En buen camino

Música

Rollins asegura que se siente agradecido de poder haber hecho música durante tantos años. En esta etapa de su vida, afirma, “no quiero decir que esté satisfecho, pero creo que estoy más cerca de un entendimiento.”

El músico no siente nostalgia por quienes se fueron antes que él. (Especial)
Ciudad de México /

Dio su último concierto en 2012 y, dos años después, una fibrosis pulmonar lo obligó a silenciar su saxofón para siempre. A los 89 años, Sonny Rollins vive en estado de gracia, como se advierte en una entrevista con David Marchese en The New York Times Magazine publicada hace días.

El músico entregó al mundo una vorágine de solos trazados con pulso vigoroso, en los que siempre estaba presente el riesgo del artista que tiene el ansia de crear siempre algo nuevo. Su sonido volcánico, humorístico, pleno de ideas y profundidad conquistó el mundo del jazz, aunque dice que su mejor presentación no ocurrió ante una multitud. “Hace mucho toqué un par de conciertos en los que yo estaba solo en la tarde a campo abierto. Pude ver el cielo y sentía la comunicación; sentí que era parte de algo, no de una multitud, sino de algo más grande”, refiere.

Rollins asegura que se siente agradecido de poder haber hecho música durante tantos años. En esta etapa de su vida, afirma, “no quiero decir que esté satisfecho, pero creo que estoy más cerca de un entendimiento.”

Confiesa haberse mostrado arrogante cuando grabó con John Coltrane el disco Tenor Madness, porque no tocó al máximo de su capacidad: “Realmente no estaba tocando, Coltrane estaba tocando. Yo solo tocaba a la mitad, porque pensaba que yo era el bueno y que Coltrane era un joven mequetrefe. Esa era mi mentalidad; era inmaduro. Mi actitud no fue la correcta”.

El músico no siente nostalgia por quienes se fueron antes que él, como Miles Davis, Max Roach o Thelonious Monk. “Estos cuates viven en mí, escucho su música. Está bien, Charlie Parker no está en su cuerpo, pero todo lo relacionado con Charlie Parker está conmigo en espíritu”.

Sonny Rollins vive en Woodstock y asegura que la soledad no le incomoda demasiado porque está acompañado por sus libros de yoga y budismo, además de que sabe que tiene que enfrentarse consigo mismo. “Así es para todos y cada uno de nosotros. Entenderlo es asunto tuyo, es asunto mío. No hay forma de escapar. Tengo dolores y achaques por todas partes, pero espiritualmente me siento mejor que nunca.

Estoy en buen el camino”.

CODA

VIVIR POR SIEMPRE

Rollins dice que “es ridículo pensar: caray, yo no debería morir. Mi cuerpo se transformará en polvo, pero mi alma vivirá por siempre. Esta vida es un viaje y tienes que pasar por él. Hay un gran horizonte, que es el más allá, y esta vida es un horizonte pequeño”.

  • Xavier Quirarte
  • xavierquirartenuevo@gmail.com
  • Es autor de Ensayos de jazz y literatura (Editorial Doble A), es coautor de Por amor al sax y John Coltrane. Periodista especializado en jazz, rock y música contemporánea, sus textos han aparecido en los periódicos El Nacional, La Crónica y Milenio, y en revistas como Casa del Tiempo, Rock y Pop, Sólo Jazz & Blues, Círculo Mixup, La Mosca en la Pared, Cine Premier, Dos Filos, Sacbé y otras

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