Recortes de Trump arriesgan la salud mundial

The New York Times

La pausa en la ayuda al exterior, y también en Estados Unidos, ha congelado programas de investigación y de respuesta a emergencias.

Un paciente es atendido en el centro de salud de Alima, en Goma, República Democrática del Congo, el 16 de noviembre de 2024.
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Patógenos peligrosos conservados sin seguridad en laboratorios de toda África; paralización de las inspecciones de viruela símica, ébola y otras infecciones en aeropuertos y otros puntos de control; millones de animales enviados a través de las fronteras sin controles sanitarios.

Varios científicos afirman que la pausa en la ayuda al exterior dictada por el gobierno de Trump ha perjudicado programas dedicados a prevenir y sofocar brotes de enfermedades en todo el mundo, dejando a gente en todo el mundo más vulnerable a virus y bacterias amenazadores.

Incluidos los estadunidenses. Los brotes que comienzan en el extranjero pueden viajar rápidamente: por ejemplo, el coronavirus quizá haya aparecido en China, pero muy pronto ya estaba en todas partes, hasta Estados Unidos. Cuando la poliomielitis o el dengue aparecen en este país, los casos suelen estar relacionados con viajes internacionales.

“En realidad, a los estadounidenses les conviene que no haya enfermedades —explicó Githinji Gitahi, médico que dirige Amref Health Africa, una gran organización sin ánimo de lucro que recibe de Estados Unidos aproximadamente 25 por ciento de su financiación—. Las enfermedades llegan incluso cuando nuestra mejor gente está trabajando, y ahora no estamos poniendo a nuestra mejor gente a trabajar”, añadió.

En varias entrevistas, más de 30 funcionarios y exfuncionarios de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por su sigla en inglés), miembros de organizaciones sanitarias y expertos en enfermedades infecciosas describieron un mundo que ahora es más peligroso que hace solo unas semanas.

Muchos hablaron a condición de permanecer en el anonimato por temor a represalias del gobierno federal.

Es un momento calamitoso: la República Democrática del Congo sufre el brote de viruela símica más mortífero de la historia y ya hay numerosos casos en otra decena de países africanos.

En Estados Unidos se agrava la crisis de gripe aviar. Múltiples virus de fiebres hemorrágicas están latentes: el del Ébola en Uganda, el de Marburgo en Tanzania y el de Lassa en Nigeria y Sierra Leona.

En 2023, USAID invirtió alrededor de 900 millones de dólares en el financiamiento de laboratorios y preparativos para responder a emergencias en más de 30 países. La pausa en la ayuda al exterior congeló esos programas. Incluso los pagos a los beneficiarios por trabajo ya realizado se están dirimiendo ante tribunales.

Las exenciones emitidas por el Departamento de Estado tenían por objeto permitir que continuaran algunos trabajos de contención del virus del Ébola, el de Marburgo y la viruela símica, así como los de preparación para la gripe aviar.

Pero las personas nombradas por el gobierno de Trump cortaron los sistemas de pago y crearon obstáculos para la aplicación de las exenciones, según un memorándum de USAID redactado por Nicholas Enrich, quien fungió como administrador adjunto para la salud mundial en funciones de la agencia hasta el domingo.

Sin apoyo

El mes pasado, el gobierno de Trump canceló unos 5 mil 800 contratos, con lo que le puso fin a la mayoría de las iniciativas financiadas por USAID, incluidas muchas que habían recibido permiso para continuar.

“A fin de cuentas, quedó claro que no íbamos a poner en marcha” ni siquiera los programas que tenían exenciones, recordó Enrich en una entrevista.

Es probable que la decisión provoque más de 28 mil casos nuevos de enfermedades infecciosas como las que causan el virus del Ébola y el de Marburgo y 200 mil casos de poliomielitis paralítica al año, según una estimación.

El secretario de Estado Marco Rubio “ha trabajado diligentemente desde que asumió el cargo para revisar cada dólar gastado”, informó el Departamento de Estado en un comunicado enviado por correo electrónico.

