En México el 10.3 por ciento de la población adulta tienen diabetes, esto quiere decir que más de 8.6 millones de perdonas padecen esta enfermedad. La cifra coloca al país en el sexto lugar de prevalencia a nivel mundial luego de China, india, Estados Unidos, Pakistán y Brasil.
Josafat Camacho Arellano, del consejo directivo de la Federación Mexicana de la Diabetes, detalló que el 50 por ciento desconoce que tiene diabetes y sólo el 25 por ciento logra el objetivo de mantener bajo control sus niveles de glucosa.
“Tres de cada cinco personas con diabetes desarrollarán enfermedad renal e insuficiencia cardiaca como primeras complicaciones”, destacó Camacho.
De esa población, 36 por ciento desarrollará nefropatía y 35 por ciento rinopatía diabética; asimismo, el 16 por ciento neuropatías; 2 por ciento lesiones ulcerosas y 1 por ciento amputaciones.
Además, 54.5 por ciento cursará con visión disminuida; 11.2 por ciento con daño en la retina y 9.9 por ciento pérdida de la vista.
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Luego de los 141 mil 873 decesos por enfermedades del corazón y más de 108 mil por covid-19, la diabetes mellitus ocupa el tercer lugar de mortalidad con alrededor 99 mil 733 casos anules, de acuerdo con el reporte de enero y agosto de 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
Pero la diabetes está ligada con órganos esenciales como el corazón y el riñón, que puede potenciar el daño de ambos de manera acelerada, incrementando el porcentaje de mortalidad en un corto tiempo.
Josafat explicó que los riñones sanos filtran alrededor de media taza de sangre por minuto, eliminando los desechos y el exceso de agua para producir orina. En la orina fluye de los riñones a la vejiga a través de dos tubos musculares delgados llamados uréteres, uno a cada lado de la vejiga. La vejiga es la encargada de almacenar la orina.
Daños a los órganos
Cuando una persona presenta altos niveles de azúcar en sangre y no se mantiene un control adecuado de la glucemia, la saturación terminará por ocasionar daños en los vasos sanguíneos de los riñones; esto lleva de forma inevitable a que los riñones pierdan progresivamente su capacidad operativa.
“Hay cinco etapas de daño renal, la primera es leve y la función de los riñones resulta ser normal; en la segunda etapa se puede presentar entre los 5 y 15 años después del diagnóstico tras una disminución leve de la función renal; en la etapa tres hay un daño renal con disminución moderada de la función pero es irreversible si la tasa de filtración de glomerular cae entre 30 y 40; le etapa cuarta es severa y la quinta ya se habla de insuficiencia renal terminal, en esta etapa se requiere diálisis”.
En cuanto al corazón, está integrado por cámaras separadas por una pared de tejido llamada el tabique; la sangre se bombea través de esas cámaras ayudada por cuatro válvulas del corazón, mismas que se abren y se cierran para permitir el flujo de sangre en una sola dirección.
“Si no tiene la cantidad suficiente de glóbulos rojos, el corazón debe funcionar con mayor esfuerzo para transportar oxígeno por el cuerpo. Como resultado, el corazón se engrosa y aumenta de tamaño. Esto puede producir insuficiencia cardiaca o la muerte. La diabetes se asocia con un mayor riesgo de eventos cardiovasculares especialmente después de los 40 años”, aseveró.
Existen otros factores de riesgo ligados a la diabetes mal controlada como colesterol y triglicéridos elevados; tener obesidad; historial de tabaquismo; ser mayor de 50 años; ser mujer y con antecedentes familiares.
Diabetes y covid-19Durante la pandemia, las personas con diabetes contagiadas de covid han presentado las complicaciones más severas. Datos de la Secretaría de Salud, en 2020 el 37 por ciento de las defunciones por covid-19, estuvo asociado con algún tipo de diabetes, lo que representó aproximadamente 8 mil 356 decesos.
De acuerdo con el National Institute of Health, las principales recomendaciones para prevenir este padecimiento se centran en llevar un estilo de vida saludable, esto incluye seguir un plan de alimentación reducida en grasas y azúcares, realizar ejercicio de manera constante y llevar un control de peso. Se ha encontrado que perder entre 5 y 10 por ciento de peso, así como mantener una alimentación balanceada podría favorecer a la prevención de la diabetes e incluso controlarla en caso de que ésta ya se haya diagnosticado.
IM