Uno de los reclamos ciudadanos durante las campañas electorales, antes de la pandemia, era la cantidad de basura electoral que se acumulaba en las calles durante los meses de promoción política pero, debido a las recomendaciones que hizo el Instituto Electoral del Estado de Hidalgo (IEEH), ante esta situación de emergencia sanitaria por covid-19, durante este proceso electoral la situación cambió al privilegiarse las redes sociales y medios de comunicación para este fin.
Así ocurrió durante las elecciones de 2016, cuando el relleno sanitario del Huixmí, ubicado en Pachuca y que recibe residuos de la metrópoli, recibió un promedio diario de 250 toneladas de lonas, pancartas de plástico, anuncios electorales de todo tipo de materiales contaminantes, así como los usuales flyers; mientras que después del 18 de octubre ha recibido cinco toneladas, de acuerdo a Román Ortega Téllez, comisariado Ejidal del Relleno Sanitario.
“Este año no hay basura electoral, es muy mínima, un promedio de cinco toneladas en toda la semana, es muy poca en comparación de las elecciones anteriores que llegaban camiones llenos de la propaganda política, sobre todo esa que se colgaba en los postes, que era un cartel de plástico con dos maderas que sostenían la propaganda.
“Llegaban también lonas como de 10 metros, grandísimas y que ocupábamos para proteger techos de casas o cubrir los gallineros, pero ahora no hubo nada de eso. En las elecciones anteriores llegamos a recibir hasta 250 toneladas diarias, además de que fue más larga la temporada de campañas, no como ésta”, indicó Román Ortega.
El líder ejidal indicó que este resultado fue debido a la pandemia, “situación que no quisiéramos nosotros, porque nos interesa la basura, pero sabemos que es bien para el medio ambiente”, dijo.
Y es que el IEEH en las Recomendaciones para realizar actividades de campaña, conminó a las y los candidatos a que sus propuestas se dieran a conocer “a través de reuniones públicas, asambleas o giras (en las que se cuidaran las medidas sanitarias), debates entre candidatos, visitas domiciliarias y el uso de propaganda electoral”, en la que especificó que se privilegiara el uso de medios de comunicación, así como el manejo de redes sociales para la promoción y difusión de las campañas.
“La distribución y difusión de propaganda electoral deberá realizarse privilegiando todas las medidas de seguridad en materia de salud. Considerar utilizar lo menos posible material de propaganda que sea objeto de manipulación o contacto (como material de papel: volantes, trípticos, etc.) ya que los mismos constituyen una potencial fuente de contagio (de covid-19) por contacto”, indica el documento.
Bajo la recomendación del uso de tecnología para que las y los candidatos se acercaran a la sociedad se evitó que en estas elecciones la basura electoral fuera mayor.
¿Y a nivel nacional?
Un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) registró que en las elecciones presidenciales de 2012, se contabilizaron en el país dos mil 500 toneladas de basura electoral y, a pesar de que en el país la Ley Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales, en su artículo 209, señala que toda propaganda impresa deberá ser reciclable, se hacía caso omiso a esta petición.
Alejandra Mendoza, presidenta de la fundación México Sustentable, ha mencionado que “las miles de toneladas de basura electoral tardarán en promedio 80 años en degradarse, lo mismo que un pañal desechable, debido a que el material es ecológico”, por lo que se aplaude que en estas elecciones de 2020, en Hidalgo, solo cinco toneladas estarán en la espera de ser recicladas en el relleno sanitario de El Huixmí, ubicado en Pachuca; sin embargo en otros municipios se tendrán otros datos.