Amelio Robles Ávila, la primera persona trans reconocida en México

Amelio luchó por su identidad en un entorno complicado. Conoce su historia.

Participó en la Revolución como coronel, pero las balas no fueron lo más difícil que enfrentó (Fototeca Nacional del INAH).
Ciudad de México /

Este domingo 17 de mayo sucede una conmemoración en pro de los derechos humanos: el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, que tiene como fin exaltar el respeto, la tolerancia y la equidad hacía las personas que se engloban dentro de las siglas LGBTTTI (Lésbico, gay, bisexual, transexual, transgénero, travesti e intersexual).

La efeméride se instituyó para recordar cuando la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales, hecho que tuvo lugar un día como hoy pero de 1990. Entonces, para amparar y comprender los antecedentes de este movimiento global que entre sus objetivos, busca erradicar el machismo, un fenómeno dolorosamente presente en México, vale la pena conocer la historia de la primera persona transexual reconocida en el país: Amelio Robles Ávila.

​Amelio nació en 1889 en el estado de Guerrero, aunque en ese entonces fue nombrado como Amelia. Y así vivió su infancia y juventud: con vestidos, trenzas y un disgusto por el trato que recibía, porque desde infante supo que, lo que en ese momento estaba establecido para las mujeres, no le cuadraba. 

"Expuso que desde pequeña le interesaban los caballos y la vida del campo. Posteriormente se incorpora a la Revolución donde fue una mujer aguerrida, atrevida y que combatió en el frente", señaló la historiadora Martha Rocha Islas, investigadora de la Revolución, en una entrevista para al agencia Efe. 

A los 23 años, en 1912, Amelio se unió a los 'alzados' contra el régimen en turno; al poco tiempo de que se insertó en las tareas de mensajería, contrabando y lucha armada, pidió a sus colegas que lo trataran como masculino. Por lo mismo cambió sus faldas por pantalones y cualquier otro aspecto femenino por algo que lo señalara varón.

"No solo es el caso de Robles sino que muchas mujeres tuvieron que masculinizarse para entrar a la guerra. Sobre todo las que ingresan como soldados y también tienen que tomar actitudes que se han atribuido a los hombres como son la valentía y el arrojo", agregó la experta. 

Su primer batallón fue el de Emiliano Zapata; ahí logró el grado de coronel hasta que su líder fue asesinado en 1919. Luego, con la victoria de Venustiano Carranza, se unió al ejercito de éste como un elemento distinguido. 

Se construyó una imagen corporal y una identidad social masculina con los recursos culturales a su alcance en un aislado poblado rural mexicano. Con gran habilidad, Robles manipuló a su favor dichos medios culturales: la pose o performance de género, una cultura visual del cuerpo inaugurada por la proliferación de retratos de estudio, y una prensa industrial ávida de noticias sensacionalistas que se interesó y dio legitimidad a la historia del revolucionario zapatista”, indicó la investigadora y docente Gabriela Cano en un texto de publicado en el sitio web del Gobierno.

Tras su inmersión carrancista, en 1924 Robles respaldó el gobierno de Álvaro Obregón, en lo que sería su última incursión con las armas. Cabe destacar que en su época militar mantuvo romances con varias féminas, entre las que se ubican Ángela Torres, pareja con la que adoptó 'prole', y Lupita Barrón.

Amelio murió en 1984, aunque antes de su deceso logró ser reconocido oficialmente como varón gracias a que, en el proceso para condecorarlo como  Veterano de la Revolución Mexicana, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) se valió de una acta de nacimiento truqueada por él donde aparecía como Amelio Malaquías Robles Ávila; así validó su identidad.

“La transgresión de Amelio Robles no debe verse como una impugnación o reafirmación propositiva de una ideología de género, a la que se pueda juzgar positiva o negativamente, sino como una manera tan legítima como cualquier otra de articular un modo individual de ser y de sentirse", afirmó Canó, que tiene un libro llamado Sexo y revolución. Género, poder y política en el México posrevolucionario (2006) donde desarrolla ampliamente el caso de la primera persona trans reconocida oficialmente en México.

 yhc

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