Científicos han identificado un grupo de planetas fuera de nuestro sistema solar donde existen las mismas condiciones químicas que pueden haber llevado a la vida en la Tierra.
El estudio, publicado en la revista Science Advances, fue realizado por investigadores de la Universidad de Cambridge y del MRC-LMB (Medical Research Council Laboratory of Molecular Biology).
Los investigadores descubrieron que las posibilidades de vida en la superficie de un planeta rocoso como la Tierra están conectadas con el tipo y la fuerza de la luz emitida por su estrella anfitriona. Su estudio propone que las estrellas que emiten suficiente luz ultravioleta (UV) podrían activar la vida en sus planetas en órbita, de la misma manera que quizá se desarrolló en la Tierra.
La luz ultravioleta alimenta una serie de reacciones químicas que producen los bloques de construcción de la vida, y los investigadores han identificado un rango de planetas donde la luz UV de la estrella anfitriona es suficiente para permitir estas reacciones químicas y que se encuentran dentro del rango habitable donde puede existir agua líquida en la superficie del planeta.
En un artículo publicado en 2015, el grupo del Profesor Sutherland del MRC LMB propuso que el cianuro, aunque es un veneno mortal, era un ingrediente clave en la sopa primordial de la que se originó toda la vida en la Tierra. En esta hipótesis, el carbono de los meteoritos que se estrellaron contra la Tierra interactuó con el nitrógeno en la atmósfera para formar cianuro de hidrógeno.
El cianuro de hidrógeno llovió a la superficie, donde interactuó con otros elementos de varias maneras, impulsado por la luz ultravioleta del sol. Los productos químicos producidos a partir de estas interacciones generaron los componentes básicos del ARN, el pariente cercano del ADN que la mayoría de los biólogos cree que fue la primera molécula de la vida que transmitió información.
En el laboratorio, el grupo de Sutherland recreó estas reacciones químicas bajo lámparas UV y generó los precursores de los lípidos, aminoácidos y nucleótidos, todos los cuales son componentes esenciales de las células vivas. El mismo experimento se realizó en la oscuridad y dio como resultado un compuesto inerte que no podría usarse para formar los bloques de construcción de la vida.
Luego, los investigadores compararon la química de la luz con la oscura, contra la luz ultravioleta de diferentes estrellas. Ellos trazaron la cantidad de luz UV disponible para los planetas en órbita alrededor de estas estrellas para determinar dónde podría activarse la química.
Descubrieron que las estrellas a la misma temperatura que nuestro sol emitían suficiente luz como para que se formaran los bloques de construcción. Los planetas que reciben suficiente luz para activar la química y pueden tener agua líquida en sus superficies residen en lo que los investigadores han llamado la zona de abiogénesis.
Entre los exoplanetas conocidos que residen en la zona de abiogénesis se encuentran varios detectados por el telescopio Kepler, incluido Kepler 452b, un planeta que ha sido apodado 'primo' de la Tierra, aunque está demasiado lejos para ser sondeado con la tecnología actual.
Los telescopios de próxima generación, como TESS y James Webb de la NASA, con suerte serán capaces de identificar y potencialmente caracterizar a muchos más planetas con estas cualidades.
FM