Desde su formación como tormenta tropical, hasta su posterior evolución como un poderoso huracán, Beryl ha provocado sorpresa entre la comunidad científica.
Este 08 de julio, el ciclón cumple 9 días de existencia. Durante este periodo cruzó el Caribe (causando gran destrucción en Granada, San Vicente y las Granadinas), se encaminó con menos furia a la Península de Yucatán, en dónde afectó el servicio eléctrico, tiró árboles y se llevó techos, y finalmente alcanzó el sur de Texas, Estados Unidos, en dónde impactó en forma de huracán categoría 1.
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El ciclón ya es considerado inusual, no solo por la fecha de su formación, sino también por su rápida intensificación. Actualmente, lleva más de una semana de viaje por las aguas del Atlántico, no obstante, aunque parezca un periodo largo, y pesé a los récords alcanzados, aún está lejos de convertirse en el de mayor duración.
Y es que, mientras el Beryl avanzaba por el Golfo de México, la Organización Meteorológica Mundial (OMM), confirmó un nuevo récord alcanzado en 2023.
¿Cuánto puede vivir un ciclón?
De acuerdo con la OMM, los ciclones tropicales tienen diferentes ciclos de vida: unos duran tan solo 24 horas, mientras que otros logran sobrevivir varios días, incluso semanas.
Recientemente se confirmó que su presencia en los mares puede durar hasta más de un mes. En este sentido, cuando los vórtices ciclónicos extienden su vida por 30 días o más se les considera fenómenos extremos.
Hasta el 01 de julio de este año, el ciclón tropical John —que se presentó en el océano Pacífico Norte en 1994— poseía el récord de mayor duración con 31 días de vida, sin embargo, en 2023 el ciclón Freddy logró desbancarlo con 5 días más.
No fue hasta el primero de julio que se publicó el análisis realizado por el comité internacional de expertos de la OMM, mismo en el que se confirmó que el ciclón recorrió 12 mil 785 km ± 10 km (lo equivalente a casi el 33% de la circunferencia terrestre) con categoría de tormenta tropical o superior.
La mayoría de los ciclones tropicales no suelen quedarse quietos, Freddy no fue la excepción: se formó en las costas norte de Australia y atravesó el Océano Índico hasta llegar al sudeste de África.
Fue así que su prolongada existencia dejó un rastro de devastación en más de un país: Malawi, Madagascar y Mozambique se vieron profundamente afectados ya que más de 300 personas perdieron la vida y otras miles se quedaron sin hogar.
Además, el ciclón también se llevó el récord de mayor energía ciclónica acumulada (ACE) (es decir, una medida basada en la fuerza del viento de una tormenta a lo largo de su vida), de cualquier tormenta en el hemisferio sur y posiblemente en todo el mundo.
Chris Veldes, miembro del comité de la OMM, asegura que Freddy resulta extraordinario tanto por su duración, como por la capacidad de sortear las múltiples interacciones terrestres ya que, en un panorama normal, este no habría sobrevivido.
¿Por qué logró convertirse en un longevo ciclón?
Aún no existe un consenso sobre el porqué la vida de Freddy se extendió por más de un mes. No obstante, algunos científicos, como Sébastien Langlade, jefe de operaciones del Centro Meteorológico Especializado Regional de Australia, explicó a Australian Broadcasting Corporation que una de las razones principales por las que mantuvo su fuerza fue su trayectoria hacia el oeste, que ayudó a mantener al ciclón sobre aguas más cálidas.
Por otro lado, según la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), Freddy logró intensificarse rápidamente hasta en siete ocasiones, el mayor número jamás visto en un ciclón tropical. Así, pese a perder energía, volvía a recuperarla.
Al respecto, Randall Cerveny, ponente de la OMM y miembro del Centro de Investigaciones del Clima Urbano de la Universidad de Arizona, considera probable un futuro con casos aún más intensos.
El caso de John
Antes de Freddy, John era considerado el huracán con mayor duración. Atravesó las cuencas noreste, central y noroeste del Océano Pacífico durante 31 días, del 10 de agosto al 10 de septiembre de 1994, antes de convertirse en un sistema extratropical sobre el océano, como explica la NOAA.
A diferencia de Freddy, que impactó en tierra más de una vez, John permaneció lejos de las zonas terrestres, no obstante, esto no impidió que hubiera afectaciones ya que las grandes olas así como las lluvias que ocasionó, inundaron las islas Hawái y dejaron importantes daños a una base militar estadounidense en el atolón Johnston.
LHM