humedad, giro, ubicación y viento. Según la institución, de esto depende la fromación de un ciclón: 

Frío, calor y humedad

El mar debe tener la temperatura correcta: los ciclones requieren de aguas cálidas con una profundidad de al menos 45 metros, mientras que la superficie debe encontrarse a al menos 27 grados celsius.

En la atmósfera las temperaturas deben ser las adecuadas para poder enfriarse rápidamente y así formar condiciones de tormenta.

A la par, el aire debe de estar relativamente húmedo, ya que el aire seco puede provocar la 'muerte' de la circulación ciclónica. 

El lugar

El ciclón debe encontrarse a por lo menos 482 kilómetros de distancia del Ecuador ya que esto permite al efecto de Coriolis (fuerza aparente que desvía el movimiento a la derecha o a la izquierda dependiendo del hemisferio) crear el giro característico del ciclón.

“Esta fuerza hace que los huracanes del hemisferio norte giren en sentido contrario a las agujas del reloj, y los del hemisferio sur, en el sentido de las agujas del reloj. Este giro puede jugar algún papel en ayudar a los ciclones tropicales a organizarse”, señala la NAOO.

El viento

Un elemento clave en estos fenómenos es el viento: demasiados cambios en su dirección y/o intensidad en diferentes partes de la atmósfera (lo que científicamente se le conoce como cizalladura) puede interrumpir o debilitar la formación del ciclón. Por ello necesita una baja cizalladura vertical.

Sin embargo, aún con todos estos elementos juntos no siempre se obtiene como resultado un ciclón, como destaca la NAOO en su informe.

Ciclones y huracanes

Un huracán es un tipo de ciclón, no obstante, para alcanzar dicha potencia se deben tomar en cuenta otros fenómenos que favorecen la transición. 

Por ejemplo, las ondas orientales africanas, la capa de aire del Sahara, una perturbación en la atmósfera conocida como la Oscilación Maddde-Julian así como las oscilaciones Decal del Pacífico y Multi-decal del Atlántico.

¿Qué factores podrían intervenir en esta ocasión?

Este 2024 hay dos factores que pueden influir en la formación de ciclones/huracanes: 'La Niña' (una fase del fenómeno conocido como El Niño-Oscilación del Sur) y las temperaturas anormalmente cálidas del mar.

Por un lado, más calor, significa más combustible para los ciclones. En el caso del océano Atlántico (donde se prevé la formación de Alberto), se han registrado temperaturas históricas, por lo que expertos prevén una temporada intensa de ciclones en esta parte del mar.

Además, la NOAA anunció en su reporte del 9 de mayo que existe un 49 por ciento de probabilidad de que el fenómeno de La Niña se desarrolle durante los meses de junio-agosto en el océano Pacífico, y un 69 por ciento de que suceda en los meses de julio-septiembre de 2024, es decir, dentro de la temporada de huracanes.


Dado que La Niña implica el enfriamiento anormal de una zona del Pacífico, su impacto en el patrón climático puede llegar a alterar la formación de ciclones, fomentando un aumento en el número de ciclones en el Atlántico y disminuyendo las previsiones en algunas zonas del Pacífico.

En lo que va de la temporada, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) ha vigilado en al menos tres ocasiones zonas de baja presión que tenían potencial de formar ciclones tropicales. Sin embargo, incluso aquella que alcanzó un 40 por ciento de probabilidad, se desvaneció llevándose así la posibilidad de un huracán.


LHM 

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