Cielo rojo
Va cabalgando, buscando la muerte, nunca se va a detener su cabalgar, hasta morir, hasta encontrarse con la muerte. El jinete emprende ese viaje acompañado por la melancolía, busca olvidar quién fue, olvidar su nombre y su pasado. La canción Cielo rojo, de Juan Záizar, el dibujo es del artista Emiliano Gironella.
Retomado líneas especificas de la letra de la canción, Emiliano nos describe su proceso creativo: “Me fui a la idea del jinete, el caballo, la muerte y del cielo. Aquí está la montaña, que dice “Por la lejana montaña va cabalgando un jinete y va solito en el mundo y va deseando la muerte”, tiene que ver con esa idea una melancolía tremebunda. ¿Qué es buscar la muerte si no la idea de la melancolía? Esta canción es uno de los poemas mexicanos que tienen que ver con la melancolía más importantes del siglo XX, y lo cantan los mariachis. No creo que haya una música que te induzca más a echarte un traguito de tequila que la música mexicana, también tiene ese tajo de melancolía. La melancolía es parte esencial de la música popular, que viene en el jazz, el blues y viene en el mariachi. En ese proceso de desear la muerte está la pieza. Porque la muerte te la regalan con la vida, ¿Quién la desea? Sólo la melancolía la desea”.
Emiliano continúa: “La melancolía es uno de los motores de creación más importantes, es muy claro en estas creaciones populares, que son claves de la creación literaria de este país. La melancolía en México tristemente vive de los migrantes. Es la nostalgia del pueblo en donde naciste, donde no puedes regresar. El jinete habla de esa nostalgia; y habla de ese lugar donde dejaste”.
Emiliano se pronuncia: “Escucho música popular, jazz, blues, música popular mexicana. Me identifico con lo que viene del pueblo. Tengo una educación formal, pero me gusta mucho la música popular. Es totalmente injusto que los académicos y los intelectuales la hayan despreciado. Creo que básicamente es por envidia y es porque la empresa cultural más sana en este país es la música popular. Los Tigres del Norte, o sea, esos sí son millonarios. Nunca Octavio Paz soñó con tener un avión privado. Hay una parte de envidia y una parte de que la gran academia mexicana no puede transmitir lo que puede transmitir el músico popular. Bob Dylan se gana el Premio Nobel de Literatura y, en México, la academia no voltea a ver a un José Alfredo Jiménez. Creo que, a través de las artes plásticas, podemos generar ese puente: que los académicos volteen a la música popular”.
Con su obra, Emiliano ha realizado libros sobre compositores mexicanos. “Mi trabajo tiene una parte de investigación. Cuando me acerco a artistas de la talla de José Alfredo, siempre lo hago con una humildad brutal, porque sí tengo el reconocimiento. México ha dado grandes artistas plásticos, pero también grandes compositores. Entonces trato de hacerlo de la manera más sencilla. Hice el primer libro de José Alfredo Jiménez, pero también trabajo con poemas como “Tierra baldía” de T. S. Eliot, y los equivalgo, pongo a José Alfredo Jiménez como poeta, igual o superior a Octavio Paz. Cuando tú tienes esa humildad de tomar lo popular y darle la grandeza que merece, es un acercamiento, por decirlo, noble”.