“Podremos decir que todos los programas que llevamos a cabo son de interés nacional, porque nos hacen más seguros, más fuertes o más prósperos”, indicó Rubio en la declaración.

La mayoría de los miembros del personal de USAID fueron despedidos o puestos en licencia administrativa sin previo aviso. La agencia contaba con más de 50 personas dedicadas a responder a brotes, como consecuencia de una iniciativa del Congreso para reforzar los preparativos en caso de una pandemia. Ahora tiene seis.

Entre los despedidos se encuentra el principal experto de la organización en diagnósticos de laboratorio y el director de la respuesta al virus del Ébola. “No tengo ni idea de cómo van a poder seis personas dirigir la respuesta a cuatro brotes”, comentó uno de los funcionarios despedidos.

También fueron enviados a casa cientos de miles de trabajadores sanitarios comunitarios en África, que actuaban como centinelas de las enfermedades.

A principios de enero, el gobierno tanzano negó que hubiera nuevos casos de infecciones por el virus de Marburgo, una fiebre hemorrágica. Un trabajador sanitario comunitario formado a través de un programa contra el virus del Ébola financiado por Estados Unidos fue quien informó sobre la enfermedad una semana después.

El brote llegó a incluir 10 casos; ahora está bajo control, según indicó el gobierno.

Un paciente es atendido en el centro de salud de Alima, en Goma, República Democrática del Congo, el 16 de noviembre de 2024.

Llenar el vacío

Incluso en tiempos más tranquilos, la ayuda al exterior contribuye a prevenir, detectar y tratar enfermedades que pueden poner en peligro a los estadunidenses, como el VIH, la tuberculosis y la malaria, que son resistentes a los medicamentos, y bacterias que no responden a los antibióticos disponibles.

Gran parte de ese trabajo se ha detenido; otras organizaciones o países no pueden llenar el vacío. Para agravar la pérdida, Estados Unidos se ha retirado de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que debió adoptar sus propias medidas de recorte de costos.

“Es una situación en la que todos pierden”, se lamentó Keiji Fukuda, médico que ha dirigido acciones de prevención de pandemias en la OMS y en los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

El recorte de la ayuda al exterior priva al mundo del liderazgo y la experiencia estadunidenses, pero también deja a Estados Unidos fuera de los debates mundiales, señaló Fukuda: “Por mi vida, no puedo ver la justificación ni la razón de este enfoque tan calculado y sistemático para acabar con los proyectos de salud pública”.

Algunos países africanos, como Somalia, tienen sistemas sanitarios frágiles y, aunque existen amenazas persistentes a la seguridad, su capacidad para rastrear las infecciones que enferman a animales y personas es mínima, explicó Abdinasir Yusuf Osman, epidemiólogo veterinario y presidente de un grupo de trabajo del Ministerio de Salud de Somalia.

Cada año, ese país exporta millones de camellos, ganado y otros animales, principalmente a Medio Oriente. Comentó que la nación ha dependido en gran medida de ayuda del exterior para examinar a los animales en busca de enfermedades.

“Las consecuencias de este déficit de financiación, en mi opinión, serán catastróficas y aumentarán la probabilidad de brotes por falta de controles sanitarios”, indicó Osman.

En los países con economías más grandes, la ayuda del exterior ha contribuido a establecer relaciones. Tailandia es pionera en enfermedades infecciosas, y USAID estaba financiando un modesto proyecto sobre la eliminación de la malaria que aumenta su capacidad de vigilancia.

El final abrupto de ese proyecto entraña el riesgo de perder relaciones de buena voluntad, advirtió Jui Shah, quien ayudaba a dirigir el programa.

“En Asia, las relaciones son cruciales para cualquier tipo de trabajo, pero especialmente para quienes trabajan con datos de vigilancia y de pacientes”, afirmó. “Los estadounidenses sufrirán si otros países se resisten a comunicarse con nosotros en temas de brotes de enfermedades”. 

c.2024 The New York Times Company


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