En Jalisco, un grupo de investigadores identificó a más de un centenar de familias portadoras de genes mutados, como es el caso de PSEN1, causantes de desarrollar Alzheimer en su forma clínica agresiva alrededor de los 40 años.
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John M. Ringman, uno de los líderes de la investigación y encargado del departamento de la enfermedad de Alzheimer en la Universidad del Sur de California, Estados Unidos, explicó que durante el rastreo detectaron que antepasados extranjeros instalados, 200 años atrás, en Jalisco fueron lo que heredaron dicha mutación a sus descendientes.
Hombres y mujeres que, explicó en entrevista con Milenio, han presentado la mutación Ala431Glu en el gen PSEN1 propiciando deterioro del cerebro, de la memoria, así como cuadros clínicos de paraparesia espástica, trastornos del lenguaje y síntomas neuropsiquiátricos.
En la investigación de Ringman participan la Red de Alzheimer Hereditario (DIAN, por sus siglas en inglés), la Universidad Autónoma de Guadalajara, los institutos nacionales de Cardiología, y de Neurología y Neurocirugía, así como diversos genetistas centrados no sólo identificar como se ha extendido, por la migración, este tipo de Alzheimer precoz en Ciudad de México, en el Estado de México y en Michoacán, donde ya identificaron los primeros casos, sino también posibles terapias para detener, prevenir o retrasar el desarrollo de la enfermedad en la cuarta década de la vida.
El Alzheimer se describe como una enfermedad cuyo factor de riesgo está relacionado con la edad. Suele aparecer a partir de los 70 u 80 años y que se caracteriza por una degeneración de las células nerviosas del cerebro y una disminución de la masa cerebral, propiciando pérdida de memoria, desorientación temporal y espacial, deterioro intelectual y personal.
Sin embargo, Ringman explicó que se comenzaron a identificar casos particulares en Jalisco y, la hacer el estudio de secuenciación genética, detectaron una mutación específica en un centenar de familias grandes, incluyendo a sus primos lejanos, que migraron a Michoacán, al Estado de México, la Ciudad de México y a California.
“Los de Jalisco se debe a una casualidad. El efecto fundador obedece a que esa persona portadora del gen llegó ahí, ahí se estableció, tuvo muchos hijos y su descendencia, a su vez, más hijos. Con el proceso de migración, esa mutación genética rara se expandió a otras entidades de México y, por supuesto, en el sur de California”, detalló.
En 1999, Ringman identificó los primeros casos y de inmediato se dio a la tarea de rastrear a más de un centenar de familias que, de igual manera, portaban genes mutados causantes de la enfermedad. Hay tres APP, PSEN2 y PSEN1, pero es este último el predominante en Jalisco, de manera particular, en Los Altos de Jalisco.
“En nuestro análisis genealógico, se identificaron 301 familiares afectados de los portadores de la mutación, 195 de los cuales ya habían fallecido en el momento de la entrevista. Además, 560 descendientes tenían un riesgo del 50 por ciento de ser portadores de la mutación, y 348 estaban potencialmente en riesgo. Se realizó un fenotipado sistemático en 39 pacientes. La edad media de inicio fue de 42.5, incluyendo a individuos 3.9 años menores o mayores a la edad estándar.
“No se observaron diferencias significativas en la edad de inicio entre los pacientes varones y las mujeres. Además, se observó una heterogeneidad clínica sustancial y altas frecuencias de paraparesia espástica, trastornos del lenguaje y síntomas neuropsiquiátricos. Hasta donde sabemos, las familias investigadas representan la segunda mayor población portadora de una mutación PSEN1 en Latinoamérica, ofreciendo una oportunidad única para estudiar las bases genéticas de la enfermedad de Alzheimer”, comentó.
El abordaje, aclaró, abarca tanto el estudio del genoma del individuo como protocolos de comportamiento clínico, de orientación y estudios de prevención, incluso educativos sobre riesgos, ya que algunas personas que han desarrollado los síntomas pueden morir en un periodo de 15 a cinco años debido a que la enfermedad se presenta de forma agresiva.
