En 2008 se efectuó un estudio epidemiológico en la región de Tula, pero la Secretaría de Salud de Hidalgo (SSH) no lo dio a conocer en su momento, y hasta hoy la actual administración tampoco lo ha hecho a pesar de que los ambientalistas lo solicitaron en recientes reuniones para conocer cómo están afectando las aguas residuales a los pobladores.
Lo anterior lo señaló René Romero Rivera, activista y presidente de la red de Consciencia ambiental “Queremos vivir”, quien pidió que el gobierno dé a conocer esos resultados para transparentar la situación epidemiológica.
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El ambientalista señaló que en el año 2008 se llevó a cabo el estudio por instrucción del gobierno hidalguense, pero los resultados jamás fueron dados a conocer. “Hemos intentado rastrear desde hace algún tiempo un estudio epidemiológico que la SSH de aquel entonces, de 2008, mandó a hacer y que no fueron publicados los resultados”.
Aunque no hay resultados, expresó que es obvia la afectación de las aguas residuales a la salud.
“Es algo muy evidente, el agua negra o contaminada siempre es adversa para la salud física, humana y ambiental”, pero insistió en que es necesaria una prueba científica, “es mejor tener el argumento científico, lo que hayan arrojado investigaciones con alguna tecnología que comprueba que hay un impacto”.
La intención de los ambientalistas era obtener los resultados de ese estudio epidemiológico para presentarlo a la Comisión Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), como parte de un conglomerado de estudios que entregaron recientemente para que esa instancia los remitiera al secretario de Salud federal, Jorge Alcocer Varela, quien se reunirá con los ambientalistas el próximo 6 de julio para darles a conocer los avances que hay en la atención a la problemática de la contaminación en la zona.
“Nosotros tuvimos que entregar a Conacyt estudios para que se visualizaran todas esas investigaciones y que las pasara al secretario de Salud federal, pero no pudimos conseguir este estudio; se volvió a solicitar hace algunos meses. Hemos estado usando la vía política para acceder a él, pero no sabemos cuáles son los resultados”.
Y agregó: “podemos suponer que no los quisieron publicar porque eran controversiales (…) se ha solicitado y no se recibe respuesta; otros de mis compañeros se reunieron hace dos o tres meses en Pachuca con personal de la Secretaría de Salud y ahí lo volvieron a solicitar, pero hasta ahora no hay respuesta”.
Ahora explorarán otras vías para solicitar esa información, que puede ser muy trascendente y ayudar a trazar una política ambiental. “Entonces supongo que lo tendremos que solicitar de otra forma para poder tener acceso a él, o mencionarle al secretario de Salud que se solicite de parte de la Federación”.
Detalló que en puerta hay proyectos de investigación sobre la región de Tula como parte de los Programas Nacionales Estratégicos (Pronaces) de la Conacyt.
“Entre los Pronaces si hay proyectos que contemplan monitorear todos los contaminantes, sobre todo de agua y aire, porque de suelo ya hay muchas investigaciones, del Instituto de Geología de la UNAM y son muy buenas investigaciones, pero en agua y aire vienen varios proyectos”.
Aunque dijo que esos estudios “duran bastantes años, entonces también el resultado no se tiene en poco tiempo, por eso se aprovecharía lo que ya se tiene para construir este argumento sólido de dónde vienen los contaminantes, que eso si ya se tiene muy detectado”.