Mexicanos realizan el primer trasplante de hígado en Guatemala

El primer trasplante de hígado en Guatemala se realizó con la ayuda de médicos mexicanos, quienes colaboraron con el doctor Gustavo Aguilar.

Mexicanos apoyaron a realizar el primer trasplante de hígado | Especial
Gustavo Pacheco
México /

Ella sabía que esa era la única oportunidad para salvar su vida. Una enfermedad estaba acabando poco a poco con ella. Todo empezó con un extremo cansancio, la piel se empezaba a teñir de amarillo y los dolores eran recurrentes. En los casos graves de este padecimiento se suele requerir de un trasplante de hígado.

Hay dos formas de hacerlo: tomarlo de un cadáver, de una persona con muerte cerebral o extraerlo de alguien vivo. A este acto, de extraer un órgano y colocárselo a otra persona, se le llama trasplante de órganos y es una de las técnicas médicas que más ayudan a salvar vidas, pero el proceso no es nada sencillo.

De hija a madre 

La mujer de 59 años tenía una extraña enfermedad autoinmune, es decir, que el sistema inmunológico ataca al propio organismo, llamada cirrosis biliar primaria, por lo que su hígado se había deteriorado al punto de que ya estaba fallando su función, por lo que tuvieron la necesidad de realizar un trasplante de un vivo relacionado, es decir, una persona sana le daría parte de su órgano. En este caso, su hija.

"Ella sabía que su único chance era este y principalmente en época de pandemia donde los viajes son restringidos y que hay chance de contagio, ella sabía que si se contagiaba de cualquier cosa ajena a la cirrosis podría morir, entonces ella sabía que se podía montar al barco y le ofrecimos esa posibilidad, obviamente se aferró".

La acción de extraer un órgano de un paciente a otro podría sonar sencillo, pero es más complicado de lo que se podría pensar. Gustavo Aguilar, un médico guatemalteco fue el encargado de coordinar todo este proceso, desde contactar a sus amigos médicos mexicanos hasta prepararse por más de 10 años.

Gustavo Aguilar, el médico que coordinó trasplante

"Fueron seis años de carrera de Medicina, posterior a eso cinco años de carrera para formarme como cirujano en donde fui jefe de residentes en el hospital más grande de Guatemala, posteriormente me fui a hacer un programa de fellowchip de tres años de cirugía vascular y posterior a ello migré a Taiwán para poder entrenarme como cirujano hepatopancreatobiliar y trasplante de hígado, pero en específico para trasplantar hígado de pacientes vivos relacionado", cuenta.

Más de 20 horas; dos equipos y atención a los detalles

Para cualquier médico, el entrar a un quirófano representa un gran reto, una sensación de adrenalina combinada con estrés y emoción. Para el doctor Gustavo Aguilar fue cumplir un sueño que desde que estudiaba la carrera de Medicina quería conseguir: realizar el primer trasplante de hígado en su país natal, Guatemala.

"Al principio se siente como por fin voy a cumplir un sueño, luego viene la sensación de mucho estrés, de mucha adrenalina y en el sentido bueno, esto tiene que ser perfecto porque estamos operando a alguien que no necesita ser operado, a alguien que está totalmente sano y luego la recuperación del paciente", narra el médico.

Para realizar el trasplante de hígado, se formaron dos equipos, la mayoría compuestos de mexicanos, quienes cuidaron el último detalle para que todo saliera perfecto; se olvidaron de ir al baño y comenzaron con la aventura que duró aproximadamente 20 horas, sin descanso alguno.

La aventura comenzó con la operación de la hija de 30 años, quien le donaría parte de su hígado a su madre, lo que les llevó alrededor de ocho horas, obtuvieron la parte derecha del hígado con mucho expertiz en las maniobras y cuidar cada uno de los vasos sanguíneos que tenían que ser pegados, así como la vía biliar.

Y con un desfase de al menos tres horas, otro grupo comenzaría a concluir la hazaña, colocarle esa parte del hígado de la hija de 30 años a la madre de 59 años.

"En ese momento nos dicen a nosotros que podemos ya quitar la víscera del donante, en el momento que nos avisan que ya están listos para remover en su totalidad el hígado y poner el nuevo, entonces quitamos la mitad del hígado de la donante y empieza la isquemia fría que consiste en meter soluciones de preservación que está a tres o dos grados centígrados para enfriar y lavar toda la célula que hay, con eso disminuimos el chance de daño que hay para el receptor", explica el médico.

Después de esto, los médicos tienen que preparar algo que se le llama lienzos vasculares, es decir, saber qué es lo que se va a pegar con qué y clarificar la técnica que se utilizará, en ese momento, con el hígado frío, pasan con el receptor para colocar esa víscera. Esto les puede llevar más o menos entre una hora y hora y media. 

Un hígado 'nuevo', una nueva oportunidad

El trasplante es un éxito cuando los médicos pueden decir que se van a liberar los vasos sanguíneos para que entre sangre a ese órgano, a esto se le conoce como repercusión y en ese momento el hígado comienza a funcionar en su nuevo cuerpo.

"Las dos, gracias a Dios, salieron hasta el día de hoy bastante bien. De hecho, hoy retiré las suturas de las heridas operatorias de la donante que ya se está recuperando y que tiene un volumen hepático bastante normal, porque esa es la ventaja, nos donó una parte grande, pero a las cuatro semanas recupera el volumen total de su hígado", comenta.
Los primeros cuidados del paciente es tener éxito con todas las funciones: neurológicas, cardiacas, renales, al igual que ocurre la inmunosupresión para evitar que el hígado tenga un rechazo, porque aunque sea de la hija pues no es un órgano del propio receptor, entonces tiende a generar defensas contra ese mismo hígado.

Un sueño hecho realidad

Desde que Gustavo regresó de Taiwán, siempre había sido una necedad para él realizar el primer trasplante de hígado en su país natal, Guatemala y siempre hubo traspiés, regaños, pero encontró un lugar donde las puertas se le abrieron y demostró que lo podía lograr.

"El hecho de que ellos me hayan dicho algunos meses atrás, bueno hazlo, te damos el chance de que lo hagas, qué necesitas, cómo te ayudamos, eso fue el inicio de lo que hoy estamos logrando y esperamos no sea el último, va a ser el primero de varios", cuenta el médico, quien agradeció a todos sus compañeros médicos mexicanos que sin ellos, dice, no hubiera conseguido realizar el primer trasplante de hígado en Guatemala.

Algunos mexicanos que participaron...

Luis Carlos Rodríguez

Salvador Castillo

Maricela Corre

Jorge Montes de Oca

Alejandro Lugo

Héctor Echeverría

bgpa

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