Juan Gelman, el gran poeta, periodista y traductor argentino, murió el 14 de enero de 2014, justo cuando planeaba los festejos por sus 25 años de vivir en México. Él siempre dijo ser un “mex/argen”, ya que encontró el amor en nuestro país y vino a vivir una nueva etapa en su existencia, tan azarosa y llena de cambios.
“Nos deja una gran herencia y un gran desafío para leer su poesía, una poesía que me parece tiene la dimensión de un iceberg, del cual solamente conocemos una parte, pero poco a poco nos va mostrando la dimensión de su trabajo. Gelman es uno de los pocos poetas que yo he conocido de sangre, un poeta al que la poesía lo eligió y él también la eligió para conformar un corpus poético extraordinario”, dijo José Ángel Leyva.
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El poeta y ensayista forma parte de un homenaje virtual que realiza la Casa Universitaria del Libro de la UNAM (Casul). Se trata de cuatro entrevistas para recordar a Gelman en el marco de su décimo aniversario luctuoso, con la participación de Leyva, Marco Antonio Campos, Myriam Moscona y Eduardo Hurtado. Se difundirán a través de la web de la institución y en sus cuentas de YouTube, Facebook, Instagram y TikTok.
“Juan Gelman iba a celebrar justamente ese año de su muerte sus años en México, y había elaborado una lista para invitar a sus amigos pero se frustró. Estos diez años de ausencia nos presentan a una figura fundamental en las letras, no solamente de América Latina, España o de México. Se incorpora, sin duda, a las grandes figuras de la poesía escrita en la lengua española y universal”, agregó Leyva.
Gelman (1930-2014) nació en Buenos Aires, hijo de inmigrantes judíos ucranianos. Trabajó en distintas redacciones de revistas y periódicos, entre ellos MILENIO. Militó en organizaciones de izquierda y se exilió en Roma, Madrid, Managua, París, Nueva York y México durante la dictadura militar argentina, que secuestró y asesinó a su hijo y a su nuera.
Sus muchas vidas
El escritor Marco Antonio Campos opinó que el poeta Gelman no puede separarse del ciudadano Gelman. “Es decir, de sus luchas por la justicia en Argentina y en Uruguay —y por extensión en el mundo— han quedado, asimismo, como memoria musical en sus versos, en su espléndido libro de ensayos, Miradas y en su ingente labor periodística”.
Campos dice que el poeta vivió varias vidas, “esas trazas y huellas han quedado en al menos tres partes de su obra poética, de la que me conmueve especialmente la segunda; aquella de los poemas de la derrota de la guerrilla y del adiós a los compañeros caídos, al hijo ultimado y a la muerte de la madre. Y la otra, la última, la de los años mexicanos, donde parece encontrar la serenidad y dar la mano abierta de la reconciliación”.
El poeta argentino publicó, entre otros libros, Gotán (1962), Los poemas de Sidney West (1969), Tantear la noche (2000), Valer la pena (2001), País que fue será (2004) y Miradas (2006).
“Perdida la utopía de los años 60 y 70 del siglo que nos dejó, Gelman creyó necesariamente inventar una nueva utopía porque, en el orbe de los sueños, el paso de un hombre por la Tierra es una representación mal armada en un teatro vacío. Si una palabra secreta domina su vida y su obra esa palabra se escribe con mayúsculas: fraternidad”, continuó Campos.
Entre otros reconocimientos, Gelman recibió el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo en 2000, el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2005, y el Cervantes en 2007.
En su discurso al recibir el Reina Sofía, Gelman leyó: “La poesía habla al ser humano no como ser hecho, sino por hacer, le descubre espacios interiores que ignoraba tener y que por eso no tenía. Va a la realidad y la devuelve otra. Espera el milagro, pero sobre todo busca la materia que lo hace… Premiar el mester de poesía, esa Cenicienta de la literatura que apenas ocupa rinconcitos en los catálogos de las grandes editoriales, es un acto casi heroico. Va a contramano de estos tiempos y a favor de la historia. La poesía viene del fondo de los siglos y ninguna catástrofe natural o de mano de hombre ha podido cortar su hilo poderoso. Es un hilo que nos une a todos y sólo se acabará cuando se acabe el mundo”.
El poeta argentino depositó su legado en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes, y será abierta en mayo de 2050.
Sus cenizas fueron esparcidas en el lugar donde nació sor Juana Inés de la Cruz, en Nepantla, Estado de México, sobre un pequeño río que circunda el centro cultural dedicado a la décima musa y en los jardines, tal y como el gran poeta pidió.
La última colaboración de Juan Gelman en MILENIO se puede leer aquí.
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BSMM