El poeta español Antonio Gamoneda recibirá en Coahuila, el reconocimiento más alto que se da en el género. Se trata del Premio Internacional de Poesía Manuel Acuña que este año se le otorga por su enorme trayectoria que, a través de la escritura, lo posiciona como un hombre que decidió estar del lado de los desprotegidos para darles voz.
En entrevista telefónica para MILENIO, explica que si bien no se ha sumado a las nuevas tecnologías y formas de comunicación, sabe que la poesía encontrará su ruta en medio de una inmediatez que hoy más que nunca mantiene comunicada a las personas y al mismo tiempo en un profundo sentimiento de abatimiento y soledad, atomizadas en el individualismo y alejadas de la comunidad y de la preocupación de los otros.
En estos tiempos en que la tecnología permite el acceso a casi toda la literatura y a toda la poesía, ¿qué representa para usted la nueva forma de interacción social que se da a través del internet?
Creo que no se ha dado todavía una interacción plena, una integración de la creación en las redes sociales, pero se producirá. También a lo que en redes sociales se refiere como vehículo. Aún sabiendo que está el vehículo, poderoso para las formas de creación literaria y para la poesía, yo tengo que decir con toda sinceridad que tampoco me he incorporado mucho. Yo vuelvo a la página del libro escrito pero sé que si vivo será para llegar también a ese tipo de emisión y de recepción.
¿Por qué? porque mire usted, en origen y fundamentalmente es oralidad y cuando apareció la escritura en tiempos protohistóricos tardó en pasar a la palabra a la escritura, pero se incorporó y ahora vemos como se ha hecho natural, estoy hablando de mí y pienso que con las redes sociales pues va a ocurrir algo muy parecido.
Aparte del lenguaje que nos heredó España a los mexicanos y a gran parte de Latinoamérica, ¿cuáles otros vínculos activos se mantienen vivos?
Claro que es el lenguaje pero los vínculos son muchos otros. Es el lenguaje pero esa importación del lenguaje español a América supone también la incorporación, la relación histórica de muchos seres y de muchas circunstancias, es así que en una proporción importante la sangre mexicana tiene su carga española y tiene esta carga ideológica y al mismo tiempo, como usted muy bien dice, la del lenguaje, y hay que suponer que otras transmisiones se han producido y ahora van y vienen entre los dos pueblos: culturales, religiosas, sentimentales, de la sensibilidad, etcétera.
Y ya, para concretar hay una circunstancia muy seria e importante, la Guerra Civil Española entre 1936 y 1940, perdida entre los sublevados de las fuerzas fascistas, el ejemplo fue México y otras naciones americanas, pero México muy fundamentalmente, fue acogedor de miles y miles de emigrados españoles que tuvieron que exiliarse de España y encontraron en México y en otras naciones de América, encontraron el lugar y vivíamos el acomodo existencial de su vida. Eso es importante, ¿verdad?
México ahora vive por primera vez un gobierno de centro izquierda bajo la figura de López Obrador. Como presidente al inicio de su gestión sugirió que España pidiera perdón por los efectos de la conquista, y ahora mismo asume que el próximo 17 de mayo su gobierno pedirá perdón a China por la matanza de 303 personas en Torreón, que es justo la ciudad donde yo vivo. ¿Cómo le parece este ejercicio?
Yo creo que estas son cosas de una decisión moral y política muy fuerte, pero yo no puedo asegurar que la autoridad federal representativa ahora mismo de los españoles pida perdón histórico a México, pero entiendo que sería justo porque es verdad que España llegó a América con una carga importante de conquistas culturales, históricas, etcétera, como hemos visto antes, pero es verdad que esto se hizo al mismo tiempo que una depredación y de un auténtico genocidio de las gentes autóctonas en México, por ejemplo. De manera muy principal, por esta violencia a la existencia humana que, en esta ocasión, está localizada en México, sí, sería justo que España pidiese perdón.
En este tiempo ¿qué es lo que más le ha inquietado viviendo el fenómeno global de la pandemia?
Como todo mundo estoy muy preocupado por la pandemia y la única esperanza que creo que no se cumplirá de una manera muy amplia es que ciertamente la pandemia suponga también la conquista de una forma de convivir y de entender las relaciones entre los pueblos y entre las personas más justa, más creadora y más solidaria. No sé hasta qué punto debiera proporcionarnos esa vivencia, esa convicción. Aparte y ahora mismo creo que es algo que se opondrá a esa realización solidaria de trato, de inclusión, deseo que se realice, claro.
Está la gran división histórico económica entre los seres humanos, entre los pueblos explotadores y los explotados; entre el capital y el trabajo, entre la comunidad y el individuo, hay que considerar toda esta dialéctica, debiera hacerse, me preocupa eso y es algo que pudiera tener oportunidad en la pandemia, pero claro, es que vamos a seguir por ejemplo en lo mismo de decir de un pueblo africano que en la actualidad no tiene ni agua o comida ni sanidad ni nada, pero alguien se lleva de allí los minerales necesarios por ejemplo para fabricar los celulares.
Esta relación habría que corregirla y me parece que es una buena oportunidad. Eso nos hace volver a la interacción que se tiene en internet por ejemplo. Lo vemos como un nicho de oportunidad pero creo que hoy más que nunca se ha arraigado el sentimiento de individualismo y de soledad Precisamente es lo que habría que corregir, siempre ha habido necesidad de realizar esa corrección, siempre, pero ahora lo vemos con más evidencia.
¿Qué puede ser de una humanidad sujeta a una pandemia como esta si no hay una acción correctiva solidaria? Entonces el individualismo está claro que no tiene un lugar justo, necesario y eficaz en la vida del planeta. La sustitución del individualismo por una gran empatía natural.
EGO