En general, los hombres tienen mayor riesgo de ataque cardiaco que las mujeres, pero varios estudios han sugerido que ciertos factores de riesgo tienen más impacto en el riesgo en las mujeres que en los hombres. Para observar más de cerca esta asociación, investigadores analizaron los datos de casi medio millón de personas inscritas en el Biobanco de Reino Unido, una base de datos de información biológica de adultos británicos.
Las 471 mil 998 personas no tenían antecedentes de enfermedad cardiovascular, estaban entre los 40 y 69 años y el 56 por ciento eran mujeres. Durante un promedio de siete años, cinco mil 81 personas (el 29 por ciento de las cuales eran mujeres) sufrieron su primer infarto, lo que significa que la incidencia de ataque cardiaco fue de 7.76 por diez mil personas al año en mujeres, en comparación con 24.35 personas por cada diez mil personas al año en los hombres.
La presión arterial alta, la diabetes y el hábito de fumar aumentaron el riesgo de un infarto en ambos sexos, pero su impacto fue mucho mayor en las mujeres. Fumar incrementó el riesgo de un ataque cardiaco en una mujer en un 55 por ciento más que en un hombre, mientras que la presión arterial alta elevó el riesgo un 83 por ciento adicional en relación con su efecto en un hombre.
La diabetes tipo II, que generalmente se asocia con una dieta deficiente y otros factores del estilo de vida, tuvo un impacto un 47 por ciento mayor en el riesgo de ataque cardiaco de una mujer en relación con un hombre, mientras que la diabetes tipo I tuvo un impacto casi tres veces mayor en una mujer.
Los autores creen que el suyo es el primer estudio que analiza las diferencias absolutas y relativas en el riesgo de ataque cardiaco entre los sexos en un rango de factores de riesgo en una población general, pero enfatizan que se trata de un estudio observacional, por lo que no se pueden extraer conclusiones firmes sobre causa y efecto.
El impacto de los factores de riesgo en ambos sexos desciende con la edad
"La presencia de hipertensión, tabaquismo y diabetes se vinculó con un mayor riesgo de infarto de miocardio tanto en mujeres como en hombres, pero con un riesgo relativo excesivo entre las mujeres", dicen los autores. "Las mujeres deberían, al menos, recibir el mismo acceso a los tratamientos basados en pautas para la diabetes y la hipertensión, y a los recursos para ayudar a perder peso y dejar de fumar, al igual que los hombres", plantean.
En Reino Unido, las mujeres con diabetes tienen un 15 por ciento menos de probabilidades que los hombres con diabetes de recibir todos los procesos de atención recomendados y es menos probable que alcancen los valores objetivo cuando se tratan por factores de riesgo cardiovascular.
Aunque el impacto general del hábito de fumar, la presión arterial alta y la diabetes en el riesgo de ataque cardíaco disminuyó en ambos sexos con la edad, el mayor riesgo que tuvieron estos factores sobre el riesgo de infarto en las mujeres en relación con su impacto en los hombres persistió.
"El aumento de la prevalencia de los factores de riesgo asociados con el estilo de vida, junto con el envejecimiento de la población, es probable que resulte en que las mujeres tengan una tasa general de infarto de miocardio más similar a la de los hombres en la actualidad, con una carga adicional importante para la sociedad y los recursos de salud", advierten los autores.
RL