Simone de Beauvoir publicó por primera vez en mayo de 1949 “El segundo sexo”, que terminó por convertirse en el Libro Rojo de la nueva feminidad. Una obra detallada, extensa, con infinitas referencias a estudios y que se lee en todas las claves posibles del discurso que la autora francesa tanto desarrolló, puesto que no quería que nada quedara fuera.
El prólogo de María Moreno a la edición de 1999 se incluye y da luz sobre el pensamiento de Beauvoir y los temas que desplegó y que ocasionaron polémicas en su momento.
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El libro se conforma por los apartados “El segundo sexo, I”, que a su vez tiene un subtítulo, “Destino”, con capítulos como “Los datos de la biología”, que parte de la pregunta, “¿qué representa la hembra en el reino animal?”, y en “El punto de vista psicoanalítico” se transita de Freud al complejo de Electra, de la diferencia anatómica a la autoridad paterna. Desde el materialismo histórico se menciona a la mujer y al hombre como “entidades económicas”. En “Historia” aborda la trascendencia humana, la cual en “Mitos” se atiende a la concepción de origen e idea, con planos abiertos hacia las distintas civilizaciones, con aportes y cuestionamientos.
“Formación” configura los conceptos de “Infancia”, “La joven”, “La iniciación sexual” y “La lesbiana”: la actitud global frente a la existencia y una desbandada de datos de Beauvoir inundan este capítulo, sin duda el que mejor capta el sentido entre las correlaciones contemporáneas.
En el apartado II reparte los siguientes capítulos: “La mujer casada”, “La madre”, “La vida de sociedad”, “Prostitutas y hetairas”, “De la madurez a la vejez” y “Situación y carácter de la mujer”, y agrega términos en el contexto de la libertad, liberación –individual o colectiva–, realizaciones femeninas, la ambivalencia, el universo femenino, los actos de protesta, entre muchos, para explicar el papel de la “situación” como aporte conceptual.
La segunda parte está dedicada a las “Justificaciones”, con “La narcisista” y la exhibición que compara con el teatro y la comedia ofrecida al “aplauso del público”; “La enamorada” que se establece en una suerte de anatomía del amor, con citas a Georgette Leblanc o Víctor Hugo; “La mística” en “el amor que le ha sido asignado a la mujer como su vocación suprema”, con pocas páginas pero intensas en el contenido.
La tercera parte se titula “Hacia la liberación”, que incluye “La mujer independiente”, sin duda la que mejor puede concatenar la visión de 1949 con la actual. Entre lo que trata en este capítulo es el minucioso paso de las posibilidades a las afirmaciones.
Y se extrae la siguiente cita para captar parte del tono de Beauvoir:
“La mujer que se libera económicamente del hombre no se encuentra por ello en una situación moral, social y psicológica idéntica a la del hombre. La forma en que aborda su profesión y el modo en que se consagra a ella dependen del contexto constituido por la forma global de su vida. Ahora bien, cuando aborda su vida de mujer adulta, no tiene tras de sí el mismo pasado que un muchacho, no es mirada por la sociedad con los mismos ojos; el Universo se le presenta en una perspectiva diferente. El hecho de ser mujer plantea hoy a un ser humano autónomo problemas singulares” (pág. 677).
Y como se indica en esta edición, la voz de Simone de Beauvoir sigue más vigente que nunca y demuestra que aún queda mucho por hacer.
Simone de Beauvoir. “El segundo sexo”. Lumen. Traducción de Juan García Puente. 725 páginas.