De acuerdo con Fortino Salazar Salazar, neurocirujano en el hospital Zambrano del TecSalud, dentro de los tratamientos de la enfermedad de Parkinson, la cirugía de estimulación cerebral profunda es una opción innovadora que está dando buenos resultados.
Para la cual, añadió, se hace una evaluación multidisciplinaria en la que participan varios especialistas, además se realiza una evaluación psicológica del paciente, de imagen, y por medio de un comité se considera si se es un buen candidato para la operación.
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Esta cirugía que se realiza en la ciudad, destacó, tiene su aprobación por las áreas de salud de Estados Unidos, de Europa, de México, es decir, no es un tratamiento experimental, sino uno “perfectamente” establecido.
“En la operación lo que hacemos es colocar unos cables o unos electrodos en una parte profunda del cerebro que tiene que ver con las redes neuronales que controlan los movimientos.
“Y esos cables se conectan a un neuroestimulador que es como una especie de marcapasos eléctrico, pero para el cerebro, que va mandando estos impulsos eléctricos pequeñitos y modifica la actividad eléctrica del cerebro, de estas redes neuronales, para mejorar los síntomas”, comentó.
Con el paso del tiempo, dijo, los medicamentos dejan de funcionar y es cuando se puede evaluar a estos pacientes para la cirugía.
La innovación de esta cirugía, afirmó, es que es modulable, es decir, que no es una cirugía que queda estática en el tiempo, sino que al pasar los días, los meses, los años, se le puede modificar el voltaje de la estimulación eléctrica e ir ajustándolo a las necesidades del paciente, según va avanzando la enfermedad.
La enfermedad de Parkinson, relató, es una enfermedad del sistema nervioso, crónica, progresiva, y actualmente no existe una cura como tal.
Lo que existe, dijo, son múltiples tratamientos de medicamentos, de terapias o de cirugía para mejorar la calidad de vida del paciente, controlar mejor los síntomas y que puedan tener una vida más plena y saludable.
“A medida que va pasando el tiempo y que va cambiando la dinámica poblacional vamos a ver un incremento en el número de casos, ya que es una enfermedad que se da a mayor edad de los pacientes, como nuestra población se va haciendo cada vez más grande, vamos a ver una mayor incidencia”, precisó.
Dentro de su explicación, añadió, en la enfermedad se presentan dos tipos de síntomas, los motores y los no motores.
En el primero de los casos los principales son el temblor, la rigidez o dificultad para los movimientos, lentitud en los movimientos, problemas al caminar, de la marcha.
Y en el segundo grupo aparecen los problemas de constipación, para deglutir o pasar los alimentos, disminución del volumen de voz, problemas con el equilibrio, la presión arterial.
“La expectativa de los pacientes en etapas muy avanzadas es que van perdiendo sus habilidades de movilidad y de control del cuerpo y tienen esta calidad de vida muy afectada”, enfatizó.
A decir del especialista, la estadística en nuestro estado es difícil tenerla exacta.
Sin embargo, probablemente en Monterrey habría entre 16 a 18 mil pacientes con Parkinson.
Con el tiempo los medicamentos pierden su efectividad, y es que vienen estos tratamientos de innovación como el de la cirugía de estimulación cerebral profunda que puede ayudar “significativamente” a controlar los síntomas de estos pacientes y bajar las dosis de los medicamentos de forma importante.
“Lo cual tiene un impacto favorable no solamente para el paciente sino para la familia, los cuidadores que dan atención a estos pacientes”, puntualizó.