El estado de Oaxaca celebró la llegada de los fieles difuntos con actividades que comparten tradiciones y costumbres de sus 570 municipios en un sólo lugar. Los habitantes de la capital comenzaron los festejos del Día de Muertos, adornando las calles con papel picado, calacas de cartón y listones coloridos, enmarcando sus entradas con arcos y tiras de flor de cempasúchil y borla –conocida comúnmente, como flor de terciopelo– en todas las fachadas.
Esta fiesta buscó celebrar la diversidad cultural del estado, donde habitan y conviven 8 regiones, 16 etnias y un pueblo afromexicano en los 570 municipios. Es por esto que el zócalo exhibió una recreación de los altares elaborados por las comunidades de cada una de las etnias, donde encontramos ofrendas 'ikoots', de San Mateo del Mar; 'triquis', de San Juan Copala; 'zoques' y, de San Miguel Chimalapa', entre otros.
En el conocido Andador Turístico se montó un mega tapete de arena inspirado en el himno oaxaqueño de Macedonio Alcalá: "Dios nunca muere", en él las referencias a la muerte se exhibieron a lo largo de la calle y se podían apreciar calacas y esqueletos en alusión a la muerte en diferentes formas y posturas.
En esta ocasión, después de 12 años, el Palacio de Gobierno abrió sus puertas al público para exponer una mega ofrenda dedicada a la cultura zapoteca, en la que se podían apreciar elementos relacionados a la festividad, como frutas, pan de muerto, artesanías y una Cruz Dominicana, orden religiosa que habitó la región. Para llegar a ella, se debía seguir un tapete de arena –dedicado al camino a Mictlán–.
Mientras tanto, en el exterior, turistas nacionales y extranjeros recorrían las calles con los rostros pintados de catrinas y calacas, portando diademas de flores de cempasúchil y blusas típicas de la región. Ellos son quienes dan color y vida a la celebración.
A la fiesta en las calles se sumaban las comparsas, recorridos que estudiantes de educación básica, maestros y padres de familia hacen a pie. Acompañados de las bandas de viento, que tocan canciones oaxaqueñas emblemáticas para alegrar la celebración. Canciones como Pinotepa, Son de Calenda, Flor de piña, Primero de noviembre, se escucharon repetidas veces. Tradicionalmente, estos trayectos se llevan a cabo durante la temporada de Día de Muertos y su objetivo es recibir a los difuntos con música y fiesta. En sus inicios, los recorridos culminaban en el panteón, con el objetivo de guiar a los difuntos, pero ahora, recorren las calles de la capital. A las comparsas se suman con curiosidad y alegría turistas de todas partes del mundo que se disfrazan y pintan sus rostros. Así, este paisaje transforma las calles de la capital del Estado en un carnaval para recibir a sus difuntos. Una fiesta muy viva que celebra la muerte.
Dentro de las comparsas, destacan unas figuras gigantes de calaveras, catrinas y calaveras, que se denominan monos y monas de calenda; estas figuras siempre se presentan en pareja y están construidas con estructuras de caña, telas y cartonería para darles forma. ¿Y cómo se manejan? Una persona se coloca en su interior para brindarle movimiento y bailar al son de la música durante el tiempo que dura la comparsa. Su magnitud destaca y le da un toque especial a la celebración. En las comparsas también están presentes toritos y catrinas de pirotecnia que llenan de luz la celebración.
También existen estructuras circulares gigantes adornadas con papel picado de colores en sus extremos, llamadas marmotas, así como carros alegóricos con formas de calacas disfrazadas de tehuanas y catrinas, que imponen por su gran tamaño.
Para culminar los festejos por el Día de Muertos, en el zócalo de la capital se celebró el concierto estelar Catrina 2023, con una puesta en escena de la artista oaxaqueña, Alejandra Robles, quien con más de cien artistas y su increíble voz deleitó a los asistentes con canciones como La llorona, la Sandunga, la Bruja, Cucurrucucú paloma, Amor eterno y Dios nunca muere.
Con turistas encantados con las festividades, Oaxaca se despidió de sus fieles difuntos, con la esperanza de reencontrarse con ellos el siguiente año, iluminar su camino y celebrar su visita con alegría y júbilo.
RRR