La 'ola coreana' inunda a todo el mundo. Principalmente a través del k-pop, nombre del movimiento musical que tiene como referentes a los grupos BTS, BLACKPINK y Stray Kids. Pero otros aspectos donde el país asiático extiende su influencia son las producciones televisivas (El juego del calamar, 2021) y cinematográficas (Parásitos, 2019), la gastronomía, el turismo y la literatura.
A nivel global, el triunfo de la escritora Han Kang (Gwangju, 1970) con el Nobel de Literatura 2024 ejemplifica este último aspecto. A nivel local, el panel Del K-pop a los libros: literatura coreana joven, que se presentó en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara 2024.
Por el impacto del 'soft power' surcoreano en lo literario, MILENIO habló con las cuatro ponentes de la charla en la FIL, quienes destacan como creadoras de contenido literario y divulgadoras del pensamiento critico: Ximena Haro (@lunacress.books), Andrea Moreno (@Moreandrea), Ativka Díaz (@Conejo.literario) y Emily Rangel (@Emily.rangeel).
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¿Cómo llegó el k-pop a sus vidas?
Ximena Haro: "Llegó a mi vida en 2015, cuando fue el auge de BTS. Me metí y sigo aquí, ya van nueve años siendo fan".
Andrea Moreno: "Cuando estaba muy adolescente, como 12 años, empecé a ver bandas, pero no tuve tanta cercanía porque no tenía internet. Fue más adulta que descubrí a grupos como BLACKPINK, mi favorito".
Ativka Díaz: "Yo soy de la segunda ola del k-pop, entonces crecí con bandas como SuperJunior. Ahí ubico mis primeras aficiones".
Emily Rangel: "Empecé este año, soy la más joven en este mundo, y gracias a mis amigas. Me gustó, pero me considero una fan tranquila".
La ola coreana ha impregnado otros aspectos además de la música. Hablemos de la literatura.
Ximena Haro: "Siento que todo empezó por los 'idols', porque los seguimos y lo que ellos hacen y compran, uno como fan lo quiere tener. Eso pasó con el libro Almendra, de Won-Pyung Sohn, que leyó RM (de BTS) y todos lo fueron a comprar. Somos muy influenciables".
Andrea Moreno: "Empecé a consumir más libros coreanos por Kim Ji-young, nacida en 1982, que me pegó muy fuerte como mujer y empecé a explorar más títulos de autoras coreanas".
Ativka Díaz: "Estamos viviendo el momento de la reivindicación de la literatura coreana. En mi primera aproximación, leí el mismo libro de Andrea y vi mi vida explicada en ese libro, fue una cosa trascendental en mi experiencia lectora".
Emily Rangel: "Es mucho por influencia, lo que decía Xime. En las redes ver a personas que sigues que están leyendo algo, hace que lo quieras leer".
¿Qué temáticas predominan en la literatura surcoreana?
Ximena Haro: "Un tema muy importante es la natalidad: en Corea la gente ya no quiere tener hijos. Están tan negados en fracasar, que les importa más tener éxito que tener una pareja. El problema llega a tal punto que el gobierno da facilidades económicas a quien tiene hijos. Ocurre en todos los países asiáticos, pero en Corea mucho más".
Andrea Moreno: "La soledad en diversas situaciones. La soledad que se vive en la maternidad, que las mujeres se quedan en casa sin ejercer sus sueños personales. En Almendra hay una soledad muy fuerte en este personaje que dice 'Ya no quiero continuar con mi vida, pero voy a hacer un cambio fuerte a ver si funciona'. Eso nos habla de una sociedad que, si bien ha avanzado mucho en tecnología, en el primer mundo, también ha provocado el aislamiento porque ya no vivimos en el compartir sino en el seguir avanzando, seguir creciendo".
Ativka Díaz: "Creo que hay dos directrices muy claras: primero, la situación actual de las mujeres en Corea del Sur. Es un hecho que las escritoras son la resistencia, no en vano la ganadora del Nobel ganó con un libro que habla de la autonomía femenina. Y dos, hay una literatura de la diáspora, de la gente que estuvo afuera de la post-guerra, esos escritores que quieren traer sus testimonios. Desde Latinoamérica vemos a Corea como la gran democracia, la gran metrópoli, cuando es uno de los países con peores condiciones para la maternidad, se reproducen un mundo de estructuras patriarcales".
