Investigadores anunciaron haber encontrado una nueva técnica de edición genética que evita tener que "cortar" el ADN, lo que evita la aparición de mutaciones no deseadas en el genoma, un problema en los métodos utilizados hasta hora.
Esta nueva tecnología "funciona más como un pegamento molecular que como tijeras moleculares", sobrenombre de la técnica actual, resume el equipo científico, en un comunicado de la universidad de Columbia (Nueva York).
Desarrollada desde 2012 y ahora utilizada en miles de laboratorios de investigación de todo el mundo, la técnica Crispr-Cas9 revolucionó la edición genética.
Permite modificar de forma rápida y precisa una parte del genoma —por ejemplo, para eliminar un gen mutado portador de una enfermedad o para hacer que una planta sea más resistente—, como se corregiría un error en un texto.
Este método consiste en cortar el ADN en un lugar preciso mediante una enzima, de ahí su nombre de "tijeras moleculares". Luego recurre a los mecanismos de autorreparación de la célula, que "pega" las hebras de ADN, a veces según una secuencia de ADN sintética sin anomalía suministrada por los investigadores.
Pero este proceso de reparación puede llevar a errores, creando cambios involuntarios en el genoma.
El nuevo sistema, descrito en un artículo publicado en la revista Nature, procede de otra manera, destaca su principal autor, Samuel Sternberg.
Este bioquímico y su equipo explotaron las propiedades de los "transposones" o "elementos genéticos transponibles", fragmentos de ADN capaces de desplazarse o de copiarse de un lugar a otro en los cromosomas.
Estos genes "poseen todas las propiedades químicas necesarias para insertarse directamente (...) sin ruptura de dos hebras de ADN", explicó el científico.
Este sistema abre la vía a la intervención sobre algunos tipos de células, como las neuronas, donde las tijeras moleculares no funcionan bien, o a la edición del genoma de comunidades complejas de bacterias, como la microbiota intestinal, añade.
RL