Siempre me ha atraído el ritmo que forma la sonoridad de las palabras, además de su significado. Observo detenidamente la ejecución misma de las líneas que escribo, cuando lo hago; sus cadencias melódicas y su oleaje de ecos en la arena de los versos y del pensamiento.
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Escribo y transcribo esta entrevista a los 71 años del filósofo lagunero; uno de los personajes más interesantes y entrañables de Coahuila, de México y de Iberoamérica, en distintos temas de las Humanidades.
Mauricio Hardie Beuchot Puente desfila y recorre las avenidas de la Hermenéutica, de la Poesía, de la Dialéctica y de la Historia, así, sin rasparse, como si estuviera en un llano donde todo es claro y límpido.
¿Quién es Mauricio Beuchot?
Es fundador de la propuesta llamada Hermenéutica Analógica, reconocida hoy en día como una propuesta original y novedosa en el campo de la hermenéutica filosófica.
Desde 1985 es investigador titular "C" de tiempo completo del Instituto de Investigaciones Filológicas (IIFL) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Desde 1990 es miembro de la Academia Mexicana de la Historia, de 1997 a la fecha es miembro de número en la Academia Mexicana de la Lengua, y de 1999 a la fecha es miembro de la Academia Pontificia de Santo Tomás de Aquino.
El Dato.Carrera
Es doctor honoris causa por la Universidad Anáhuac del Sur. Actualmente es coordinador del Seminario de Hermenéutica del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM.Asimismo, ha sido acreedor de numerosas distinciones en instituciones educativas a lo largo y ancho del país, como en el extranjero.
En el 2019 recibió por parte de su estado natal, un reconocimiento a su trayectoria profesional y académica, mismo que recibió en la ceremonia inaugural de la Feria Internacional del Libro de Coahuila: un coahuilense excepcional, uno de los filósofos contemporáneos más brillantes de Iberoamérica.
Tarde de café
Llego acalorado a la plaza comercial 4 Caminos, y me meto a la cafetería donde quedé de encontrarme con Mauricio; se nos ha vuelto costumbre vernos allí desde hace una década aproximadamente, cada vez que viene de visita a Torreón en el verano. Van a dar las cuatro de la tarde, mejor pido una limonada con hielitos.
Veo aparecer al filósofo con su habitual traje, pero sin el saco ni la corbata; el clima en la Comarca Lagunera es enemiga de esas costumbres. Así que nos saludamos, nos acomodamos en los sillones y después de ponernos al tanto en cuanto a lo familiar, al clima, sobre el Seminario de Cultura Mexicana, al cual pertenecemos ambos, y otras cosas… le digo:
Mauricio, ¿tú crees que la poesía es como la filosofía? ¿Por qué?
Sí creo que la poesía es como la filosofía, pero también creo que tienen sus diferencias. La poesía es concreta, sensitiva e imaginativa; la filosofía es intelectual y conceptual.
La poesía es concreta y la filosofía es abstracta. Lo que pienso es que la poesía nos da muchas veces material para pasar a la filosofía. Hace falta, por supuesto, alambicar los contenidos poéticos para que se vuelvan filosóficos; pero hay muchos que son excelentes para trabajar filosóficamente sobre ellos.
[Investidura de doctor honoris causa]
Es cierto que hay poetas filósofos, como Lucrecio, Dante y Goethe, por ejemplo; y filósofos poetas, como Ramón Xirau. Pero cada uno es consciente de dar su lugar a la poesía y a la filosofía.
Es decir, saben cuándo están haciendo lo uno o lo otro Lo que me encanta es que la poesía es vivencial, existencial, y la filosofía que no toma en cuenta la existencia, la vida, está seca y muerta.
Por eso he sostenido muchas veces que la filosofía puede alimentarse de la poesía, como la poesía ya se ha alimentado en muchas ocasiones en la filosofía. Yo disfruto mucho la poesía, y me ayuda en mi labor filosófica.
¿La poesía es ontológica? ¿Debe serlo?
La poesía es ontológica en esa medida en que atrapa la existencia humana. Por ejemplo, cuando nos habla de la muerte, o de lo efímero de la vida, es decir, del paso del tiempo, hace algo parecido a lo que realizó Heidegger en su libro Ser y tiempo.
El ser, que es lo más ontológico (por ser el objeto de estudio de la ontología o metafísica), se da en el tiempo, que es lo más concreto y que nos ata a la realidad física. La metáfora es parte de la poesía, y en ella se da una creación de mundo.
Es una especie de cambio de la realidad. Por eso es muy ontológica. La poesía misma es una pre-ontología, si se quiere, pues ella nos presenta las realidades de manera concreta, a diferencia de la ontología filosófica, que lo hace de manera abstracta.
Si esas imágenes poéticas se desarrollan y se llevan a la abstracción, como sublimándolas en un atanor de alquimista, se llega al nivel de lo filosófico. La filosofía, pues, puede nutrirse de la poesía. Es cierto que se alimenta de otras cosas, pero el poema es un buen material para destilar.
¿La poesía es dialéctica?
