De la opresión a la independencia económica con su telar

María Estela Vargas Vargas se enorgullece de ser una mujer independiente que logró impulsar a sus hijos

María Estela Vargas Vargas. (Elizabeth Hernández)
Elizabeth Hernández
Pachuca /

María Estela Vargas Vargas tiene bien afianzada la idea de que la mujer indígena, en este momento de la vida, debe ser independiente y dejar de lado el sometimiento de sus parejas y los pensamientos de la sociedad que se enciman en la fuerza que tiene cada una de ellas.

Asegura que en su vida, dos hombres la lastimaron, pero hubo uno que logró impulsarla a salir adelante en su vida y con lo que ama hacer; el bordado con telar de cintura, técnica que aprendió desde los 13 años y que le ha dado esa independencia de la cual disfruta hoy.


“Con José viví ocho años y tuve un hijo con él, pero me dejó viuda, pero casi lo llegué a respetar, lo veía como un papá, no como un marido, pero sí logró que le tuviera un respeto grande porque me impulsó a hacer mi artesanía y a salir a las ferias, pero nunca tuve problemas con esto, pero padecía diabetes y enviudé. Él era carpintero y me hizo unos palitos para que pudiera tejer y también me compró mi máquina de coser y con ella hago los acabados de mis blusas. Fue muy triste que muriera, pero pues debemos seguir adelante”

Desde que falleció José, aprendió el significado de la independencia, así como a realizar lo que le gusta y le apasiona en la vida, que es el bordado.

“Una que otra persona de mi pueblo me juzga por cómo soy y lo que pienso, porque siento que ellas quisieran estar en mi lugar o porque no pueden expresar lo que ellas viven, pero no las culpo, pero eso se recompensa porque también hay gente que reconoce mi trabajo y lo agradece.”

Su próximo plan de trabajo, adelanta María, es lograr hallar quién le enseñe a confeccionar vestidos y camisas para caballeros, para tener mayor variedad de prendas qué vender, porque dice que continuará trabajando hasta que la vida y su salud se lo permitan.

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