Y es que el desconocimiento, añadió, ha propiciado que ni los médicos ni los familiares se expliquen los motivos por los cuales un familiar o conocidos en la plenitud de su vida de pronto se deterioró y falleció con un diagnóstico fallido, siendo el más común la esquizofrenia.
“Si una persona tiene un pariente con esa mutación tiene 50 por ciento de riesgo de heredar ese gen malo y, si hereda la mutación, es casi seguro que va a desarrollar la enfermedad también. Hemos detectado el caso de una mujer de 24 años que está consciente de lo que le puede ocurrir en dos décadas.
“No podemos decir que ella, la joven de 24 años va a tener Alzheimer. Tiene 50 por ciento de probabilidad, por ello, buscamos escanear su cerebro y medir los cambios químicos que están ocurriendo en el líquido cefalorraquídeo, el líquido que está alrededor del cerebro, a través de una punción lumbar”, aclaró.
Hubo casos donde el padre de familia tuvo algún problema médico y los hijos se efectuaron la prueba genética. Se comprobó que los tres hijos tienen ese gen, “entonces el doctor habló con la mamá, le explicó que cada uno de sus hijos, individualmente, tiene 50 por ciento de posibilidad de desarrollar la enfermedad y que si le gustaría que el doctor hablará con ellos. La mamá decidió que sí, entonces, comenzaron a entender los riesgos”.
Tengo Alzheimer, Martín de 35 años
“Soy padre y marido, y aunque sólo tengo 35 años, tengo Alzheimer precoz. Es una sombra que se cierne sobre mi vida y mi familia, pero no voy a dejar que me impida vivir. De hecho, el alzhéimer me ha animado a vivir más plenamente que nunca”, explicó Andrés Martín, quien forma parte de las investigaciones.
“En 2011, mi padre murió de una misteriosa enfermedad que había afectado a generaciones de mi familia y que a menudo se diagnostica mal. Luego, me hicieron el estudio donde detectaron la mutación genética descubierta por primera vez en la región de Los Altos de Jalisco, en México. Es un gen que afecta a los hispanos con antepasados procedentes de la zona. Produce Alzheimer precoz, es decir, síntomas de la enfermedad.
“Mi padre tuvo la enfermedad. Los doctores rechazaron que tenía Alzheimer, porque sólo tenía 42 años, y era muy joven. Murió a los 53 años a causa de la enfermedad. Saber que tengo el gen me hace centrarme en mi salud, en mis hijos. Formó parte del ensayo y espero que pronto haya terapias.
Terapías contra el Alzheimer por mutación
John M. Ringman explicó que durante todo el proceso de investigación han intentado desarrollar terapias que buscan “alentar” el proceso de deterioro de la enfermedad, sin tener mayor éxito, es decir, “no hemos logrados un cambio clínico realmente”.
Lo importante es que han logrado concientizar y evitar un severo deterioro en la calidad de vida de sus pacientes diagnosticados.
En la actualidad, dijo, existen fármacos, actualmente, en el mercado que solo causan daños neurológicos. No son los adecuados.
Por eso, la investigación es muy amplia. Se otorga a las personas la posibilidad de conocer esa predisposición y, con base con sus deseos, se les asesora y determinan si desean cambiar estilos de vida, tal vez tener hijos, poner en orden sus prioridades legales.
Si bien, reconoció, llevará años desarrollar terapias acordes que frenen la progresión de la enfermedad, la lucha es por encontrar el camino para apagar el gen.
“Estamos trabajando con investigadores en San Diego para desarrollar un tratamiento específicamente para estas familias que puede silenciar este gen malo específico, hay muchos métodos diferentes que estamos considerando.
“Crear, por ejemplo, un virus que pueda contener ese gen, o bien desarrollar una molécula que puede silenciar dicho gen. Estamos analizando hacer inyecciones intentando entender el funcionamiento de la enfermedad. Hay que recordar que el padecimiento abarca diversas afecciones neurológicas. Sin embargo, vamos por un buen camino”.
SCZ