La diabetes mellitus fue la segunda causa de muerte en México durante 2022, en ese año esta enfermedad cobró la vida de 115 mil 681 personas, según los datos emitidos por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI).
Uno de los factores por los cuales la diabetes llega a convertirse en un problema grave es que es “silenciosa”, según describe la Dra. Cristina Ulloa, integrante del Centro de Atención Integral del Paciente con Diabetes del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ).
En una entrevista para MILENIO, la especialista aseguró que muchas personas desconocen que el padecimiento ya está causando afectaciones en su salud, puesto que algunos efectos no son visibles a simple vista.
“Hay mucha gente joven que no siente nada: no siente que la glucosa está elevada, no siente que la presión está elevada”, aclara.
El hecho de no experimentar dichos cambios lleva a las personas a pensar que no requieren de estudios o chequeos, lo que contribuye a una detección tardía de la diabetes. Al respecto, la doctora señala que hay diversas claves que podrían ayudar no solo a controlar la enfermedad antes de que llegue a ser letal, sino que incluso se puede evitar padecerla.
Alertar antes que lamentar
La carga genética cobra un papel sumamente importante, pues es un factor de riesgo crucial desde el que se puede desencadenar la diabetes.
“Simplemente por ser mexicanos tenemos ahí genes que nos hacen más propensos al desarrollo de diabetes. Entonces, si sumamos eso a que tenemos familiares que ya tienen diabetes, lo más probable es que esos mismos genes los tengamos nosotros”, explicó.
Es por ello que, de acuerdo con la especialista, se recomienda a los pacientes que ya padecen la enfermedad que alerten a sus familiares, quienes tienen una gran probabilidad de desarrollarla.
Una cinta como guía
Sumado a la genética, el otro factor de riesgo para que una persona padezca diabetes (en específico el tipo II) es el sobrepeso y la obesidad, ya que debido a estas condiciones el cuerpo demanda mayor cantidad de insulina, lo que a su vez deriva en un desgaste en el páncreas.
Sin embargo, y al respecto, la Dra. destacó que en muchas ocasiones, las personas con sobrepeso no notan que lo tienen, por lo que aconseja hacer una revisión constante midiendo su cintura con una cinta métrica.
“En el caso de las mujeres, cuando este perímetro está por arriba de 80 centímetros, o en el caso de los hombres, por arriba de 90 centímetros, se convierten en factores de riesgo”.
Estudios ¿cuáles y cada cuánto?
Tomando en cuenta estos dos factores de riesgo, se vuelve más que recomendable que la población acuda a un laboratorio a hacerse estudios una vez al año, ya que en ellos reside otra de las claves para la detección oportuna de la diabetes.
Al respecto, la integrante del Centro de Atención Integral del Paciente con Diabetes recomienda que, una vez cumplidos los 20 años de edad, se solicite un perfil de lípidos y un valor de glucosa.
“Haciendo eso, de manera oportuna podemos ir viendo como se mueve la glucosa, como se mueven los triglicéridos y de esa manera decir: en este momento la glucosa ya no está en un valor tan normal, y podemos proceder a estudios complementarios y principalmente hacer cambios a nuestro estilo de vida”, destacó la especialista.
Sobre el costo, la especialista señaló que actualmente este tipo de estudios “son muy baratos”, aunque destacó que el precio depende de cada laboratorio. Además, añadió que, será dependiendo de los resultados, que los médicos marcarán la pauta de los siguientes pasos a seguir.
Ejercicio y alimentación, ¿qué pasa cuando no alcanza el tiempo?
Cristina Ulloa destaca que, pese a que la mayoría de las personas que acuden a consulta por diabetes son conscientes de que el ejercicio y la buena alimentación traen múltiples beneficios, (incluyendo el evitar padecer una enfermedad como la diabetes), optan por la opción menos saludable.
En algunas ocasiones, estas decisiones suelen estar relacionadas por cuestiones económicas o falta de tiempo. Sin embargo, la especialista destacó que hay diversas maneras para conseguir hábitos que a la larga repercutirán de manera positiva en el cuerpo.
Por ejemplo, ejercitarse al menos 150 minutos por semana (ya sea en exterior o en casa). La especialista aconseja que en caso de no tener suficiente tiempo se puede dividir la rutina en 30 minutos al día, que a su vez se puede segmentar a lo largo de la jornada.
“Hay muchísimas formas para hacer ejercicio: en casa, incluso podemos salir a caminar, correr, al parque, alrededor de la cuadra”, asegura.
A ello se suman medidas como elegir la opción más sana a la hora de alimentarse, lo cual no significa que deba afectar al bolsillo, por ejemplo, una forma de ahorrar dinero y cuidar la salud es cocinar en casa desde un día antes.
“Algunas opciones son preparar la comida el fin de semana y dejarla lista en el refrigerador (nada más vamos sacando el tupper de la semana y lo tenemos ya también listo para llevárselo al trabajo), entonces de que podemos solucionar barreras como el tiempo o lo económico se puede definitivamente”.