Si entendemos la dialéctica como la unión de los contrarios, eso es lo que hace muchas veces la poesía. Es más, en ella podemos hacer convivir los opuestos que queramos. Es la noción de coincidencia de los opuestos (coincidentia oppositorum), de la que hablaba Nicolás de Cusa; y es la paradoja, de la que tanto habló Kierkegaard.
Si la conciencia de que la realidad contiene conflictos es algo necesario al filósofo, el poeta lo vive continuamente. Por eso con la imaginación resuelve esas oposiciones. No en balde Nietzche dijo que el ser humano, más que animal racional es animal fantasioso, o fantástico, es decir, que se mueve por la fantasía más que por la razón.
El privilegio del poeta es tener una dialéctica imaginativa, que el filósofo tiene que hacer racional o intelectiva. La dialéctica imaginativa de la poesía ayuda a la dialéctica racional del filósofo a encontrar caminos.
Para llegar a lo más alto. Por eso me gusta que una de las etimologías o significados de la palabra analogía es “superación”, a saber, ir más arriba, más allá de lo que alcanza la realidad cotidiana. Es lo que he tratado de hacer con mi propuesta de una hermenéutica analógica, a saber, lograr que la filosofía trascienda lo más posible.
Y se le ha dado al hombre el más peligroso de los bienes, el lenguaje… para que muestre lo que es… (Hölderlin). ¿Qué piensas de esta oración del poeta romántico alemán?
Yo encontré por primera vez esa sentencia en el libro de Heidegger intitulado Hölderlin o la esencia de la poesía. Eso me movió a buscar la obra de ese gran poeta. Yo entendería el significado de esa oración como la dualidad que tiene el lenguaje, de hacer el bien o el mal, y que por eso es peligroso.
Con el lenguaje mostramos lo que somos, eso es algo ontológico, pero también está supeditado a la ética, y por eso tiene peligro. Porque construimos con el lenguaje, pero también destruimos con él.
Si no, recordemos el daño que podemos hacer a las personas con lo que decimos irresponsablemente. Heidegger interpreta esa sentencia de Hölderlin entendiendo el lenguaje como un don que tenemos los seres humanos para decir el ser, que es lo más excelso de la ontología o metafísica, pero también para perdernos en los entes, diciendo vulgaridades.
Por eso es un don peligroso, de acuerdo a como se use. Pero yo añadiría que también que por el lenguaje transformamos la realidad y la hacemos más habitable, como sucede con la poesía. Y esto no está lejos de la interpretación de Heidegger mismo.
El ex Instituto Coahuilense de Cultura, ahora Secretaría de Cultura, publicó hace más de una década un libro que reúne tus poemas en un título llamado Poemas de desierto. ¿Cuáles son para ti las señales poéticas que encuentras en el Desierto como significado (imagen conceptual) y significante (imagen acústica)?
El desierto me ha dado varias señales poéticas. Una de ellas es la brillantez de sus objetos, como sus piedras y sus plantas.
Además, su cielo. En Torreón es donde he visto los mejores paisajes con el cielo. De día, por la tarde, por la noche. De día, su luminosidad. Al caer la tarde, sus colores, atardeceres hermosos. Y de noche el brillo de las estrellas.
En pocos lugares he visto tantas estrellas brillando como en el cielo de Torreón, y eso se ve en su paisaje, en el desierto.
Derrida decía que su filosofía era de éxodo, porque era de desierto. El éxodo de los israelitas se dio en el desierto. Fue como salieron de la esclavitud de Egipto, recorriendo ese territorio desértico.
Una poesía de desierto es una poesía de éxodo, es decir, que sale de una esclavitud que es la de lo cotidiano y lo transforma en vivencia estética. Es lo que hace el arte. En uno de sus ensayos, Ezra Pound explica que la poesía, más allá de los significados que es capaz de transmitir o sugerir, puede ser impulsada de tres maneras: la“melopeia”, que destaca los componentes sonoros, musicales y rítmico-fonéticos del texto.
La “logopeia”, en cambio, que resalta las capacidades reflexivas del lenguaje poético y concibe a la poesía como instrumento de conocimiento. Por último, está la “fanopeia” que privilegia la fuerza de las imágenes visuales. Estos tres impulsos coexisten en cualquier poema, por supuesto, articulados en un complejo sistema de gradaciones y jerarquías; pero es cierto que cada poeta- o texto, le da mayor importancia a alguno de ellos.
Coméntanos sobre cómo buscas el ritmo en un poema, y cómo es el ritmo, de ser posible esto, en el pensamiento filosófico…¿es la poesía un instante filosófico rítmico? Y qué piensas sobre estos tres impulsos del poema que propone Ezra Pound.
Ciertamente la poesía se basa mucho en el ritmo. El que he puesto como filósofo poeta, Ramón Xirau, decía que él escribía poemas siguiendo ritmos. Que comenzaba con un ritmo y de ahí salía el poema. En el caso de la filosofía, creo que la poesía le brinda ritmos. Y esos ritmos son los que hacen a la filosofía armoniosa.
Para que tenga sentido para los seres humanos a quienes llega. Y creo que es atinada la tríada que pone Ezra Pound para el poema, ya que siempre esperamos algún ritmo, y lo seguimos incluso de manera inconsciente; también captamos alguna idea y, finalmente, nos hace ver en la imaginación ciertas imágenes con las que transformamos la realidad.
RCM