Hace unos días tuve la oportunidad de retratar, en una conjunción interesante, a los planetas Júpiter y Venus. Aun y cuando tengo un cielo regular en el este de Laguna Vista, en Texas, no es lo suficientemente oscuro como para pensar en realizar fotografías de espacio profundo con tiempos superiores a escasos 2 o 3 minutos. La foto señala al oeste con la luz del pueblo Los Fresnos, al sur y al este la contaminación lumínica es mayor por las ciudades de Brownsville y South Padre Island, respectivamente.
En México esto no suele ser distinto, encontrar lugares oscuros relativamente cercanos a las ciudades no es fácil. Pero en el futuro, esto puede cambiar una vez que se cree la NOM del Decreto que reforma y adiciona diversas disposiciones de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección del Ambiente, en materia de Contaminación Lumínica, también conocida como Ley de Cielos Oscuros.
Otros ejemplos de una legislación parecida, la tenemos en Chile, Las Islas Canarias de España, así como los estados de los Estados Unidos, Hawaii y Arizona.
El proyecto se generó desde la Cámara de Diputados, en donde integró la participación de miembros de la comunidad científica, sociedad civil y sector empresarial, para desarrollar la normativa que le diera el sustento adecuado y velara por la protección ambiental y el desarrollo sustentable.
La astrofísica Tania Arguijo, quien fuera diputada federal, asegura que “este trabajo no hubiera sido posible sin la participación técnica de instituciones de la UNAM como el Instituto de Astronomía y la Dirección General de Divulgación de la Ciencia, pero también de instituciones federales como el Instituto Nacional de Astrofísica Óptica y Electrónica -centro del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), y organismos civiles como el Foro Consultivo Científico y Tecnológico, Academia Mexicana de Ciencias, la Sociedad Astronómica de México, por parte de la iniciativa privada como la compañía Bushnell/Tasco y la empresa Astrofísicos en Acción”.
Ante el pleno, el senador Miguel Ángel Mancera Espinosa, quien ha llevado el impulso para la concretización del proyecto de ley, enfatizó que la “reforma permitirá un ahorro de energía como un efecto colateral, se podrá disminuir el alto consumo de electricidad, impactando de manera coyuntural -también- en los costos, y sobre todo, en una parte muy importante y compromisos que tiene México de cara al cumplimiento de las próximas COP, como es en la emisión de gases, responsables del cambio climático y del aumento y de la temperatura de nuestro planeta”.
Por su parte, el doctor José Franco López, investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM, asegura que “esta iniciativa va más allá de la astronomía, es un tema que toca la salud pública, la economía, la protección medioambiental, el desarrollo científico y tecnológico”.
Nos dicen que una vez que se libere la NOM, los municipios, al observarla, tendrán que ir cambiando el sistema de alumbrado público de manera paulatina, a efecto de lograr cielos oscuros. Una Ley de vanguardia sin duda alguna.
@astrocolors