A sus 87 años, el muralista Antonio González Orozco anotó en su lista de éxitos haber vencido al covid-19. Tras 10 días hospitalizado lo único que quiere es retomar al trabajo que dejó inconcluso por culpa de la pandemia.
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Ayer a las 17:00 horas abandonó el Hospital 20 de Noviembre, adonde ingresó el 4 de mayo por una hemorragia intestinal sin pensar siquiera que también era portador del nuevo virus.
Su hijo, quien lleva el mismo nombre, lo esperaba con ansias en la banqueta del hospital para llevarlo de regreso a casa.
“No cualquiera vence este virus y menos con casi 90 años. Yo creo que es maravilloso”, repetía insistentemente al contar la victoria de su padre y revisar en su celular videos de colaboraciones del pintor con MILENIO.
“Espero no le hayan quitado la barba porque no se va a parecer”, bromeaba un tanto preocupado.
A las 17:00 horas en punto, el discípulo de Diego Rivera salió en una silla de ruedas acompañado de un enfermero con equipo especial. Siguió el protocolo de todos los pacientes que logran vencer al covid-19: solo con la compañía de un especialista que lo entrega en la puerta a un familiar que se haya identificado previamente, y garantizar que subiera a un vehículo que lo llevara directo a su domicilio.
El artista vestía sudadera, pants y sandalias. Y cargaba un par de bolsas con su nombre. Una llevaba medicamentos y otra la ropa con que ingresó hace semana y media. También conservaba su característica barba y usaba cubrebocas.
“Estoy muy agradecido con todos los médicos que me ayudaron mucho, todo el personal, tuvieron muchas atenciones, gracias, gracias”, dijo a MILENIO en cuanto logró subirse al auto.
Con ánimo bromeó que los 10 días que estuvo hospitalizado “valieron la pena” pues se siente “perfecto” casi “como nuevo”.
Narró que llegó a urgencias sin saber que tenía covid-19 y hasta se espantó cuando le asignaron una cama y se dio cuenta que todos los pacientes a su alrededor tosían.
“Fíjese que no tenía síntomas pero llegué a Urgencias primero y luego de ahí me pasaron al segundo piso, realmente creo que estaba asintomático. Primeramente tuve una hemorragia intestinal de una semana de duración y por eso le hablamos al médico y dijo que viniera y me atendieron en Urgencias. Luego me pasaron al segundo piso y yo me espanté porque escuché que todo mundo tosía y dije ‘¡válgame Dios!, yo me siento bien, aquí me voy a contagiar’ pero afortunadamente todo se resolvió muy bien”.
Al salir del hospital no paró de decirle adiós y gracias a las enfermeras, guardias y médicos. A punto de marcharse fue insistente en que lo trataron muy bien y reconoció la labor del personal médico en esta contingencia.
“Los médicos y los enfermeros, las enfermeras, todos fueron muy cordiales, muy cordiales, se ve que son de vocación”.
Ahora deberá mantener unos días de reposo y terminar su tratamiento, pero se dice contento y, sobre todo, listo para seguir haciendo lo que más le apasiona y concluir sus planes, que comenta, son muchos.
“Perfecto, me siento perfecto ahora porque a reponerme nada más y a seguir trabajando. A terminar lo que se quedó. (Tengo) muchos planes, dejé por una parte un mural en el hospital de Jesús, un mural que está inconcluso y me llamaron para que lo termine, son 17 metros. Y bueno, muchas otras cosas que tengo pendientes y que tengo que terminarlas”, finalizó.
Y ADEMÁS
EXIGEN EN LA RAZA INSUMOS MÉDICOS
Personal médico de Infectología del Hospital de La Raza, en su mayoría del turno nocturno, protestaron por falta de insumos ante la contingencia.
Para ejercer presión cerraron la circulación de los carriles centrales del Circuito Interior a la altura del hospital.