Emily Rangel: "Otro aspecto muy marcado podría ser la competencia; en la escuela, el trabajo o cualquier cosa se siente mucha presión por parte de los protagonistas para lograr algo. Se sabe que hay muchas personas y pocas oportunidades, eso he sentido en los libros que he leído".
Resaltar eso: Corea del Sur no es una sociedad perfecta, acaba de pasar lo de la Ley marcial.
Ximena Haro: "Allá se toma mucho lo de que la mujer en casa por los niños, o si no tienen niños se van a trabajar. Acá, por ejemplo, se hace la marcha del 8 de marzo, pero allá no porque están muy arraigadas en el pensamiento de tener un rol. Y yo quisiera ir a Corea, pero sé que no es un lugar de ensueño".
Andrea Moreno: "Lo que hacen los libros es ayudarnos a conocer historias, y leyendo a las autoras surcoreanas me he dado cuenta que tenemos mucho por trabajar, pero que no estamos solas. Lo que ellas cuentan es un gran avance porque es importante sabernos reconocidas, escuchadas".
Ativka Díaz: "La estructura es la misma (en México y Corea), pero los tentáculos funcionan diferente. La sociedad de Corea del Sur está basada en la idea de la colectividad y acá es una sociedad arraigada en el catolicismo, y en paralelo se ven varias violencias, que en Corea del Sur son más sutiles, pero no por eso menos dañinas. Son más silenciosas. La contrarrespuesta de las mujeres coreanas es un movimiento llamado 4B, unas chavas que están con todo, muy organizadas, con muchísimos foros, un planteamiento radicalizado. Aquí nos concentramos en feminicidios y allá no hay un término acuñado como tal, pero no por eso dejas de vivir violencias. Más que ver quién está peor, es darnos cuenta que la estructura es la misma, que a algunas les toca más sutil pero sigue siendo el mismo tentáculo".
Emily Rangel: "Hablando de estructuras, creo que está más en la gente. En cuestión de estereotipos, estamos igual, pero en México los temas se mueven, se escuchan. Y allá es algo más silenciado".
Partiendo de estos análisis que pueden profundizarse. ¿Cuál es el rol de la literatura para visibilizar estas problemáticas?
Ximena Haro: "Las palabras son importantes. Muchos no se quieren meter a la literatura surcoreana, o asiática en general, porque creen que no tiene el romance o fantasía de otros panoramas, pero las autoras han levantado mucho a Coreana. Lo vimos con Won-Pyung Sohn, autora de Almendra, que te deja algo que no ves en otros libros. Por ejemplo, lo de la maternidad no lo conocía, pero son cosas que a uno se le quedan".
Andrea Moreno: "Los libros tienen el poder de trascender el tiempo. Y a diferencia de los k-dramas, hablando de k-pop, es que están mostrando temas que no son alegres o positivos; una cara de Corea del Sur que no habíamos visto. No es que ver lo malo haga que nadie quiere ir a Corea, sino entender que no todo es una fantasía como venden las series, que están sucediendo cosas importantes. Son otras formas de ver el mundo".
Ativka Díaz: "Tú eres la suma de las narrativas que consumes, y como creadoras de contenido tenemos ese filtro, de impulsar las narrativas que tienen cierto impacto, que problematizan. Las escritoras coreanas son la vanguardia. Amo al k-pop, amo a los k-dramas, pero soy consciente que muestran una idealización de una posible realidad, mientras que la literatura responde a otros lugares. Las autoras están luchando por una memoria histórica de la guerra, de la diáspora, entre muchas otras cosas. Ellas van a cambiar la forma en que comprendemos Corea del Sur".
Emily Rangel: "Son libros que en principio pueden parecer que hablan de algo, peoro profundizas y te dan una interpretación personal. También son libros versátiles que cualquiera puede leer a cualquier edad y le van a dejar algo".
hc