Es una realidad que alrededor de 40 por ciento de las emisiones de CO2 globales proviene de los edificios y es mucho más alarmante que más de 30 por ciento de la energía dentro de los edificios es desperdiciada. ¿A qué se debe esto?, ¿cómo podemos aprovechar este recurso? Y la respuesta es una mezcla interesante de factores: gestión estratégica de la energía, de la mano de la digitalización que forman parte.
Para atacar el reto del cambio climático tenemos que ver la causa raíz: cómo generamos, distribuimos y usamos la energía. Es importante destacar que más de 80 por ciento de las emisiones de CO2 está ligado a la producción y consumo de la energía, lo que representa el verdadero desafío: cómo permear un nuevo punto enfoque en donde la tecnología, el monitoreo y el big data puedan hacer la diferencia en favor de la sustentabilidad.
Por ejemplo, los avances en tecnología y dispositivos habilitados para el internet de las cosas (IoT,por sus siglas en inglés) permiten a los propietarios y operadores de edificios utilizar big data e inteligencia artificial para reducir considerablemente los costos operativos y mejorar la productividad al abordar la gestión del espacio, la eficiencia operativa y la experiencia de los ocupantes.
“La Electricidad 4.0 implica la digitalización de la energía a través de la tecnología, que va desde el uso de máquinas inteligentes, impulsadas por el internet industrial de las cosas (IIoT), pasando por las redes informáticas en la nube, hasta la inteligencia artificial, apoyada por dispositivos inteligentes, aplicaciones, análisis y software. Gracias a ello, la energía se vuelve visible, conectada, más inteligente y controlada”, indicó Jesús Carmona, presidente y director general de Schneider Electric México y Centroamérica.
El objetivo es crear edificios con energía positiva, no importa de una construcción nueva o se trata de alguna con varios años, es posible realizar modificaciones estratégicas que faciliten el monitoreo del uso y gestión con la finalidad de obtener la mayor cantidad de datos para determinar la mejor forma de hacer más eficiente el consumo con una meta importante: reducir las emisiones sin sacrificar el bienestar de los residentes.
Hoy es posible imaginar una fábrica que produce exactamente lo que los consumidores necesitan, ni una pieza más ni una pieza menos, sin incurrir en sobrecostos y disminuyendo sus desperdicios al mínimo. La Industria 4.0 aprovecha las tecnologías más avanzadas para optimizar al máximo el uso de los recursos a lo largo de toda la cadena productiva, para satisfacer de la manera más completa y eficiente las demandas del mercado, con una respuesta inmediata a los desafíos que presenta un mundo tan cambiante.
La información producida por más de 30 billones de dispositivos conectados ayuda a las industrias a anticiparse a los cambios en la demanda, a saber, cuánto, cómo y cuándo producir para maximizar su rentabilidad.
Con la ayuda de gemelos digitales y realidad virtual, es posible efectuar pruebas y entrenamientos sobre nuestras máquinas sin comprometer estos valiosos activos, a la vez que tecnologías como la realidad aumentada colocan información relevante en la palma de la mano, en el contexto en el que se necesita, para así empoderar a nuestra fuerza de trabajo incrementando su productividad, liberando su energía para que puedan dedicarla a su bienestar.
Todo esto es posible a través de la integración absoluta de la cibernética, la mecatrónica y las ciencias de diseño y proceso, dando lugar a dispositivos ciberfísicos que recolectan y procesan en forma transparente los datos en tiempo real en cada aspecto de la manufactura.
Y no solo eso, las instalaciones de atención médica tienen un consumo elevado de energía porque operan las 24 horas, los 365 días del año, lo cual implica tanto una iluminación continua, como equipos, dispositivos y aparatos conectados todo el tiempo. Por ello, en materia energética, existe una oportunidad para transitar hacia un manejo más eficiente de la energía para asegurar tanto su funcionamiento correcto, como una experiencia satisfactoria para los pacientes gracias a las innovaciones tecnológicas en ese rubro.
Y es importante destacar que hablar de los edificios del futuro no solo es hablar de los habitacionales, también se pueden incluir la infraestructura hospitalaria e incluso todos los edificios destinados a oficinas o instalaciones industriales donde un corte energético puede ser crítico desde el punto de vista económico o incluso una cuestión de vida o muerte.
Aunque puede parecer un reto considerable por la inversión que implica, lo cierto es que, actualmente existen opciones accesibles que se adaptan a las necesidades y condiciones de estos sectores como las soluciones del internet de las cosas (IoT) de EcoStruxure de Schneider Electric, líder global en la transformación digital de la gestión y automatización de la energía. Estas soluciones están diseñadas para logra una infraestructura energética confiable, ofreciéndoles una mayor resiliencia, hipereficiencia y sostenibilidad, con un enfoque centrado en las personas.
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