Eduardo Calixto: "Todo lo que escribo y digo sobre el cerebro está basado en certidumbre"

En una charla con MILENIO, el doctor en neurociencias presenta 'El lado b de las emociones', un libro para entender la importancia del perdón, el amor y el llanto.

El nuevo libro de Eduardo Calixto / Especial
Ciudad de México /

Eduardo Calixto comenzó a escribir su nuevo libro, El lado b de las emociones, sumido en una gran tristeza por la muerte de su padre. De hecho, al plasmar las primeras palabras de la obra (que acabaron situadas en el último capítulo), “lo hice llorando, tenía lágrimas en los ojos porque me emocioné y me fui”.

A raíz de eso, el doctor en neurociencias se soltó a escribir “casi el 80 por ciento del libro”, que con sus 280 páginas pretende que el lector entienda que “las emociones son transitorias, se desensibilizan y que por momentos las podemos utilizar para cierto tipo de cosas, para bien y no tan bien”.

En entrevista con MILENIO, Calixto reconoce que ocasionalmente regresa a esas primeras palabras inspiradas en su padre y, dependiendo su estado de ánimo, hacen merma o dice “Este tema ya está por adelante”.

Tras el éxito de títulos como Amor y desamor en el cerebro (2018) y  El perfecto cerebro imperfecto (2020), Aguilar, editorial perteneciente a Penguin Random House, le propuso al experto publicar otra obra, y él, con todo y su aflicción, aceptó. Entonces, durante una reunión le llegó la premisa: "Las emociones no son buenas o malas, son emociones". 

"Prácticamente hago una narración de todas las emociones y un análisis de qué estaría sucediendo en el cerebro en ese momento. Además de una observación muy puntual de que hay elementos, como la música o las groserías, que influyen para que nos tranquilicemos o todo se exacerbe".

En el libro, el  jefe del departamento de neurobiología del Instituto Nacional de Psiquiatría se vale de anécdotas, historias y otros recursos narrativos para que los interesados descubran que el llanto, por ejemplo, "es muy bonito porque sirve al cerebro para tranquilizarse", pero también tiene su lado b: "No somos la única especie que llora, pero sí la única especie que le da un proceso cognitivo al llanto y una ganancia secundaria; hay personas que lloran para tener cierto tipo de beneficios".

O que ante la molestia de alguien hay que evitar decir ‘No te enojes’ porque "el 80 por ciento de las personas, cuando les dices eso, se enojan más"; es mejor esperar 35 minutos y proceder a hablar, "porque si hay buena salud mental tu cerebro se va a tranquilizar en ese tiempo". 

"La emociones son un proceso necesario, están todos los días en nuestra vida y qué bueno que las tengamos, no es malo que alguien se enoje, pero entender que el que se enoja es porque quiere tener la razón, eso lo describo en el libro.  Es un objetivo del libro: entendernos mejor", resalta Eduardo Calixto.

Es un libro que genera entendimiento, pero también confrontación.

Por supuesto. Hay una frase de Jorge Bucay que me encanta y la planteo: ¿Por qué quieres estar con alguien que no quiere estar contigo? Si explicas eso es un hecho que vas a salir más rápido, al menos de la condición de dolor. Confrontar por qué mi enojo es tan fuerte con cierto tipo de personas o ante ciertas circunstancias. Confrontar por qué no nos adaptamos al estrés, por qué necesito llegar siempre 5 o 10 minutos tarde para sentir la adrenalina. 
En la medida que nos expliquemos mejor las cosas también nos adaptamos más. Mi mensaje es que si entiendo, confronto, adapto y aprendo, la próxima vez a lo mejor discuto pero ya no tan fuerte, y regreso para decir 'Me disculpas'... El proceso del perdón, cuando lo otorgas, cambia la neuroquímica del cerebro y eres empático. Por eso pedir perdón y otorgarlo es maravilloso.

Pienso en un confrontación común: con nuestros padres. Nos vamos moldeándonos a partir de eso.

