Barack Obama ha establecido la tradición de compartir listas de lo que escucha, lee o mira. Cada verano, por ejemplo, hace un compendio de sus lecturas, pero este año se adelantó algunas semanas y compartió en Facebook los libros a los que les ha estado echando el ojo recientemente.
Además de títulos y autores, el ex presidente de Estados Unidos escribió sus impresiones sobre cada lectura, lo cual nos deja atisbar su personalidad desde una perspectiva más íntima.
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A Family Mystery, an Epic Quest, and the Secret to Belonging, de Alex Wagner
“Una vez escribí un libro sobre mi propia búsqueda de la identidad, así que tenía curiosidad de ver lo que Alex, hija de una madre birmana y un padre católico de la iglesia irlandesa de Iowa —y amiga mía— descubrió durante su búsqueda. El resultado es una hermosa y profunda meditación sobre lo que nos hace lo que somos, la búsqueda de armonía entre nuestras identidades individuales y los valores e ideales que nos unen como estadunidenses”.
The New Geography of Jobs, de Enrico Moretti
Han pasado seis años, pero aún es una discusión vigente e inteligente sobre cómo diferentes ciudades y regiones han logrado una economía cambiante para ellos, y cómo los políticos pueden aprender de eso para recoger las circunstancias de los trabajadores estadunidenses en todos lados.
Why Liberalism Failed, de Patrick Deneen
“En estos tiempos de creciente inequidad, cambio acelerado y un ascendente desencanto con el orden liberal democrático que hemos conocido durante los últimos siglos, este libro me pareció sugerente. No estoy de acuerdo con la mayoría de las conclusiones del autor, pero el libro ofrece ideas convincentes sobre la pérdida de significdo y comunidad que muchos en occidente sentimos, asuntos que los demócratas liberales ignoran bajo su propio riesgo”.
In the Shadow of Statues: A White Southerner Confronts History, de Mitch Landrieu
Hace algunos años, elogié a la reverenda Clemenda Pinckney, quien fue asesinada por un supremacista blanco en su iglesia de Charleston, Carolina del Sur. Y nunca olvidaré algo que Clem dijo cuando estaba viva: ‘En el sur, tenemos un profundo aprecio de la historia. No siempre hemos tenido ese aprecio profundo por la historia del otro’. Eso es algo que Mitch [el autor] se toma en serio en este libro, mientras se aferra a algunas de las partes más dolorosas de nuestra historia y cómo siguen presentes”.
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