Lo menciono en el libro: los núcleos cerebrales que interpretan, que emocionan, que recuerdan y que controlan, se conectan entre los 7 y 14 años. ¿Dónde estamos a esa edad? Andamos en la primaria, la secundaria, donde el bullying está más fuerte, donde sales de casa y te meten a un sitio altamente competitivo con nuevas reglas y normas sociales. Si en esa edad hay violencia, estas áreas cambian su conexión para no sentir violencia, pero generar violencia; esto significa que hay personas que de adultos son muy violentos, pero no se ven en su violencia, se desensibilizan.
Imagínate aquellos a los que les avientan cosas, les pegan o los omiten, eventualmente ese es su proceso de cómo aprendieron a llamar la atención, a hacerse notar, a querer tener la razón, y son violentos en una magnitud y son repetidores de su violencia. De victimas pasan a ser victimarios, que les dices ‘Regañas a tus hijos como te regañaban a ti’.
Esta parte esencial es reconocer que hay una etapa crítica y viene mencionada en el libro en el sentido de que hay que ser más cuidadoso; hay que tener cuidado cuando uno le llama la atención al hijo si no se lo explicas.

Del perdón me gustaría ir hacia el amor. ¿Cuál es su definición?

Hay una diferencia significativa entre el amor y enamoramiento, y los tipos de amor. El enamoramiento son 29 áreas cerebrales, el amor son de 12 a 15; el enamoramiento se da por hasta 15 neuroquímicos, y el amor es de 10 o poco menos. El amor es un proceso de construcción que cambia la adaptación neuronal, que tolera, que genera cuidados y que predispone a una mayor comunicación neuronal. Que en ese conocimiento de la persona como es, se disfruta y se enarbola, es un crecimiento. Es un proceso que depende muchísimo de la conceptualización y del intercambio.
También el amor vive en los tiempos: a veces amamos a la pareja no por lo que es en este momento, sino por lo que representó esa historia a lo largo de la construcción de la vida. Aspecto que el enamoramiento no tiene porque es más pasional y transitorio.
En mi particular punto de vista, el amor es toda una experiencia neurofisiológica que todos vamos a experimentar en mayor o menor magnitud, pero que a veces no le atribuimos el conocimiento y solemos cometer errores que no deberían estar para poderlo tener por más tiempo.
El autor y su nuevo libro / Especial

¿Y cómo le nació el amor por el cosmos que es el cerebro?

Tengo que aceptar que fue accidental porque cuando estaba estudiando el hígado y dije 'Aquí me voy a quedar', mi tutor me dijo 'Ya te ganaron, ya acepté a otra persona'. Estoy hablando del servicio. Entonces traía en mi mochila El cerebro averiado, de Simón Brailowsky, e iba llorando en el camino de la Facultad de Medicina al metro. De pronto dije 'Simón trabaja aquí en CU' y que me regreso, lo encontré y platiqué con él, varias veces estuvimos en contacto hasta que me dijo '¿Qué quieres?', le dije que hacer el servicio y sacó unos artículos, me los dio y dijo 'Haz un proyecto, ahora la pelota esta en tu cancha'. Ahí empezó todo, ahí empezó mi maestría y luego el doctorado. 
Y el 28 de mayo de 1998, 6 años después de que empecé a estar con él, murió en un accidente. Vino una disyuntiva y la resolví yendo a Pittsburgh a estudiar un postdoctorado, y regresé 5 años y medio después a México ya como investigador completo. Un día alguien me preguntó '¿Qué pasa con el amor y el cerebro?', di una conferencia, la tomaron los medios y vino el boom.
A mí me lo enseñó Simón, que tenía sus libros de divulgación y ya daba entrevistas. ¡Estoy hablando del 91! Hoy me hace mucha falta, pero creo que es uno de los mejores recuerdos otorgarle el crédito a uno de los mejores investigadores. Yo no le voy a llegar ni al 10 por ciento, pero me hizo ser un investigador que lo leen en los medios, en las redes sociales. Trato de ser convincente sin dar un mensaje mágico; todo lo que escribo y digo está basado en certidumbre.

¿Qué es la escritura para Eduardo Calixto?

"La escritura es una manera de comunicación como docente. Creo que el piropo más grande que me han dicho es el ‘Ahora entiendo’, es una satisfacción muy grande. Es una manera de acercamiento porque me enseñaron que al escribir hay que pensar en el lector como si estuviera enfrente y se lo estuvieras explicando. Esto tan complicado quiero que alguien me entienda sin que haya abierto un libro de neurociencias".

hc

  • Yair Hernández
  • juan.hernandez@milenio.com
  • Es periodista especializado en temas de cultura y entretenimiento. Actualmente trabaja como reportero para Milenio.

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.